Investigacion y Desarrollo
26 de marzo de 2009
Héctor de la Peña
Los países del subcontinente Latinoamericano y El Caribe presentan diferencias sustanciales a nivel de desarrollo económico, ideológico, social e incluso cultural, que en muchos sentidos desfavorecen la consecución de acuerdos. Sin embargo, también existen ciertas analogías entre estas naciones que permiten, al menos, vislumbrar ciertos consensos en temas trascendentales para su desarrollo, como es el caso de la ciencia, tecnología e innovación.
Bajo esa percepción fue que en los primeros días del mes corriente se organizó en la ciudad de México el Primer Foro Regional sobre Ciencia, Tecnología e Innovación en América Latina y el Caribe: Hacia un nuevo contrato social de la ciencia, organizado por el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT), la Academia Mexicana de Ciencias, el Consejo Internacional de Ciencia y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), con auspicio del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el cual tuvo como premisa establecer acuerdos en la materia a fin de consensuarlos en las dos siguientes reuniones regionales a efectuarse en Brasil y Argentina, y eventualmente presentarlos como la postura latinoamericana y de El Caribe en el Foro Mundial de la Ciencia, a celebrarse en noviembre próximo en Budapest, Hungría.
En entrevista, el doctor Jorge Grandi, director de la Oficina Regional de Ciencia de la UNESCO para América Latina y el Caribe, y principal organizador del evento, refirió que del primer Foro Mundial de la Ciencia, llevado a cabo hace 10 años en la capital húngara, se desprendió el Contrato social de la ciencia al servicio de la sociedad, en el que se expuso la necesidad del acercamiento entre el quehacer científico y el beneficio social, sobre todo en temas como pobreza, paz, alimentación y medio ambiente, entre otros. “Esa propuesta surgió de una reunión similar a la que ahora tenemos en México, sólo que aquella vez ocurrió en Santo Domingo, República Dominicana, y lo que allí se planteó fue la relación entre sociedad y ciencia, entre lo público y lo privado. Ahora lo que se pretende en estas reuniones (la de México, Brasil y Argentina) es conocer cuántos siguieron el contrato social, cuánta inversión destinaron a la ciencia y tecnología, si hubo avances en la igualdad de género y la calidad de educación en ciencia que presentan nuestros países; es decir, una radiografía de la zona latinoamericana para saber desde dónde debemos partir”, recalcó.
El titular de la oficina regional para la UNESCO en materia científica comentó que la desarticulación entre los avances de la ciencia y la sociedad no es un problema que ocurra sólo en México, ni siquiera es exclusivo de América Latina, sino que se trata de un asunto mundial, aunque aclaró que en ciertas zonas se han puesto en marcha estrategias para mejorar la condición. Citó el ejemplo de la Unión Europea, donde existen mecanismos de consulta a la sociedad civil para los objetivos que se buscan plantear con los Programas Marco o los presupuestos en la materia. “De esa forma, el quehacer científico no es sólo una decisión de los investigadores o gobernantes, sino de la población general a través de sus entes representantes. Por ello, cobra mucha importancia el papel de los legisladores y mecanismos de consulta, como lo es el Foro Consultivo Científico y Tecnológico en el caso mexicano”, comentó.
Para el representante de la UNESCO, la falta de acercamiento entre ciencia y sociedad ha redundado en la escasez de recursos humanos en la materia, pero el caso de Latinoamérica se agrava cuando al déficit cuantitativo se suma el cualitativo, por lo que llamó a realizar esfuerzos mayores en materia educativa, sobre todo a nivel básico, para revertir esa situación.
Al retomar el tema de los mecanismos de vinculación entre ciencia y sociedad, el experto insistió en la necesidad de que los legisladores representen la voz de los votantes y muestren interés en temas científicos, tecnológicos y de innovación a fin de avanzar en políticas de Estado en beneficio de la sociedad. “Algo que hemos percibido en la región es que los legisladores aprecian mucho el tema de la ciencia y tecnología, pero muchos de ellos también pertenecen a otras comisiones (en los congresos) y ante la actual situación de crisis generalizada enfocan sus discusiones a otros temas de coyuntura. Es allí donde organismos como el FCCyT cobran mayor relevancia al retomar el tema científico a discusión entre actores importantes”, concluyó.
Actores nacionales
En el marco de la inauguración del Primero Primer Foro Regional sobre Ciencia, Tecnología e Innovación en América Latina y el Caribe: Hacia un nuevo contrato social de la ciencia, el coordinador general del FCCyT, doctor Juan Pedro Laclette, calificó de prudentes las reuniones que aborden el tema del vínculo entre ciencia y sociedad, ya que actualmente esta relación se ha vuelto más compleja, toda vez que los desarrollos científicos no pueden tener más la “pretendida neutralidad ante la sociedad”. En ese sentido, afirmó que la buena relación entre estos temas ha llevado a muchos países a un fructuoso desarrollo económico y social.
En su intervención, la presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), doctora Rosaura Ruiz, comentó que a lo largo de la historia la política y ciencia se han conformado en un bien indisoluble cuando se ponen al servicio de la sociedad, pero mientras alguna de ellas responda a la necesidad del poder se continuarán con “rezagos absurdos, conflictos inevitables y desequilibrios que caracterizan a nuestro subcontinente”. Ante ello, dijo, los científicos tienen la responsabilidad de atender con seriedad los problemas que enfrenta el mundo, aunque puntualizó que esto exige el compromiso de todos los actores sociales.
De su parte, el maestro Juan Carlos Romero Hicks, titular del Conacyt, subrayó la necesidad de recordar que la ciencia y tecnología deben tener como principio y fin al ser humano, y ante los grandes problemas que actualmente enfrentan las sociedades, estas materias, en conjunto con la innovación y el conocimiento, abrirán nuevas perspectivas. Y mencionó que este tipo de reuniones, convocadas por la UNESCO, dan paso a la reflexión y a la crítica constructiva para llegar a nuevos contratos sociales de la ciencia.