La Jornada
19 de mayo de 2006
Laura Poy Solano
Advierte la CNTE que realizará un paro nacional si se insiste en imponer la reforma
La propuesta favorece el pensamiento crítico y reflexivo de estudiantes, dice la dependencia
Ante las críticas generadas por la nueva propuesta de Reforma Integral para la Educación Secundaria (RIES), en la que se pretende eliminar del primer ciclo educativo la asignatura de historia y compactar las materias de biología, física y química en un bloque, la Secretaría de Educación Pública (SEP) aseguró que «no puede restringirse a una cuestión arbitraria de eliminar o incluir cursos, ni mucho menos a una decisión ideológica que traicionaría nuestras aspiraciones democráticas».
En un extenso comunicado, la subsecretaría de Educación Básica de la SEP afirmó que la propuesta curricular es resultado de un proceso «riguroso y sistemático de análisis, reflexión y consulta», orientado a transformar profundamente su estructura pedagógica, «con el reconocimiento claro de que el actual modelo educativo no responde a los requerimientos de equidad y calidad de los estudiantes mexicanos, situación que es reconocida con un amplio consenso nacional».
Al respecto, integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) manifestaron su rechazó a la aplicación de una reforma curricular «a modo» para la enseñanza en secundaria con la que, aseguraron, se pretende «aniquilar» al sistema educativo.
Por ello, afirmaron que su probable aprobación «no pasará en las aulas, donde miles de profesores seguiremos aplicando el programa vigente en rechazo a cualquier mutilación de contenidos académicos».
Artemio Ortiz, líder del magisterio disidente de la sección 18 de Michoacán, señaló que los profesores de la coordinadora «estamos dispuestos a llegar a un paro nacional de labores si la administración foxista insiste en imponer su reforma curricular», por lo que advirtió que en las próximas semanas iniciará el acopio de los textos y materiales didácticos vigentes para «garantizar que en el próximo ciclo los alumnos cuenten con libros de texto y aplicar el programa académico autorizado desde 1993».
Tras insistir que la nueva propuesta -en la que también se elimina un año de formación cívica y ética-, permitirá favorecer el pensamiento «crítico y reflexivo» de los estudiantes, además de evitar la memorización como eje del aprendizaje e impedir la «fragmentación» del tiempo que los alumnos dedican al estudio, la dependencia destacó que se trata de un proyecto «innovador, con enfoques, orientaciones y contenidos cuidadosamente seleccionados, articulados y construidos en función de los requerimientos didácticos y pedagógicos que exige la sociedad de nuestro tiempo».
Sin especificar cuáles serán los contenidos de los dos cursos de historia que se impartirán en la educación secundaria para el ciclo 2006-2007, la subsecretaría de Educación Básica afirmó que «se articulan entre sí y con los precedentes de la educación primaria» para que los alumnos «valoren sus raíces, comparen críticamente la cultura, la sociedad y la política de nuestro país en diferentes periodos».
Las autoridades educativas insistieron en que «se trata de responder a exigencias muy claras para la formación de los alumnos, conocer el pasado para entender el presente, fortalecer la conciencia histórica y la identidad nacional y entender la historia, no como un conjunto de hechos y nombres relevantes, sino como procesos de continuidad, ruptura y cambio social».
Respecto a la asignatura de historia, subraya que el nuevo currículo recibió el «aval» de instituciones dedicadas a la investigación y enseñanza en la materia, y menciona un desplegado suscrito por académicos e investigadores en agosto de 2005 de la Universidad Nacional Autónoma de México, Colegio de México, Academia Mexicana de Ciencias, entre otras, en el que manifestaron su interés de continuar con la colaboración interinstitucional para «asegurar el mejoramiento continuo de la enseñanza en historia».
Finalmente, la SEP reiteró que la nueva propuesta curricular a la educación secundaria no afectará los derechos laborales de los trabajadores para la educación y destacó que la reforma «no se agota en esta etapa», ya que sienta las bases de un cambio institucional «profundo y de largo plazo».