Los aspirantes, uno por uno

Dossier
8 de junio de 2007
El Financiero

Son algunos los nombres que, al cumplir con el perfil ideal académico, suenan para suceder a Juan Ramón de la Fuente, rector de la máxima casa de estudios, hay ahi abogados conservadores e integrantes de la izquierda partidista.

José Narro Robles, director de la Facultad de Medicina; Diego Valadés, miembro del Instituto de Investigaciones Jurí­dicas; Fernando Pérez Correa, director de la Facultad de Ciencias Polí­ticas y Sociales; Gerardo Ferrando Bravo, director de la Facultad de Ingenierí­a; Fernando Serrano Migallón, director de la Facultad de Derecho; José Antonio de la Peña, director de Desarrollo Cientí­fico y Académico del Conacyt; Rosaura Ruiz, vicepresidenta de la Academia Mexicana de Ciencias; Imanol Ordorika, investigador del Instituto de Investigaciones Económicas, y Gerardo Estrada, director general de Difusión Cultural de la UNAM, son algunos de los nombres que, al cumplir con el perfil ideal académico, suenan para suceder a Juan Ramón de la Fuente, rector de la máxima casa de estudios.

Narro Robles es un funcionario cercano a Juan Ramón. Con una larga trayectoria académica, ha sido protagonista de sucesos clave en la historia de la UNAM. En 1987 encabezó la delegación de rectorí­a en el diálogo público con el Consejo Estudiantil Universitario (CEU) y fue el responsable de la organización del Congreso Universitario de 1990; después trabajó como subsecretario de Salud, durante el sexenio de Ernesto Zedillo, cuando Juan Ramón de la Fuente era titular de esa secretarí­a. Es parte de uno de los sectores poderosos en la UNAM: los médicos.

De acuerdo con el investigador Roberto Rodrí­guez, José Narro «es uno de los personajes que suenan con mayores posibilidades, pues reúne condiciones de liderazgo y capacidad de dirección demostrada. Es como un candidato natural que tiene el apoyo de facultades tan importantes como la de Medicina, que sigue siendo un bastión para la universidad».

Valadés fue procurador General de la República y abogado general de la UNAM, con Jorge Carpizo, quien fue rector de 1984 a 1988. Estuvo al frente del Instituto de Investigaciones Jurí­dicas, considerado en América Latina como puntal en esa área. De acuerdo con algunos investigadores, Diego tiene posibilidades, no sólo por su perfil, sino porque pertenece al gremio de los juristas, del cual han surgido la mayorí­a de los rectores de la máxima casa de estudios. «Si la junta de gobierno aprecia que la UNAM está en el momento de renovar su normativa, el proyecto del doctor Valadés podrí­a ser el más indicado», sostuvo Roberto Rodrí­guez.

Pérez Correa asumió la dirección de la Facultad de Ciencias Polí­ticas y Sociales en medio de la crisis universitaria provocada por el paro de labores de 1999. Uno de sus méritos más reconocidos es que logró controlar a los integrantes más radicales del CGH, quienes se habí­an apoderado de las instalaciones de esa facultad. Cuestionado por algunos grupos por haber fungido como subsecretario de Gobernación, Fernando Pérez fue también director general del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA). Entre los aspirantes, este académico representa al ámbito de las humanidades, de las ciencias sociales.

Ferrando Bravo es integrante de otro gremio importante e influyente en la UNAM: los ingenieros. Extesorero general del Patronato Universitario, fue reconocido por denunciar públicamente los malos manejos financieros que un subalterno realizó en el Patronato hacia finales de 1996. Como director general del Metro (1984-1991), incentivó la investigación tecnológica cuando, bajo su dirección, el Sistema Colectivo de Transporte de la capital firmó convenios de desarrollo con la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional y el Instituto Mexicano del Petróleo.

Serrano Migallón fue abogado general de la UNAM durante el periodo de José Sarukhán Kermez y titular de la Dirección General de Derechos de Autor. Obtuvo la dirección de su facultad con el apoyo mayoritario de la Junta de Gobierno, en la cual el gremio de los abogados cuenta con dos representantes, por lo que en cada proceso de sucesión siempre se toma en consideración al titular de la Facultad de Derecho. Para Roberto Rodrí­guez, se trata, entre todos los aspirantes, «de la opción más conservadora».

De la Peña, hoy funcionario de Conacyt, cuenta con amplia experiencia de actividad en la UNAM, desde su participación en el Congreso Universitario de 1990. Durante la huelga estudiantil fue uno de los promotores del llamado Grupo UDUAL, que tuvo como objetivo aglutinar a los investigadores y 4

docentes más destacados en defensa de la UNAM. Algunos analistas lo ubican como parte del grupo del exrector José Sarukhán. De llegar, «representa un cambio, pues habrí­a mayor énfasis en la investigación cientí­fica», señaló Rodrí­guez Gómez.

Ruiz Gutiérrez es secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM y vicepresidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), la primera mujer en ese cargo. Junto con otros responsables de estudios de posgrado del paí­s, promovió la creación del Consejo Mexicano del Posgrado (Comepo), donde ocupó la presidencia en el periodo 2001-2003. Una vez que Juan Pedro Laclette, actual presidente de la AMC, finalice su gestión en 2008, a Ruiz le corresponderí­a ocupar la titularidad. Según Roberto Rodrí­guez, «la doctora Ruiz reúne con mucha amplitud el perfil académico y de liderazgo. Es una de las primeras mujeres con posibilidades de ser rectora de la UNAM». Tiene méritos más que demostrados en el lado académico y en el lado académico-administrativo, que tendrí­a el respaldo de la izquierda institucional.

Ordorika Sacristán fue lí­der del CEU, la organización que se integró en 1986 con el fin de lograr la derogación de las modificaciones planteadas por el rector Jorge Carpizo en lo relativo a pagos y a exámenes. Desde 1987 es integrante del personal académico del IIE. Hoy es investigador titular de tiempo completo en este instituto y profesor en los posgrados de estudios polí­ticos y sociales, de pedagogí­a y de estudios latinoamericanos de la misma universidad. Se encuentra vinculado a la izquierda partidista y «cuenta con méritos académicos suficientes para ser considerado aspirante. Se trata de una posible opción para quienes consideran que la secuencia de cargos es la única manera posible para aspirar a la rectorí­a». Ordorika representarí­a una renovación a fondo, incluso de la propia Junta de Gobierno», señaló Roberto Rodrí­guez.

Gerardo Estrada es un personaje relacionado con el ámbito cultural, pues además de su cargo actual en UNAM, se ha desempeñado como director de Radio Educación, como agregado cultural en el consulado de México en Chicago y también como director general del IMER y del INBA. Para los estudiosos del tema, Estrada es el que menos posibilidades tiene.

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