El Imparcial
28 de febrero de 2009
Luis Parra Meixueiro
La clase política mexicana no da importancia a la ciencia, lo que nos convierte en un país pobre, dice
Con datos relevantes y comparativos precisos, el doctor René Drucker desnudó la realidad del país en materia científica y tecnológica: un grave rezago y una mediocridad imperante en la toma de decisiones, que afectan al desarrollo tecnológico del país.
Durante la conferencia “La Ciencia en México”, el doctor planteó la necesidad de invertir en rubros científicos, en los cuales México es un país con un gran atraso, factor que nos vuelve en una gran medida dependiente de la tecnología y conocimientos de otros países.
Para ilustrar sus puntos, reveló datos comparativos: A treinta años de la creación del Consejo Nacional para la Ciencia y Tecnología (CONACYT) la clase política nunca ha apoyado a la ciencia, por lo mismo actualmente sólo se dedica el 0.40 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) pese a que en el 2002 se dictó una ley para que se les destinara el uno por ciento.
Mientras que en nuestro país se dedica este porcentaje ínfimo, en países como Suecia se le dedica el 2.0 por ciento, los Estados Unidos el 2.6 por ciento, en Corea el 2.0 por ciento, y en los países europeos un promedio entre el 2 y 3 por ciento, razón por la cual al parecer del doctor “estamos lejísimos” de tener un proyecto de país competitivo.
Asimismo, Drucker puntualizó que como país nos encontramos lejanos de tener una educación superior científica de calidad, mientras que los Estados unidos producen un total de 45 mil a 50 mil egresados de doctorados en ciencias, en México sólo egresan unos 2 mil por año.
El neurobiólogo mexicano explicó que hace 18 años sólo eran 200, sin embargo, no es un logro a presumir, ya que países de Latinoamérica como Brasil producen 20 mil doctores en ciencias por año. Un porcentaje de sólo 2 mil para una población de 100 millones como la mexicana es, en palabras del director General de la Ciencia y la Tecnología de la UNAM, simplemente raquítico y es la razón principal por la cual México haya caído en competitividad y actualmente ocupa el lugar número 86 del mundo, muy detrás de los países desarrollados.
Por nombrar ejemplos, especificó que en el área de patentes de nuevos productos México solicita solamente 500 al año, de las cuales sólo 130 son apoyadas, mientras que en un país como Japón se crean cada año 40 mil patentes de productos nuevos.
Este dato, en combinación con otras cifras, es un factor que nos obliga a tener dependencia de los productos de países del exterior, por lo cual en ese factor México tiene una dependencia de 22 por ciento del exterior, mientras que en Japón el factor de dependencia es de sólo 0.14 por ciento.
Contrariamente, mientras que en el país asiático, se tiene un factor de inventiva de 28 por ciento – factor que les permite exportar muchos de sus productos- en México sólo es de un 0.5 por ciento.
Es por lo mismo que René Drucker expresó la situación de esta forma: “No es que México no invierta en ciencia por que sea un país pobre, al contrario México es un país pobre porque no invierte en ciencia”. Es por eso que según el experto – quien fue presidente de la Academia de Ciencias, entre muchos otros cargos de importancia- no hay productos hechos en México, y somos un país dependiente del exterior.
Detalló que mientras la compañía Nike invierte cada año 3 mil millones de dólares en tecnología para desarrollar mejores productos en el ramo deportivo que se consumen en todo el mundo y crea empleos de calidad o mientras países como Finlandia han desarrollado una economía fuerte con productos como teléfonos celulares, México sigue siendo un país de economía informal donde existen doce millones de comerciantes ambulantes que venden productos extranjeros en las calles y sin una opción real de proyecto.
Clase política envuelta
en pleitos de vecindad
Durante la conferencia, el científico sostuvo que no se ve una clase política que piense en el futuro a largo plazo, ya que están envueltos en eternos “pleitos de vecindad”.
En su opinión, cada año se deberían invertirán poco más de presupuesto para universidades públicas en vez de debilitarlas; asimismo, se deben apoyar programas de desarrollo en proyectos estratégicos “el petróleo se va a terminar y pronto, hay quien dice que en 20 años o en diez. Poco importa, lo importante es que los hidrocarburos se terminarán” por lo que según Drucker es necesario crear fuentes alternas de energía, y resaltó que la energía solar es una podría ser una fuente de generación de energía eléctrica a parte de ser una fuente potencial creadora de empleos.
