La Crónica de Hoy
6 de enero de 2012
Isaac Torres Cruz
Academia
La narcolepsia es un trastorno neurológico crónico causado por la incapacidad cerebral de regular normalmente los ciclos de sueño y despertar. En varios momentos del día, las personas con narcolepsia experimentan impulsos fugaces de dormir, por lo que no pueden realizar tareas de riesgo como el manejo de maquinaria o simplemente conducir un automóvil.
Además de la somnolencia diurna, otros tres síntomas la caracterizan: cataplejía, o la pérdida súbita del tono muscular voluntario, que es además un primer síntoma de este trastorno del sueño; alucinaciones vívidas durante el inicio del sueño o al despertar; y breves episodios de parálisis total al comienzo o al final del sueño.
Hasta ahora no existen medicamentos o tratamientos que actúen de manera directa en el padecimiento, causado por la degeneración o destrucción de los neurotrasmisores llamados orexinas. Las neuronas producen éstos durante la vigilia y evitan que los sistemas cerebrales para la vigilia se apaguen inesperadamente.
No obstante, se abren nuevas vías de investigación encaminadas a incidir dentro de estos procesos, una de éstas por investigadores del Instituto de Fisiología de la UNAM, encabezados por René Drucker Colín, quienes estudian una vía de reemplazo neuronal prometedora.
En conferencia, durante la Reunión General de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), el científico expuso que si bien este trastorno sólo afecta al 0.2 % de la población mundial, dos por cada mil habitantes, no se ha estudiado y diagnosticado de manera correcta en muchos países lo que podría arrojar una cifra mayor.
Mencionó que actualmente se utilizan estimulantes o antidepresivos para contrarrestar algunos efectos de la narcolepsia, aunque son tratamientos que pueden tener efectos secundarios importantes. Dijo además que debe analizarse si se trata de una enfermedad autoinmune.
REEMPLAZO CELULAR. El investigador emérito de la UNAM y ex presidente de la AMC, explicó que actualmente se realizan diversos trasplantes neuronales para más de una patología, buscando las neuronas más específicas y efectivas para sustituir aquellas que han sido dañadas por procesos neurodegenerativos
“Pero en el reemplazo celular hay muchos problemas porque no se sabe dónde debemos realizar específicamente el trasplante; se podría hacer en la región donde se perdieron de origen, pero hay evidencias de que éstas se pierden sin generar efecto alguno”.
La orexina se produce en el hipotálamo lateral, sólo entre 8 mil a 20 mil neuronas, que envía axones a diversas áreas del cerebro, en especial a una zona del cerebro llamada PPT, que tiene que ver con la actividad que induce la relajación muscular. “Cuando un animal pasa del sueño REM al MOR, la actividad de estas células se incrementa, es inhibitorio de la actividad muscular”.
En la narcolepsia, de un estado de vigilia se pasa a la etapa REM del sueño de manera súbita, por lo que se pierde el tono muscular. “En animales, hemos tomados células productoras de orexina y trasplantado en el hipotálamo lateral, cuyo tiempo de vida es de alrededor de un mes, sin que haya ningún efecto sobre el ciclo vigilia-sueño, tampoco funciona para corregir la cataplejía”.
Por otra parte, la trasplantación en la zona de PPT tampoco ha habido un efecto en el tiempo focal del ciclo vigilia-sueño, añadió, sin embargo lo que sí elimina es la cataplejía. “Ahora debemos revisar cuánto tiempo sobreviven y qué número de células hay que trasplantar, analizar si de ello depende que incidan también en el ciclo vigilia-sueño”.
En conclusión, enfatizó, las células en trasplantes hipotalámicos sobreviven en los animales, no sabemos aún por cuánto tiempo, y podrían revertir el fenotipo narcoléptico cuando se trasplantan en el PPT. Estos datos apuntan que la terapia de reemplazo celular tendrá aplicaciones en el futuro para tratar a pacientes con narcolepsia; aún así debemos de saber si es una enfermedad autoinmune”.
El científico enfatizó que los casos de narcolepsia aumentan conforme se diagnostica mejor la enfermedad y la sociedad da cuenta de que es un trastorno importante más que sólo una enfermedad exótica.