La Crónica de Hoy
27 de noviembre de 2009
Isaac Torres Cruz
No obstante todas las dificultades que enfrenta la ciencia nacional, existen en nuestro país investigadores de talla internacional, quienes abren los caminos de la esperanza, algunos de ellos reconocidos por el gobierno capitalino el día de hoy, señaló Esther Orozco, directora del Instituto de Ciencia y Tecnología del D.F. (ICyTDF), durante la entrega de los Premios Heberto Castillo.
“Hace tres años iniciamos la labor de convencer a investigadores capitalinos que su saber puede ayudar a paliar las necesidades de la sociedad, hoy percibimos la decisión firme de varios científicos de participar en este proyecto”, refirió Esther Orozco.
“Aumentar el número de patentes, apoyarnos en la ciencia y la tecnología, otorgar a los jóvenes la oportunidad de ir al extranjero a terminar una preparación de excelencia y a buscar los espacios laborales a su regreso, que su saber sea de gran utilidad a su ciudad y a su país; algunos de los objetivos”, abundó.
En el marco de la entrega del galardón, presidido por el jefe de gobierno Marcelo Ebrard Casaubon, destacó que en la ciudad de México se tiene la visión y la convicción de que el camino de nuestro país hacia un futuro pleno debe construirse con base en la educación, la ciencia y la tecnología.
GALARDONADOS. Por tercer año, el gobierno del D.F., a través del ICyTDF, entregó los Premios Heberto Castillo a siete investigadores destacados por sus contribuciones al conocimiento y su uso a favor de la sociedad. Científicos de la UNAM, IPN y IMP, entre otros, recibieron el reconocimiento que consiste en una medalla de plata y 200 mil pesos.
En la categoría Tecnologías Urbanas, el investigador consagrado ganador fue Luis Héctor Hernández Gómez, de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, del Instituto Politécnico Nacional, por sus contribuciones al desarrollo del transporte, especialmente del eléctrico.
El Premio en Salud, para científicos consagrados fue para Jesús Adolfo García Sáinz, del Instituto de Fisiología Celular de la Universidad Nacional Autónoma de México, por su brillante trayectoria en la investigación biomédica y por su notable contribución al establecimiento de la acción de los receptores adrenérgicos. Mientras que el joven investigador premiado fue Mario César López Camarillo, de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, por sus contribuciones a la biología molecular de dos enfermedades de importancia social y económica en nuestro país como lo son la amibiasis y el cáncer de mama.
En la categoría de Ciencias Básicas, para científicos consagrados, el jurado nombró dos ganadores: Iván Antonio Izquierdo, científico brasileño de la Pontifícia Universidad Católica de Río Grande do Sul, por su sobresaliente producción científica y de formación de recursos humanos, así como a Flavio Manuel Mena Jara, de la Universidad Nacional Autónoma de México, pionero de la neuroendocrinología en México y por su participación en la descentralización de la ciencia en México. Jorge Morales Montor fue el joven galardonado, por su trabajo en el campo de la parasitología realizado en la UNAM.
Jaime Sánchez Valente, del Instituto Mexicano del Petróleo, fue galardonado con el Premio en Medio Ambiente para jóvenes investigadores, por sus aportes científicos para la solución de problemas de contaminación generados por la industria, en especial la petrolera, así como su compromiso con la formación de recursos humanos y el desarrollo de tecnologías para el mejoramiento del medio ambiente.
IMPULSO. Durante la ceremonia, García Sáinz, también reconocido por ser el autor mexicano más citado en el periodo 1980-1992, insistió en la importancia de usar a la ciencia y a la tecnología como palancas del desarrollo, y pidió a quienes toman las decisiones exentar de impuestos los productos requeridos para la investigación científica y simplificar los procesos de importación de dichos artículos.
Es importante destacar que la propuesta del científico miembro de la AMC fue respaldada tanto por la presidenta de la Academia, como por el jefe de gobierno Marcelo Ebrard Casaubon, quienes reconocieron que tanto los extenuantes trámites burocráticos de importación, como los impuestos a los insumos requeridos, constituyen un obstáculo al buen funcionamiento de la ciencia mexicana.
Por su parte, Jorge Morales insistió en la importancia de impulsar una ciencia de clase mundial, no sólo en los discursos, sino también en las asignaciones presupuestales puesto que, de lo contrario, “México se encamina a la mediocridad, al subdesarrollo y a ser un eterno maquilador”.
Laureados
– Salud es para César López Camarillo del Programa de Ciencias Genómicas de la UACM
– Salud a Jesús Adolfo García Sáinz del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM
– Investigación Básica a Jorge Morales Montor del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM.
– Medio Ambiente a Jaime Sánchez Valente del Instituto Mexicano del Petróleo
– Tecnologías Urbanas a Luis Héctor Hernández Gómez de la ESIME Azcapotzalco del IPN.
– Ciencias Básicas a Iván Antonio Izquierdo de la Pontificia Universidad Católica de Río Grande do Sul, Brasil
– Ciencias Básicas a Flavio Manuel Mena Jara del Instituto de Neurociencias del Campus Juriquilla, Querétaro de la UNAM.