En muchos estados de nuestro país existen 320 días con sol por año, por estar ubicados en la franja solar, por lo que según estudiosos de la materia, con solamente un 14 por ciento del territorio de los estados de Chihuahua y Sonora, que se dedicaran a retener la luz solar y transformarla en electricidad, se podría tener toda la fuente energética que necesita el país.
El Estado Mexicano tendría que hacer una gran inversión para crear una industria nacional “no se trata de traer empresas extranjeras para que aproveches esta energía y nos cobren por ella –como sucede actualmente con la energía eólica- sino de generar una industria propia, que sepamos como fabricar paneles solares debido a la investigación, generar esta tecnología para después poder importarla en otros países, lo mismo podría hacerse con la energía eólica”. Según Drucker, si en México se desarrollara esta industria se crearían un millón de empleos.
Lo mismo podría hacerse con el campo, e ilustró el ejemplo de Jordania, país que hasta hace diez años importaba todos los alimentos que requería, sus príncipes gobernantes -egresados de Oxford- decidieron invertir en tecnología poner a producir y a vender a los pequeños productores, quienes se convirtieron en empresarios, sólo después de cinco años, Jordania ha logrado su independencia alimenticia y en algunos casos incluso exporta alimentos, mientras la alimentación de los mexicanos es dependiente de cadenas extranjeras como Wal Mart.
Asimismo, describió cómo México, siendo un país con tres mil kilómetros de costa, no tiene un instituto de investigaciones para poner a producir al mar por lo cual sólo se conoce el uno por ciento de los recursos que tienen nuestros mares. Lo mismo sucede con los desiertos, los cuales ocupan una gran parte del territorio, mientras que en países como Israel por medio de la ciencia y de la tecnología han convertido al desierto en un oasis productor de alimentos, en México no existe un instituto que estudie cómo aprovecharlos.
Ser realistas
no pesimistas
El doctor definió su postura, no cómo pesimista sino realista: “existen las oportunidades a flor de piel, aunque hay pocos tenemos científicos de muy buena calidad” aún pese a que en México 80 por ciento de los estudiantes cursen carreras en las áreas económico-administrativas-carreras saturadas que no ofrecen empleos- mientras que en los estudios relacionados con las ciencias sólo existe un 20 por ciento del estudiantado.
Criticó el punto de vista de algunos políticos panistas los cuales consideran el estudio de materias científicas como un desperdicio, ya que creen que se deben estudiar carreras relacionadas con los negocios para volverse “bussines man” o propietarios de empresas como Mc Donald’s; sin embargo, el experto indicó que no hay nada más que administrar, y empresas tradicionales como estas no contribuyen al crecimiento social ya que pagan salarios muy bajos, y han contribuido a convertirnos en un país de obesos.
Drucker mencionó que hay grave retraso en diferentes industrias como la médica, de la cual de nuevo somos dependientes del exterior al no tener una industria propia “si tuviésemos el caso de una epidemia no podríamos responder si alguna compañía extranjera nos condicionara la venta de un medicamento, esta es una situación que daña nuestra soberanía, y debemos de hacer algo para que cambie”, alertó.
Por último, preguntó a los presentes- entre quienes se encontraba un nutrido grupo de estudiantes- cuántos de ellos les gustaría estudiar ciencia, ninguno levantó la mano, “entonces ¿no tiene futuro Oaxaca?” y atribuyó la falta de interés hacia a la terrible política educativa mexicana, que no ha sabido acercar a los jóvenes a la ciencia y la cual está en manos de líderes sindicales que el doctor calificó como la suegra de ‘Chucky’, esto sumado a que en 94 por ciento de los municipios de país no existe una sola librería.
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“HASTA ABAJO”
% a la Ciencia
2.6% Estados Unidos
2.0% Suecia
2.0% Corea
0.5% México
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Patentes al año
40,000 Japón
500 México
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Posgrado Científico
50,000 Estados Unidos
20,000 Brasil
2,000 México