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16 de enero de 2009
Yassir Zárate Méndez
A 400 años de la aventura iniciada por Galileo Galilei, referida hace unas semanas en este suplemento, al apuntar su elemental pero eficaz telescopio hacia el cielo nocturno, la UNESCO patrocinará en 2009 el Año Internacional de la Astronomía, un evento a escala mundial, no sólo para recordar la efeméride, sino también para lanzar una invitación a la ciencia, y en particular a la astronomía.
Con ese vistazo, Galileo echó por tierra el vetusto sistema ptolemaico, que afirmaba que la Tierra ocupaba, inmóvil, el centro del universo. O que la Luna era una esfera perfecta, incaculada.
México no será ajeno a este festejo, que será encabezado por la Universidad Nacional, en coordinación con instituciones como el IPN, el CONACYT, el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, el Instituto de Ciencia y Tecnología del Distrito Federal, la Secretaría de Cultura de la ciudad de México, la Academia Mexicana de Ciencias, el INAH y las universidades de Guanajuato, Guadalajara y Sonora.
Lo que habrá en México
El director del Instituto de Astronomía de la UNAM, José Franco, dio a conocer que la primera intención de este evento es la de llamar la atención sobre la ciencia, y en particular sobre la astronomía, a la que califica como “una ciencia que atrae a todo el mundo y que además es bellísima. Queremos que esta sea una introducción estupenda para acercarse al conocimiento”.
Esta idea la comparte Silvia Torres, investigadora emérita de la UNAM y Premio Nacional de Ciencias y Artes, quien agregó que con las actividades que se desarrollarán en el país y en el extranjero, se espera atraer a niños y jóvenes hacia la ciencia.
Las actividades arrancarán el próximo 31 de octubre, con un magno evento denominado Noche de las Estrellas, en el que se contará con la participación del INAH, toda vez que se pretende que una veintena de sitios arqueológicos e históricos de la República abran sus puertas al público, con el fin de que miren al cielo nocturno.
Entre los sitios que se espera participen se encuentran Monte Albán, Chichen Itzá, La Quemada (Zacatecas) y el Zócalo de la ciudad de México, entre otros. Tlaxcala está incluida, con una sesión que tendrá lugar en Xochitécatl. Con este acto se busca que el mayor número posible de personas voltee a mirar el cielo.
Asimismo, se planea una serie de conferencias, presentaciones y exposiciones fotográficas, dirigidas principalmente al público infantil y juvenil, pero sin perder de vista a otros sectores poblacionales y que se efectuarán a lo largo del año.
También señaló que coordinarán actividades con asociaciones y organizaciones de astrónomos de España y Francia. Igualmente, avanzó que las actividades concluirán con una Feria de la Astronomía, que eventualmente tendría lugar en el Palacio de Minería.
Para José Franco “esta celebración tiene relevancia por varias razones. El hecho de que Galileo haya utilizado un telescopio, representó un acto por medio del cual este instrumento se convirtió en una extensión de nuestros ojos y por lo tanto de nuestros sentidos”.
Esto representó un cambio radical en la percepción del universo, “pero también de nuestro mundo interior”. Por este motivo el Año Internacional de la Astronomía propiciará el reconocimiento al avance científico y tecnológico que se ha dado en estas cuatro centurias.
Distintos programas para mirar al cielo
Y es que la iniciativa a escala internacional es muy ambiciosa. Además de la espectacular Noche de las estrellas, se ha diseñado un programa muy amplio. Como apunta la presidenta de la Unión Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en inglés), Catherine J. Cesarsky, “la astronomía es una de las más antiguas ciencias fundamentales. Ha tenido un continuo impacto en nuestra cultura y es una poderosa expresión del intelecto humano”.
Entre la amplia gama de programas que se echarán a andar destaca el denominado “Ella es una astrónoma”. Amparado en las Metas de Desarrollo del Milenio, respaldadas por las Naciones Unidas, esta propuesta busca “promover la igualdad de género en la astronomía, y en la ciencia en general”.
Aproximadamente una cuarta parte de los profesionales de la astronomía son mujeres, aunque el diagnóstico de la UNESCO apunta que en algunos países no las hay dedicadas a esta actividad, mientras que en otras naciones representan a más de la mitad del gremio.
La organización multinacional concluye que las variaciones en el número de astrónomas se debe a factores sociales y culturales y no a la habilidad que puedan demostrar en este campo. De ahí que este programa busque beneficiar a la astronomía con una mayor participación por parte de ellas.
El proyecto invitará a astrónomas profesionales y aficionadas, así como a estudiantes, pero también a todas aquellas personas interesadas en el problema de la equidad de género en la ciencia, y en particular en la astronomía.
Para este fin se diseñará una página web, en la que las astrónomas harán un resumen de sus carreras y de las dificultades que han enfrentado para desarrollarse en su vida profesional, incluso podrán narrar algunos pasajes de su vida cotidiana, en particular los relacionados con esta actividad científica.
Por otra parte, se echarán a andar otras propuestas como El Galileoscopio, que tiene como propósito el diseño de telescopios sencillos y fáciles de ensamblar y de utilizar, con lo que se espera popularizar la observación del cielo, con miras a acercar esta ciencia al grueso de la población, pensando en la posibilidad de abrir vocaciones científicas entre los niños y los jóvenes.
También se encuentra el Diario Cósmico, por medio del cuál se busca que los astrónomos ofrezcan un panorama de sus vidas cotidianas; el Portal a el Universo, que busca aportar noticias, imágenes, eventos y videos, a través de un portal digital; la Concientización sobre los Cielos Nocturnos, con el que se pretende reducir los efectos de la contaminación lumínica, que impide contemplar y gozar el espectáculo del cielo nocturno.
Cada uno de estos proyectos se aplicará de forma paulatina, pero continua, con miras a difundir la astronomía y la ciencia en su conjunto, aprovechando aquel gesto que realizó Galileo hace 400 años, al apuntar su telescopio hacia la oscuridad del cielo.