El Universal
26 de noviembre de 2007
Ricardo Cerón
Las prótesis actuales más desarrolladas para la amputación de brazo a la altura del codo en el mundo cuentan como máximo con tres grados de libertad o de movimiento: presión (abrir y cerrar mano), prono-supinación (giro del antebrazo sobre su eje longitudinal) y flexión del codo.
Yendo más allá, científicos del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) lograron agregarle un cuarto movimiento: el de rotación humeral (giro del húmero sobre su eje longitudinal), que aunque se considera relevante, apenas algunas prótesis lo incluyen de forma pasiva. Un ejemplo del movimiento que es capaz de hacer este desarrollo tecnológico es el que tiene que hacer cualquier persona al abotonarse una camisa.
Las investigaciones para desarrollar la primera prótesis tardaron cerca de cinco años.
El diseño se convirtió en el proyecto de titulación de doctorado de Apolo Escudero, actualmente adscrito a la Universidad Popular del Estado de Puebla (UPEP).
A partir de los conocimientos de la robótica, el grupo del Cinvestav, construyó ese mecanismo, con la idea de hacer un instrumento práctico, con aplicación inmediata, que tuviera implicaciones positivas en el entorno social.
En la actualidad, explica Apolo Escudero, la prótesis ha sufrido algunos cambios en comparación al desarrollo original, sobre todo, para mejorar su eficiencia de movilidad.
Gracias al apoyo económico que le ha brindado el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), Apolo Escudero confía en que este novedoso instrumento pueda ser implantado ya en seres humanos a partir del próximo año.
Por el desarrollo de esta prótesis, Apolo Escudero obtuvo en 2004 el Premio Weizmann que otorgan la Academia Mexicana de Ciencias y el Instituto Weizmann de Israel.