El Economista
24 de julio de 2011
Redacción
Dos mexicanos obtuvieron sendas medallas de bronce durante su participación en la XLIII Olimpiada Internacional de Química, la cual se realizó en Ankara, Turquía, del 9 al 18 de julio contó con una participación récord de 74 naciones y 273 estudiantes, lo que la hace la mayor en su historia.
Los premiados, Cindy Peto Gutiérrez, de Veracruz, y Raymundo Esquer Rodríguez, de Baja California, estaban en equipo con David Díaz Sánchez, del Distrito Federal, y Daniel Mireles Chávez, del Estado de México, quienes en marzo pasado resultaron ganadores de la XX Olimpiada Nacional de Química, que organizó la Academia Mexicana de Ciencias en Toluca.
Para la única mujer del equipo, el certamen internacional resultó “bastante reñido porque se presentaron países cuyos estudiantes llevaban un año de preparación y las medallas se dieron con muy altas puntuaciones”.
La originaria de Coatzacoalcos dijo sentirse muy emocionada, porque desde hace dos años viene compitiendo a nivel nacional y en su segunda intervención logró el oro, y tras su entrenamiento alcanzó la fase internacional de la olimpiada donde obtuvo medalla de bronce. Agregó que fue en la parte experimental de los exámenes en donde se sintió más cómoda y tuvo mejor desempeño.
La joven de 17 años se trasladará de su natal Veracruz a la Ciudad de México para ingresar a la UNAM e iniciar su licenciatura en Física en el próximo periodo.
Por su parte, Raymundo Esquer expresó que “es difícil explicar lo que a uno le pasa en el camino donde uno pone sus metas y todo lo que se propone. Con esta medalla no sólo gané un lugar entre los premiados, gané más por todo lo que viví y aprendí.
Independientemente de los errores que cometí en los exámenes, adquirí muchos conocimientos durante el entrenamiento y la misma competencia”.
Añadió que vivió una experiencia inolvidable en Turquía tanto a nivel académico como personal al estar en contacto con una cultura y tradiciones diferentes y lugares impresionantes como Capadocia, un sitio único en el mundo por sus extrañas formaciones geológicas.
“También fue sorprendente constatar que muchos jóvenes en el mundo compartimos el mismo gusto por la Química”, dijo el oriundo de Mexicali de 18 años de edad y próximo a iniciar su carrera como Ingeniero Químico en la UNAM y especializarse en el futuro en electroquímica y materiales, áreas en las que considera se realiza mucha y buena investigación.
El Dr. Carlos Mauricio Castro, coordinador nacional de la Olimpiada de Química, certamen que organiza la Academia Mexicana de Ciencias, sostuvo que las dos medallas de bronce son un buen resultado si se considera la dificultad de estas competencias y que los jóvenes mexicanos se enfrentan a competidores que tienen mucho más tiempo de entrenamiento.
Comentó que año con año se va incrementando el número de participantes en la competencia internacional, lo que hace que estos dos bronces sean muy meritorios, demostramos que estamos en la pelea, que somos competitivos y que nos mantenemos con el propósito de seguir adelante y prepararnos aún más.
Mencionó que en la parte experimental de la prueba, los mexicanos lograron hacer cosas muy buenas, si bien cometieron –dijo- errores clásicos de su inexperiencia. Tuvieron cinco horas para hacer tres experimentos de fisicoquímica, química orgánica y analítica muy complicados y lograron estar por encima de la media de los puntos otorgados.
Mientras que en la parte teórica, la que se refiere a la química orgánica, fue más pesada y les costó más, pero en las otras áreas se defendieron bastante bien.
“Para la Olimpiada Internacional los estudiantes realizan grandes esfuerzos y tienen que hacer sacrificios, pero estamos seguros que lo vale”, reconoció el académico quien junto con Juan Carlos Hernández, miembro del comité organizador a nivel nacional, acompañaron a este grupo de compatriotas en calidad de asesores.
Aplaudió la buena organización “de los colegas de Turquía porque armaron un programa muy atractivo para los estudiantes. Los alumnos nos cuentan de la gran experiencia de hablar con jóvenes de Kuwait, Finlandia y Vietnam por ejemplo, y darse cuenta que en muchas partes del mundo hay chicos interesados en la ciencia, y en particular en la Química”.
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