El Universal
01 de febero de 2006
Nurit Martínez
Expertos analizan hoy el tema durante un foro sobre la materia
Investigadores de las áreas del crimen organizado, el tráfico de drogas, la salud, economía, política, historia y especialistas de los medios de comunicación de los centros de investigación y universidades públicas del país, que han estudiado el fenómeno del narcotráfico en México, se reunirán en torno al Primer Foro Narcotráfico, Ciencia y Sociedad, con el propósito de plantear la creación de un Centro de Investigaciones del Narcotráfico.
En este foro, convocado por la Academia Mexicana de Ciencias, el Colegio de Sinaloa y la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) se presentarán los trabajos de científicos mexicanos y especialistas en temas como el tráfico de drogas, la violencia, la delincuencia organizada, la inseguridad y las afectaciones a la salud.
Luis Astorga, científico del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y coordinador del foro, aseguró que a lo largo de nueve décadas el gobierno federal «no se ha dado cuenta que en lugar de disminuir el problema le ha echado más leña al fuego. No hay balance que les haya detenido a pensar de lo que no funciona. La estrategia empleada es contraria incluso a las tendencias internacionales, al incentivar únicamente medidas punitivas».
De acuerdo con Astorga, si los objetivos del gobierno federal en el combate al narcotráfico eran reducir el consumo, tráfico y número de gente dedicada a esta actividad, «no se ha logrado ninguno de ellos».
«La PGR y la Sedena, instancias encargadas del combate al tráfico de drogas, están encerradas en su propio mundo que es el punitivo y ajenas a las experiencias de otros países y a la discusión internacional. Ello sólo demuestra la casi nula posibilidad de una mayor flexibilidad de ciertas reglas de acción para afrontar este problema».
El estudioso de la historia del narcotráfico en México señaló que en países como México y Colombia son pocos los investigadores dedicados a este tipo de áreas por considerar que es una actividad «riesgosa» a la que se le suman «mitos».
La gran mayoría de los investigadores mexicanos, dijo, prefieren dedicarse a estudiar fenómenos sociales legales, pero muy pocos, a diferencia de otras naciones como Estados Unidos o Colombia, se adentran al estudio de problemáticas de la ilegalidad, como delincuencia organizada o guerrilla, donde además se debe hacer un doble esfuerzo por conseguir información por las mismas características del problema.
«Algunos investigadores no quieren adentrarse en este tipo de fenómenos porque piensan que van a descubrir cosas que la policía no sabe y se dejan llevar por esa versión ´hollywoodense´, pero en la realidad es muy distinto el trabajo que desde la academia se hace en comparación con el policiaco; además, estadísticas internacionales demuestran que los científicos sociales dedicados a investigar esos fenómenos no son objeto de ningún tipo de agresión».
El también coordinador de la Cátedra UNESCO «Transformaciones económicas y sociales», relacionada con el problema de las drogas, dijo que se busca que el conocimiento generado desde la academia sobre el tráfico de drogas sea escuchado por las instancias federales encargadas de combatir ese problema.
«La idea sería evitar reproducir ideas tomadas de otros contextos, y lograr que cuando el gobierno busque alternativas para contrarrestar ese problema social, las pueda encontrar desde la academia en México».