La Jornada
4 de diciembre de 2005
Andrea Becerril
Problemas de salud pública por filtración de metales pesados
El Senado de la República llamó a las secretarías de Salud (Ssa) y de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), así como a la Comisión Nacional del Agua (Conagua), a que a la brevedad lleven a cabo las acciones necesarias para solucionar el severo problema de contaminación del líquido que enfrentan los habitantes de la comunidad Tlamacazapa, en el municipio de Taxco, Guerrero.
Se trata de una propuesta de la senadora Sara Isael Castellanos, del Partido Verde Ecologista de México, aprobada ya por el pleno en la pasada sesión. La legisladora denunció que los pozos de donde se abastecen de agua los integrantes de esa comunidad indígena guerrerense tienen altas concentraciones de arsénico y plomo superiores a los establecidos en la Norma Oficial Mexicana.
Es necesario, subrayó la legisladora, poner remedio a la situación, ya que se trata de la salud pública y del bienestar de uno de los sectores más vulnerables de la población: las comunidades indígenas que viven en extrema pobreza.
El pasado 10 de noviembre, ante el pleno del Senado, la legisladora dijo que se debe tomar en cuenta la «voz de alerta» dada por La Jornada en torno a la grave contaminación que padecen los indígenas de Tlamacazapa.
Esta comunidad, explicó, es habitada por unos 7 mil indígenas que viven en condiciones de pobreza alarmante, ya que no cuentan con agua potable ni drenaje, además de estar cerca de una zona minera y por ello están más expuestos a la contaminación por metales pesados.
«Carecen de los servicios básicos, casi todo el fecalismo se realiza al aire libre porque no disponen de letrinas ni fosas sépticas, por lo que las infecciones de la piel y las gastrointestinales son frecuentes y recurrentes. Tampoco existe control ni higiene en la crianza de animales», añadió.
La senadora Castellanos indicó que representantes de organizaciones no gubernamentales como Caminemos Juntos para la Salud y el Desarrollo y la Red del Agua de la Academia Mexicana de Ciencias, así como investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México, han denunciado la contaminación por plomo y arsénico en las fuentes primarias de abastecimiento del líquido en esa comunidad.