Investigación con células madre

Wawis
8 de agosto de 2009
Isaac Torres Cruz

Abre umbral de nuevos tratamientos

Ya se usa contra la leucemia

Con su estudio tratarán otras enfermedades, dice Alejandro Madrigal, director del instituto londinense Anthony Nolan

La utilización de células madre ha demostrado su efectividad en el tratamiento de enfermedades como cáncer en la sangre —leucemia—; sin embargo, sólo es el principio de un umbral de posibilidades clínicas para las que podrían emplearse, señaló Alejandro Madrigal, director científico del Instituto de Investigación Anthony Nolan y profesor titular de la Cátedra de Hematología en la Universidad de Londres.

Enfermedades genéticas, deficiencias en la respuesta inmune, como VIH, y otros padecimientos hematopoyéticos (de la sangre), apuntó, son algunas de las aplicaciones, si bien aún se investigan, que ya ofrecen una esperanza de vida mediante el implante de estas células.

“Tenemos mayor certidumbre en su aplicación para tratar enfermedades como leucemia, aunque se puede extender a otros procedimientos clínicos, para lo cual se necesita más investigación. Lo ideal sería que en el futuro sea una medida terapéutica para padecimientos de mayor frecuencia, como diabetes o artritis”, añadió.

Con motivo de su ingreso a la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), acto encabezado por su presidenta, Rosaura Ruiz, el científico expuso parte de su trabajo, a lo largo de 15 años, encaminado a mejorar el entendimiento y uso de células madre, principalmente en su trasplante.

En su conferencia “Retos presentes y futuros en el trasplante de células madre”, realizada en el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, Madrigal expuso los avances y desafíos en el tratamiento de leucemia. “Si bien la sobrevivencia global aún no es la que quisiéramos, alrededor de 60 por ciento, gracias a estas células, de los pacientes tiene una valiosa opción; si el trasplante funciona se restaura toda su vida, sin complicaciones en el futuro”.

No obstante, el camino para superar la enfermedad no es fácil, puesto que tan sólo en Reino Unido, ejemplificó el especialista, 50 por ciento de los enfermos encuentran un donante de médula ósea; de éstos, sólo la mitad responde al tratamiento. De este 50 por ciento, añadió, la mitad fallece por recaídas, mientras otro 25 por ciento rechaza el injerto; el resto muere por infección.

Dijo que en ese país la cobertura en 80 por ciento de la población necesitaría de un banco con 50 mil muestras de cordón umbilical, importante fuente de células madre, lo cual representaría una inversión de alrededor de 50 millones de libras; situación similar que la de México.

El especialista puntualizó que si bien dichas células se obtienen con mayor regularidad de médula ósea, las extraídas de cordón umbilical tienen otras ventajas, como más factibilidad de coincidencia entre donadores y pacientes, así como una gran plasticidad, lo que puede aportar importantes resultados en la investigación para tratar otros padecimientos.

Por ello, agregó, se debe educar a los grupos que se oponen a este tipo de investigaciones y demostrar los beneficios que traen consigo.

“El reto de los científicos no sólo es hacer ciencia, sino también comunicarla a la población y transmitir que nuestro trabajo tendrá importancia en la vida diaria”, acotó.

COINCIDENCIA CELULAR

Sin embargo, Alejandro Madrigal aclaró que no basta sólo con encontrar donantes, sino que también se necesita mejorar la eficiencia de los trasplantes y aumentar ese 50 por ciento de supervivencia en el tratamiento. “¿Por qué en unos casos funciona el trasplante y en otros no? Esa es una de las claves”, señaló.

El principal problema, expuso, es que estas células tienen una gran variabilidad (polimorfismo), la mayor de todo el organismo molecular. Esto es, si el paciente recibe una molécula diferente en el trasplante, un solo aminoácido disímil bastaría, el cuerpo la reconoce (mediante los linfocitos) como extraña y monta una respuesta inmune que lleva a la muerte del paciente.

“Los métodos moleculares se han ido acercando, no obstante hasta ahora los trasplantes en la mayor parte del mundo se hacen con una resolución intermedia, pero para garantizar una mayor efectividad se necesita de una alta”, puntualizó.

Empero, apuntó, el trabajo de investigación que ha realizado con estudiantes mexicanos, que han regresado a México para continuar sus investigaciones, en el centro londinense ha aportado resultados alentadores en el entendimiento de este polimorfismo, así como en el control de los linfocitos que desconfían del injerto trasplantado. Aunque, reconoció, aún hay mucho qué aprender.

En este sentido, el ahora miembro de la AMC coincidió con su presidenta sobre la importancia de generar cada vez más recursos humanos que busquen resolver éstos y otros problemas de la ciencia.

“En México se han generado excelentes estudiantes, sin embargo, se debe hallar la forma de reincorporarlos a las instituciones y brindarles recursos para su investigación”. Mencionó que estudiantes que se han formado en el Instituto Anthony Nolan han regresado al país, no obstante el azoro de varios grupos ingleses. “Lo importante es que regresen al país y sigan abriendo brecha”.

Y finalizó: “La investigación es cara, más en este ramo; por ello se requiere un compromiso nacional, debemos enfatizar que con ella se resuelven problemas importantes y, en este caso, proyecta la salud de un país, moral, social y mental”.

Breve currículum de un científico notable

Alejandro Madrigal realizó sus estudios de medicina y medicina interna en la UNAM; estudios doctorales en la Universidad de Londres UCL, y estudios posdoctorales de cuatro años en las universidades de Harvard y Stanford.

Este año se le otorgarán dos doctorados Honoris causa por la Universidad de Nottingham, en Inglaterra, y por la Universidad de Odessa, en Ucrania; ha sido aceptado como miembro de la Academia Nacional de Medicina de México también este año.

El Instituto de Investigación que dirige en Londres, The Anthony Nolan Research Institute, es un centro líder a nivel mundial en el área de trasplantes de células madre e inmunología, y es parte del Anthony Nolan Trust, fundado en 1974, como primer registro mundial de donantes voluntarios no relacionados de médula ósea. Cuenta actualmente con más de 400 mil donantes registrados y ha contribuido en su historia con más de 4 mil donaciones de médula ósea en todo el mundo.

El doctor Madrigal ha hecho aportaciones fundamentales en su campo en los últimos 15 años. Esto lo confirman sus más de 300 publicaciones, muchas de ellas en las revistas científicas más importantes, lo que lo coloca como uno de los autores mexicanos más citados en la literatura médica y líder en su área.

Madrigal también ha colaborado estrechamente con múltiples instituciones académicas y de salud en México, como el IMSS, la UNAM, el Indre y la Universidad Autónoma de Coahuila, así como con los registros de donantes no relacionados y bancos de células de cordón umbilical.

En junio de 2007, Alejandro Madrigal fue galardonado con la Medalla Ohtli, por la Secretaría de Relaciones Exteriores, que se otorga a personas que han dedicado la mayor parte de su vida y actividad profesional a “abrir brecha” en el extranjero.

isaac.torrescu@gmail.com


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