El posgrado: corazón del Cinvestav

El Universal
13 de febrero de 2012
María Luisa López

Suplemento / El Universal / PÁGINA: 6-9

Aún no llegaba a este mundo cuando obtuvo su Registro Federal de Causantes: 28 de octubre de 1960.

Nació casi seis meses más tarde y por decreto presidencial, el 17 de abril de 1961.

Aprendió a dar sus primeros pasos de la mano del médico, fisiólogo e investigador mexicano Arturo Rosenblueth (19001970), quien confiaba tanto en el Centro que afirmaba que es un buen modelo para las instituciones del futuro, que cinco o seis centros semejantes «revolucionarían en un periodo de pocos años el panorama científico nacional». Y así fue.

Con esa premisa fue creciendo el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional.

Pasó de la niñez a la adolescencia, hasta llegar a la juventud y luego convertirse en el personaje maduro que este año llega al medio siglo de vida.

La visión de su director fundador, Arturo Rosenblueth, sigue vigente, afirma Fernando Navarro, secretario académico del Cinvestav. «Seguimos pensando que los posgrados deben ser competitivos a nivel internacional y que no estamos haciendo ciencia doméstica. Debemos pensar en todas nuestras acciones en estándares internacionales con Harvard o cualquier otra institución educativa de alto nivel en el mundo, con quien sea».

Por eso es tan importante mantener con buena salud todas las partes que integran este organismo, pero especialmente aquella que Fernando Navarro considera su corazón: los posgrados.

¿QUÉ MANTIENE SUS LATIDOS?

Conformado actualmente por 29 maestrías y 28 doctorados en cuatro áreas fundamentales del conocimiento y la investigación científica y tecnológica -Tecnología y Ciencias de la Ingeniería, Ciencias Biológicas y de la Salud, Ciencias Exactas y Naturales, y Ciencias Sociales-, el posgrado del Cinvestav alcanzó un registro de 8 mil 991 grados concedidos desde 1961 hasta finales de 2011.

El 91% de los investigadores del Cinvestav pertenecen al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), un reflejo de la calidad de su nivel educativo que está a la par de cualquier institución universitaria del primer mundo.

El Cinvestav es hasta ahora la única institución científica del país que mantiene todos sus programas de posgrado en el Padrón Nacional de Posgrado del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) en sus dos niveles: competencia internacional y programas consolidados. Goza de excelente salud.

Su mayor reto al llegar a este medio siglo de vida es evitar enfermarse de anquilosamiento. En plena madurez, con una historia que registra casi 9 mil grados, busca evitarlo.

CHECK-UP PERMANENTE

Parte de este esfuerzo se reflejó en una Primera Reunión de Posgrado, organizada por Esther Orozco, secretaria de planeación durante la gestión de Feliciano Sánchez Sinencio (19891992). Pero no fue sino una década después que, bajo la coordinación de Víctor Calderón, se llevó a cabo el primer Análisis de los Planes Académicos del Cinvestav.

En el análisis se impulsó la idea de trabajar en cuatro puntos fundamentales que permitieran dar pasos más acelerados en su proceso de evolución, basados en la autocrítica: el diagnóstico y estado de los programas de maestría y doctorado, la reglamentación institucional, el reclutamiento de estudiantes y la comparación con programas de posgrado de otras instituciones nacionales y del extranjero, con miras a reforzar el trabajo multidisciplinario.

«En todos los aspectos se ha ido trabajando, en algunos de forma más acelerada que en otros pero, desde mi punto de vista y el de muchos colegas que estuvieron presentes en ese encuentro, uno de los grandes retos es la redefinición de la política académica institucional, con una mayor participación de los investigadores», considera el bioquímico especializado en intoxicación por plomo.

Otro de los grandes retos del Centro, es establecer un mayor y mejor contacto con la sociedad en general, conseguir mejor difusión de su labor y el impacto que tiene o puede tener la investigación y el estudio científico y tecnológico, para contribuir al desarrollo de un mejor país en todos sus ámbitos.

CAMPOS PIONEROS

Dentro de las cuatro áreas del conocimiento que se cultivan en el Cinvestav, Fernando Navarro, destaca la labor pionera que las ha caracterizado. Por ejemplo, el área de Ciencias Biológicas, donde existen 170 investigadores en 10 departamentos, que son prácticamente líderes en México.

«También somos pioneros en el área de fisiología, que fue una de las áreas principales desde los primeros años del Cinvestav; recordemos que nuestro director fundador, el Dr. Arturo Rosenblueth, era fisiólogo», apunta el miembro de la Academia Mexicana de Ciencias y presidente de la Asociación Mexicana de Microbiología.

Pero también hay que destacar el área de las Ciencias Sociales con el Departamento de Investigaciones Educativas, fundado en 1971, y cuya contribución ha sido la elaboración de los libros de texto de enseñanza básica, entre 1971 y 1980.

En Ciencias Exactas tenemos el departamento más importante en física, que es muy fuerte y tiene alrededor de 50 investigadores trabajando. Es súper competitivo, es uno de los más productivos de todo el Cinvestav incluso. Prácticamente casi toda la física que se hace en México está relacionada en su mayoría con egresados del Cinvestav.

Así ha sido a lo largo de la historia. Ejemplos hay. Uno de ellos es el caso del neurofisiólogo de origen español Ramón Alvarez-Buylla (1916-1999), quien dedicó sus últimos años de vida a fomentar con intensidad la formación de científicos en Colima, donde se consolidó también un grupo de investigación en fisiología.

AUTOCUIDADO: LARGA VIDA

Todo está cambiando para el Cinvestav al llegar a sus 50 años. Poco a poco, formas de organización, acciones, programas, profesores y alumnos, se están transformando, pero siempre con el pensamiento vigente de su director fundador, para quien era esencial la formación de recursos humanos que incluso fueran mejores que sus profesores. Ese ideal sigue siendo motivo de esfuerzo, afirma el secretario académico.

Los logros alcanzados por el Centro a lo largo de medio siglo no lo exenta de nuevas pruebas para mantener el control de su buena salud, sin permitir que se apague su corazón.

«Estos 50 años han sido muy buenos para el Cinvestav, pero necesitamos reestructurarnos y reinventarmos para ser vigentes y seguir siendo uno de los mejores en México», concluye Navarro. ¦

[tc]


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