Milenio Diario
21 de febrer0 de 2007
Tampico, Tamps.- El ministro Mariano Azuela, desechó los argumentos científicos y tratados que presentaron sus compañeros, porque desde su perspectiva, el servicio del Ejército es, en pocas palabras, estar disponible las 24 horas del día.
Tras un intenso debate en el que las ¡teorías revolucionarias! de algunos ministros ganaron terreno, bajo el respaldo de estudios científicos que aseguran que las personas con sida pueden desempeñar cualquier trabajo, incluso en el terreno militar, siempre y cuando se les brinde un buen tratamiento médico, continuó la discusión en la Suprema Corte de Justicia de la Nación en la que otros asumieron posturas ¡radicales! que causaron asombro. El análisis continuará el jueves.
El ministro José Ramón Cossío puso el dedo en la llaga cuando dijo que los amparos promovidos por los militares infectados, que reclaman la inconstitucionalidad de artículos de la Ley del Instituto de Seguridad Social para las Fuerzas Armadas Mexicanas, tienen derecho a la salud, lo que también invoca el derecho a la igualdad y no atenderlos sería un acto discriminatorio.
Sin embargo, fue más allá, ya que presentó un estudio en el que dos distinguidos investigadores de la Academia Mexicana de Ciencias, especialistas en materia de inmunodeficiencia adquirida, afirman que todas las personas contagiadas, sometidas a tratamiento, pueden realizar sus actividades sin peligro de contagiar a los demás.
No obstante, para Genaro Góngora Pimentel una persona con sida puede representar un riesgo no sólo en el cuartel, sino también para la sociedad en general, por lo que se pronunció a favor de proteger el interés público.
Pero quien causó asombro fue el ministro Mariano Azuela, pues desechó los argumentos científicos y tratados que presentaron sus compañeros, porque desde su perspectiva, el servicio del Ejército es, en pocas palabras, estar disponible las 24 horas del día.
¡â€¦imaginémonos que un número significativo de miembros del Ejército se encuentran en esta situación (con sida) y se presenta un problema de desastre en que tiene que acudir el Ejército. ¡Ah!, pero no podemos mandar a estas personas porque son útiles para otras cosas, pero para estas cosas no…!, apuntó.
No obstante, el ministro Sergio Salvador Aguirre Anguiano consideró que existe una incapacidad castrense, de la cual es responsable el legislador, desde el momento que crea las leyes, es decir, por no estar al día con los avances, puesto que algunas enfermedades catalogadas como peligrosas hace muchos años, ahora no lo son.
¡No sé si existan todavía los pantaleones, pero sí existen todavía las visitadoras, desde hace muchos, muchos siglos y ¿saben qué?, seguirán existiendo y estarán próximas las visitadoras a los cuarteles y como la Constitución me obliga a no discriminar, a la mejor también hablo de visitadores!, agregó.
Sergio Valls fue otro de los que se pronunció en favor de los militares contagiados que denunciaron actos de discriminación por parte de la ley castrense. Empero, la discusión sobre este tema continuará este jueves.
Por el momento, por nueve votos contra uno, determinaron que el artículo 22 fracción IV de la mencionada ley es constitucional, pues la palabra ¡inutilizado! en sentido castrense, tiene un significado propio que es la falta de aptitud para el desempeño de las obligaciones militares, por lo tanto no viola ni las garantías de audiencia ni la de seguridad jurídica ni la de legalidad.