El Sol de México
27 de abril de 2014
José Luna /OEM en línea
CIENCIA Y TECNOLOGÍA
Organización Editorial Mexicana
México-. El primer biofungicida hecho en México que se ha comercializado para controlar la antracnosis en mangos, una enfermedad que genera manchas negras en los frutos, acelera su descomposición y limita su exportación, ha extendido su efectividad a otros 14 productos agrícolas, frutas y hortalizas, principalmente.
Producto de la investigación que se realiza en el Instituto de Biotecnología de la UNAM (IBT-UNAM) y en el Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD-Culiacán), la biotecnología busca conquistar el mercado mundial que beneficiarán con esa estrategia de ciencia y empresa a campesinos y consumidores.
El mango fue el primer producto en el que se comprobaron los beneficios del biofungicida mexicano; ahora son 15 en total las frutas y hortalizas en las que se utiliza con máxima efectividad
Lleva por nombre comercial Fungifree AB® y se vende en alrededor de 360 pesos el kilo; su principio activo es la bacteria Bacillus subtilis, que actúa como antagonista del hongo Colletotrichum gloesporoides, con lo cual impide se generen en los mangos las manchas negras características de la antracnosis.
«Y como también combate a la cenicilla polvorienta (provocada por los hongos Leveillula taurica y Erysiphe cichoracearum), los productores de aguacate, papaya, naranja, toronja, limón, berenjena, chile, jitomate, tomate, calabaza, calabacita, melón, pepino y sandía, ya pueden beneficiarse de este producto», dijo Enrique Galindo Fentanes.
En su calidad de investigador adscrito al IBT-UNAM e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), resaltó que el éxito de esta tecnología no solo radica en haber ampliado el número de cultivos en los que es efectivo, sino también en haber logrado crear una empresa dentro del IBT-UNAM.
Esto último, gracias a una negociación que tardó dos años y que terminó en un acuerdo que estableció la cesión de las regalías por parte de los investigadores involucrados a la institución académica dejando sin efecto un uso personal de las mismas, como sí ocurre en Estados Unidos y en países de Europa.
La presentación del producto es en polvo y cuenta con sendos registros de inocuidad de la Comisión Federal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), dependiente de la Secretaría de Salud (SSa) y de efectividad de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), esta última encargada de certificar la efectividad de la sustancia para los 15 cultivos.