Milenio
15 de febero de 2006
Lydiette Carrión
¡No hay plazas y se mantiene la fuga de cerebros!, agregó Atocha Aliseda, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
Zapopan, Jalisco.- Alrededor de 50 jóvenes científicos mexicanos se dieron cita en esta ciudad tapatía para discutir problemas comunes: un futuro marcado por el desempleo, la falta de oportunidades, la ausencia de plazas y la escasa remuneración. Concluyeron que el resultado no puede ser otro que la fuga de talentos y el envejecimiento de la planta de investigadores mexicanos.
En la reunión ¡Prospectivas científicas y tecnológicas en México!, organizada por la Academia Mexicana de Ciencias y la Universidad de Guadalajara, además de esta demanda añeja, los jóvenes científicos (de entre 30 y 40 años de edad, en promedio) también señalaron la necesidad de implementar nuevas formas de investigación y aprendizaje que partan de una visión interdisciplinaria y de acabar con un vicio: la endogamia en las instituciones.
En el Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas de la Universidad de Guadalajara, Graciela Binimelis de Raga, investigadora del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, afirmó que en el campo científico la burocracia ha avanzado más rápido que la formación y contratación de investigadores.
¡Mientras en 30 años la planta de investigadores ha crecido de 20 a 40, actualmente hay 50 trabajadores administrativos, y sólo la tercera parte de los investigadores tiene proyectos de investigación con financiamiento externo!.
En la UNAM la edad promedio de los investigadores es de 52 años, y en el área de ciencias sociales y humanidades se incrementa hasta los 55 años, lo cual representa un claro, lento e irremediable envejecimiento.
¡No hay plazas y se mantiene la fuga de cerebros!, agregó Atocha Aliseda, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM.
Desconfianza en jóvenes
Alejandro Mercado, del Centro de Investigación sobre América del Norte de la UNAM, advirtió que no se confía en los jóvenes investigadores ni en su capacidad para dirigir proyectos o grupos. También destacó lo que llamó ¡endogamia de las instituciones!: los investigadores se forman bajo una sola escuela, a menudo bajo la dirección de un solo investigador o de un grupo de científicos. Luego el alumno se queda trabajando e investigando en el mismo lugar.
¡Esta endogamia está relacionada a sistemas de contratación terriblemente ineficientes!, ya que se termina contratando a aquellos que ya repiten los vicios de sus maestros y se propicia el aislamiento.
Al respecto, Salvador Venegas, egresado de la Universidad de Oxford, precisó que la llamada ¡endogamia! se repite también en otros países, pero con apego a las leyes. ¡La discrecionalidad en el momento de hacer contrataciones no llega a los niveles mexicanos!.