La Jornada
3 de septiembre de 2014
Redacción
En la ciudad de México, de alta sismicidad, el diseño estructural de edificios y otras construcciones ha ganado gran importancia para garantizar la seguridad de los habitantes y la longevidad de esas obras.
Uno de los especialistas de más experiencia en el tema es Luis Esteva Maraboto, del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien se ha dedicado a analizar los principales problemas en las áreas de ingeniería sísmica y confiabilidad estructural.
El problema con los sismos es la excitación que causan sobre la construcción, así como el movimiento del terreno donde está, y eso depende plenamente de la geofísica del sitio. La labor de un ingeniero estructural es aplicar criterios y métodos para defendernos; nuestra investigación se orienta al desarrollo de éstos, y también para determinar la probabilidad de falla de una construcción diseñada bajo cierto criterio en caso de ocurrir un movimiento de cierta intensidad, explicó el también integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.
Puntos básicos
Los criterios de diseño abarcan cuatro puntos básicos: la resistencia lateral; el amortiguamiento; la propiedad de ductilidad, y los espectros de diseño, explicó.
La respuesta de una construcción se liga con las características del movimiento del terreno mediante sus correspondientes espectros de respuesta.
Todos estos conceptos comenzaron a desarrollarse en aplicaciones en el área de ingeniería a partir de los años 70. Las normas actuales toman todos esos criterios en cuenta. Sin embargo cuando yo empecé a calcular estructuras no había suficiente conocimiento del tema y sobre la marcha íbamos averiguando, dijo el especialista.
El temblor del 28 de julio de 1957 determinó mi acercamiento a la ingeniería sísmica y mi interés por estimar la amenaza sísmica en el país, señaló Esteva Maraboto.