El meteorito que impactó en Chicxulub nos “abrió” pozos petroleros como Cantarell

La Crónica de Hoy
7 de febrero de 2014
Isaac Torres Cruz

Cinco segundos después de que el meteorito de cerca de 10 kilómetros de diámetro impactara la Tierra, hace 65 millones de años, provocó un agujero de 25 kilómetros de profundidad, tsunamis de 300 metros y minutos después: una montaña de escombros del tamaño del Everest. Progresivamente, el cambio planetario que generó acabaría con el 75 por ciento de las especies en el planeta y extinguiría a los dinosaurios.

El cráter de Chicxulub es la cicatriz de 180 kilómetros de diámetro que quedó en lo que actualmente es la península de Yucatán, en una zona que estaba sumergida entonces al igual que la mayor parte de lo que ahora es México.

El impactó rompió la plataforma continental y formó brechas carbonatadas, donde muchos millones de años después los mexicanos obtendríamos gran parte de nuestra riqueza petrolera, recuerda Jaime Urrutia Fucugauchi, uno de los principales investigadores mexicanos que ha estudiado el cráter y que expuso algunos de estos resultados durante su conferencia de ingreso a El Colegio Nacional.

“Al desplomarse esa ‘montaña’ el impacto rompe casi toda la plataforma de Yucatán, desploman fragmentos a lo largo de toda el área y forman las brechas carbonatadas del Golfo de México donde están los depósitos de hidrocarburos mexicanos más importantes: los yacimientos de Cantarell y Ku Maloob Zaap”, añadió el investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.

El Chicxulub es una huella del cambio geológico en el planeta —la transición de eras—, de la extinción de los grandes reptiles, la oportunidad para los pequeños roedores que después evolucionarían en nosotros y deja marca de uno de los recursos sostén de nuestra economía al día de hoy.

Mucho del conocimiento generado sobre el cráter es en buena medida generado por Jaime Urrutia, uno de varios motivos por los cuales ahora forma parte de una de las principales instituciones académicas del país y en el que han figurado los mexicanos más destacados en las ciencias y artes.

PLAYA Y MARISCOS. Recientemente, la revista Science presentó un artículo de revisión del mexicano para marcar los 30 años de la propuesta de la teoría del impacto hecha por los estadunidenses Luis Álvarez y su hijo Walter Álvarez. Ahí resumió cómo van las investigación actuales, que encabeza en buena medida, y las nuevas líneas que se han abierto.

Entre estas se encuentran determinar la procedencia del meteorito, cómo se recuperó la vida después del cataclismo e incluso cómo puede ayudar a estudiar colisiones en superficies extraplanetarias —Marte o la Luna— y la comprensión de la formación de otros sistemas planetarios.

“La ciencia cambia mucho cómo vemos las cosas”, señaló posteriormente Luis Felipe Rodríguez, uno de los principales radioastrónomos del país, miembro de El Colegio Nacional y encargado de responder el discurso del geofísico la noche del miércoles.

Oriundo de Mérida, el científico relató que de joven, como muchos otros, tenía en mente a Chicxulub como un lugar en la playa para tomar un baño de mar y Sol, un sitio para tomar unas cervezas y comer mariscos. “Pocos sabíamos que estábamos en un lugar privilegiado de la Tierra. En un lugar donde cambió el curso de la vida en el planeta”.

Después de exponer la prolífica trayectoria de Urrutia Fucugauchi, el astrónomo mencionó que sería una verdadera tragedia que tal fenómeno no contara con un líder mexicano en este campo para su investigación, y que no es el caso. Agregó que su membrecía en El Colegio Nacional enriquece notablemente a la institución.

Durante su exposición, el geofísico mencionó que una de las tareas importantes de El Colegio es despertar el interés de niños y jóvenes para que realicen carreras en áreas de ciencias, “y el hecho de que tengamos al cráter Chicxulub en México, abre grandes oportunidades de participar en proyectos importantes y es un reto para la comunidad científica tener una contribución y participación relevantes en estos trabajos”.

VELADA

Jaime Urrutia Fucugauchi, vicepresidente de la Academia Mexicana de Ciencias, reconocido como uno de los estudiosos más importantes de nuestro país en las ciencias de la Tierra y conocedor excepcional del cráter Chicxulub, ingresó a El Colegio Nacional en una noche donde estuvo acompañado por sus colegas, familiares y amigos.

En el acto, realizado el pasado miércoles, Urrutia recibió el diploma y el fistol que lo acreditan como nuevo integrante de la institución, distinciones entregadas por el presidente en turno Octavio Novaro Peñaloza.

Así como el geofísico agradeció a quienes reconocieron sus aportaciones a la ciencia, y que le valieron su ingreso a El Colegio, el investigador también correspondió con palabras de afecto el apoyo de su familia. Dedicó este logro a su padre, ya fallecido; a su madre Mariko, su hermano Javier, tíos, primos y sobrinos.

«He sido muy afortunado por haber nacido en esta familia. Es motivo de orgullo que me impulsa a continuar. A mis hijos Araxi y Avedis, mi esposa Ligia, participantes de aventuras, estudios, proyectos compartidos».

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