Grupo Fórmula
15 de marzo de 2011
Con Denise Maerker
Consideró lo anterior el presidente de la Academia Mexicana de las Ciencias e investigador de la máxima casa de estudios, Arturo Menchaca, quien dijo que es común que se tienda a exagerar la información desde afuera del país en donde es la tragedia por lo que llamó a la ecuanimidad
La comunidad internacional debe asumir una conducta ecuánime y razonable respecto a la magnitud que le da a la tragedia ocurrida en Japón, toda vez que si bien existen riesgos latentes sobre fugas de radioactividad, los únicos que cuentan con los datos precisos sobre estas mediciones son las propias autoridades niponas y no caben las especulaciones.
Consideró lo anterior el presidente de la Academia Mexicana de las Ciencias e investigador de la máxima casa de estudios, Arturo Menchaca quien dijo que es común que se tienda a exagerar la información desde afuera del país en donde es la tragedia.
En ese sentido, recordó lo ocurrido con México cuando se dio la epidemia de la influenza A(H1N1) y cómo se miraban al país desde afuera, se exageraba la información y era poco objetiva a pesar de que en el país la situación estaba controlada.
Entrevistado por Denise Maerker, dijo que es lo mismo en cuanto a Japón, pues mientras en otros países se habla de que la situación en ese país está fuera de control la información que se está dando en la isla está relacionada con el nivel de radioactividad en la zona, además de que la que se ha fugado no ha llegado a límites de afectación a las personas.
El especialista dijo que si bien hubo una fuga de radioactividad, es muy probable que hoy ya esté bajo control, lo cual no quiere decir que la situación no puede empeorar, pero sin tener la certeza no se puede hablar de que la situación está fuera de control.
«Hay muchas opiniones de quienes pueden saber del tema, pero lo cierto es que quienes saben realmente lo que está pasando son los que están ahí, son los que más saben, son expertos y debemos confiar en las autoridades japonesas realizando las medidas que corresponde», detalló.
Por ejemplo, recordó, cuando fue la epidemia de influenza en México se decían cosas terribles en ese momento porque el fenómeno era visto a la distancia y México actuó como correspondía, afuera nos daban durísimo y se sentía cierta falta de comprensión, «no hagamos lo mismo y seamos ecuánimes».
«Es cierto que el problema nuclear es algo que genera mucha controversia a nivel mundial y, por lo tanto, hay mucha gente que ha estado emitiendo opiniones», pero -agregó- es preciso verificar la fuente de información.
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