El Siglo de Torreón
18 de mayo de 2009
El Universal
El atraso en programas de salud es el rubro en el que más se evidencia el abandono de la ciencia, «no es posible concebir un programa de atención a la salud que no desarrolle de forma paralela y constante estudios e investigaciones sobre las enfermedades de los mexicanos y la forma de tratarlos», advierte Antonio Lazcano Araujo, miembro del Grupo de Análisis Evolutivo del Virus de la influenza tipo A.
En los últimos 20 años, la inversión en México para investigación científica y tecnológica no creció al ritmo de la población y sus necesidades. En 1990, el gasto público en este rubro fue de 0.97% (16 mil 850 millones de pesos) del presupuesto de Egresos de la Federación, cuando había 81 millones de habitantes; en 2008 alcanzó 1.52% (39 mil 86 millones de pesos), ya con 106 millones de habitantes. En 2009, a pesar de un incremento poblacional de 25 millones de personas respecto de 1990, la designación presupuestal para innovación científica y tecnológica sólo aumentó 22 mil 236 millones de pesos -sin contar el efecto de la inflación.
Entre las naciones de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), nuestro país ocupa el último sitio en inversión para investigación y desarrollo, al destinar 0.33% del PBI de 2009. Suecia, encabeza la lista, con 4.0% de su PIB. La OCDE recomienda que la inversión sea de al menos 2.26%.
Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, asegura que no invertir en investigación y desarrollo de la ciencia «le sale muy caro a México. Sólo en 2005 pagamos más de 2 mil millones de dólares por la compra de tecnología. Somos un país maquilador, somos un país de inventores, pero ya no patentamos, ya no exportamos, estamos pagando la factura de no tener la infraestructura instalada para analizar un virus que le afecta a nuestra población y que tuvimos que mandar a estudiar a Estados Unidos y Canadá».
Señala también que «los investigadores queremos servir a México, que la gente entienda lo que hacemos, pero necesitamos el apoyo del Gobierno Federal para cambiar esa postura neoliberal en la que la salud y la ciencia son vistas como un negocio».