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11 de junio de 2009
Notimex
Condenados niños jornaleros a vivir en la precariedad.Los niños jornaleros carecen de los mínimos derechos humanos y constituyen generaciones que están condenadas a vivir en la precariedad, alertó Sara María Lara Flores, investigadora miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
México.- Los niños jornaleros carecen de los mínimos derechos humanos y constituyen generaciones que están condenadas a vivir en la precariedad, alertó Sara María Lara Flores, investigadora miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Con motivo del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la experta del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM denunció que los menores mexicanos que se emplean como jornaleros carecen de acceso a la educación y a la salud, derechos básicos de los niños.
En un comunicado dijo que muchos de ellos no van a la escuela o tienen un grave rezago educativo. «Trabajan de sol a sol desde los seis años, recogiendo calabazas y jitomates y, en el futuro, serán jóvenes sin educación, que no sabrán leer ni escribir».
La socióloga explicó que los niños jornaleros son aquellos que alquilan su trabajo para beneficio de otros, a diferencia de los niños campesinos que trabajan la propiedad de su familia, para beneficio de la misma.
Aclaró que aunque las empresas agrícolas no contratan directamente niños, emplean a familias completas que los incluyen como parte de la fuerza laboral.
En ese sentido, dijo que normalmente las familias de jornaleros migran de sus lugares de origen para incorporarse al trabajo en las cosechas de productos, especialmente hortalizas, como la calabaza, el jitomate, chile o ejote.
Los empresarios argumentan que el tamaño de los niños es adecuado para la cosecha de productos que crecen en plantas de poca altura; sin embargo, en realidad obtienen provecho de la mano de obra barata, expresó.
Mencionó que la problemática se acentúa en el caso de las niñas, pues además de las jornadas de trabajo, se agregan las labores domésticas en las que deben colaborar y que las privan de otros derechos de los niños, como el derecho al juego.
Al tocar el tema de la ilegalidad del trabajo infantil, enfatizó que si bien la ley permite trabajar a partir de los 12 años, se han encontrado menores desde seis años trabajando en el campo, lo cual claramente es ilegal.
Sara María Lara precisó que aún cuando las empresas se benefician de esta mano de obra barata, los padres de familia tienen una participación importante en el hecho de que se permita a los infantes trabajar como jornaleros agrícolas.
La experta opinó que este fenómeno se explica por los sueldos tan bajos que se pagan a los jornaleros y que no alcanzan para el sustento de una familia completa.