La Crónica de Hoy
2 de marzo de 2008
Notimex
El presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), Juan Pedro Leclette San Román, manifestó que dicha asociación debe renovarse y reorganizarse.
«Hemos pasado de ser una organización gremial que funcionaba como un grupo de colegas amigos a un organismo con capacidad de dar servicios de asesoría a diversas instancias de toma de decisiones», dijo.
En entrevista, expuso que ello requiere que la academia tenga una organización interna mucho más eficaz.
Laclette, quien dejará el cargo la primera semana de mayo a Rosaura Ruiz Gutiérrez, actual secretaria de Desarrollo Institucional de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que los retos del organismo son muchos y variados, a niveles nacional e internacional.
Precisó, por ejemplo, la necesidad de promover y difundir los programas de la academia, como «La ciencia en tu escuela», y aplicarlos a gran escala, de manera que produzcan resultados en las calificaciones de los jóvenes en el país.
Otro reto es mantener la interlocución con los gobiernos federal, local, el Congreso de la Unión y diversas dependencias, así como lograr que crezca para que, en los múltiples problemas que afronta México, haya una toma de decisiones basada en evidencia científica y técnica.
A nivel internacional hay grandes retos; por ejemplo, en abril la dirigencia de la AMC asistirá a la reunión de las academias de los países que pertenecen al Grupo de los Ocho (G-8); el año pasado por vez primera invitaron a las cinco principales economías emergentes y se creó el G-8 más cinco.
En esas reuniones a las que ahora asisten México, China, India, Brasil y Sudáfrica se trata de participar en condiciones de iguales con los colegas académicos de los países más industrializados respecto de recomendaciones que se emiten a los gobernantes sobre problemas de alcance mundial, detalló.
Entre ellos están el cambio climático y la necesidad de desarrollar procesos de generación de energía más limpios, que no produzcan gases de efecto invernadero, y se pretende aumentar los niveles educativos, actuar sobre los asuntos de género y, por supuesto, el trabajo científico.
Indicó que a nivel internacional habrá una participación creciente de la academia y destacó por otra parte la necesidad de aumentar la consciencia social sobre la importancia de la ciencia y la tecnología.
En México hay un pensamiento mágico que es maravilloso, pero respetando ese ámbito, que es parte de nuestra cultura, se debe incorporar el pensamiento racional, el científico.
«Vivimos en una época dominada por el conocimiento y los países que lo generan y utilizan son los países desarrollados. Por eso todos los programas de la AMC procuran volver a la ciencia algo más familiar para la población, incorporarla a la cultura nacional», señaló.
Todos deben ser conscientes de las graves deficiencias en el sistema educativo mexicano, las cuales comienzan en la escuela primaria y no concluyen en el posgrado.
El número de doctores que se forma en México está muy por debajo de lo que se requiere para crear una comunidad científica que se convierta en el motor del desarrollo económico del país.
Laclette San Román recordó que después de 10 años en que la inversión federal en ciencia y tecnología iba a la baja este 2008 se verá un cambio pues se aprobó un incremento de 18 por ciento al presupuesto.
La función ahora es organizar muy bien el gasto, de tal manera que el próximo año se logren buenas condiciones para demandar nuevos incrementos, agregó.
Dentro de ese terreno se dio más de 400 por ciento de incremento a los recursos para fondos mixtos, que pretenden reunir de manera concurrente recursos de los gobiernos de los estados y del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt).
«Si a nivel de los estados se identifican apropiadamente los problemas regionales, el desarrollo de dichos proyectos de investigación, que deseablemente deben otorgarse por concurso, puede constituirse en detonante del desarrollo regional», añadió.
agi