La Crónica de Hoy
30 de noviembre de 2012
Redacción
Aunque pudiera parecerlo, la situación de la ciencia en los países de América Latina, no es igual. Se enfrentan problemas similares, pero todo ocurre bajo condiciones, actividades, personajes, datos y cifras muy diferentes, según se expuso en el panel ¿Qué hacemos con la ciencia en América Latina?, el cual abrió las actividades del Quinto Coloquio Internacional de Cultura Científica, en el marco de la XVI Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2012.
Tres realidades sobre el estado de la ciencia, la tecnología y la innovación, además de la divulgación de la ciencia en Brasil, Chile y México, se abordaron en la conversación con la participación de José Franco, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias; Álvaro Fischer, ingeniero matemático de la Universidad de Chile, y Marcelo Knobel, profesor titular de la Universidad Estadual de Campinas, en Brasil.
José Franco refirió que la transformación de la ciencia y tecnología en innovación, el Estado debe aportar los medios adecuados para que este proceso funcione. “Se retroalimentan todas y cada una de las partes del sistema. Depende de la calidad de las personas y la inversión que se haga, pública y privada, para que se obtengan los resultados que se esperan”.
Por su parte, Marcelo Knobel apuntó que generalmente los países desarrollados invierten un mayor porcentaje de su Producto Interno Bruto en ciencia y tecnología, mientras que en México se invierte menos del 1% y en Brasil apenas un poco más de esa cifra.
Las realidades son diferentes. El Brasil de hoy –dijo- forma más de doce mil doctores por año, México, dos mil. Sin embargo, el 90% de los estudiantes brasileños están en las universidades privadas, las únicas que hacen investigación.
“Desde hace 60 años hay una política pública muy clara de recursos humanos e inversión en ciencia y tecnología en Brasil, lo que genera más conocimiento, más gente trabajando en el sistema y más publicaciones por arriba de la media mundial.”
Álvaro Fischer, quien también es presidente de la Fundación Chile, recomendó que la actitud para enfrentar las problemáticas de la ciencia en nuestros países es legitimarla dando a conocer las actividades humanas en la que está como soporte y que son fundamentales para vivir.