Becas de postgrado, ¿en cuáles invertir?

Investigación y Desarrollo
09 de junio de 2005
Eduardo González

Cuando Corea tuvo una de sus peores crisis a mediados de 1970, su gobierno tomó la decisión de aumentar el presupuesto al sistema educativo y, en especial, al de superior y de postgrado. Quince años después, la oficina de patentes de Estados Unidos otorgó 50 de ellas a ese paí­s asiático y en 1998 el número fue de tres mil 362, lo que refleja la riqueza que alcanza una nación al invertir en conocimiento.

Del mismo modo, contar con recursos humanos capaces de hacer frente a los retos de modernidad y generar conocimientos de frontera útiles para la investigación, la docencia y el sector productivo, son parte de los objetivos que plantea para el desarrollo de México el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnologí­a (Conacyt), a través de su Sistema de Becas.

La directora adjunta de Formación de Cientí­ficos y Tecnólogos en el Conacyt, Silvia ílvarez Bruneliere, indica que durante la actual administración el Programa de Becas de Postgrado creció 46 por ciento y alcanzó una cifra record de 16 mil 816 becas vigentes otorgadas para estudios a nivel nacional o en el extranjero.

En entrevista, señala que en colaboración con la Secretarí­a de Educación Pública el número de postgrados nacionales de calidad certificados llegó a un total de 704 este año; de ellos, 250 son doctorados, 414 maestrí­as y 40 de especialidad, que se imparten en 103 universidades públicas y privadas, centros de investigación, institutos y otras dependencias, lo que representa un aumento del 74 por ciento en comparación a las anteriores administraciones.

Asimismo, refiere que en el 2004 se otorgaron ocho mil 758 nuevas becas para estudios de postgrado, de las cuales siete mil 925 fueron nacionales y 833 dirigidas al extranjero. Para ello, se destinaron en conjunto un millón 866 mil pesos, cifra que representa el 39.7 por ciento del presupuesto total del Conacyt.

A su vez, apunta que se ha avanzado en la gestión de selección de becarios transparentando el proceso, así­ como en la entrega de los recursos de manutención para que se den con puntualidad. «Las cifras y datos duros demuestran una evolución favorable del sistema y, si bien las becas al extranjero han disminuido, se compensan con la modalidad de becas mixtas, polí­tica que continuará impulsándose en lo futuro».

Las becas mixtas son aquellas en las que los estudiantes cursan dos años en México y uno en el extranjero, «estrategia que es eficaz en el fortalecimiento del postgrado, pues brinda al becario la oportunidad de ir a otras naciones, porque no se pude negar que la experiencia que adquiere al entrar en contacto con otra cultura y colaborar con sus pares lo enriquece como ser humano e investigador».

Otro factor que explica la disminución de becas al extranjero recae en el apoyo preferencial que brinda el Conacyt a los estudios de doctorado en cinco áreas prioritarias: ciencias sociales y humanidades, informática y telecomunicaciones, nuevos materiales, biotecnologí­a y genómica, las cuales están plasmadas en su plan de desarrollo y son estratégicas para el paí­s.

A este esquema se suma una selección más estricta de los solicitantes y de los programas a los que acuden. Por ejemplo, para el caso de las becas nacionales (sean maestrí­as o doctorados), se realiza un proceso que busca apoyar a aquellos estudiantes con mejores calificaciones y que asisten a programas de excelencia. «Entonces, ¿por qué no aplicar el mismo parámetro a las becas que se otorgan al extranjero? Tenemos que cuidar que la gente que vaya al exterior asista a las mejores instituciones y sean personas con excelente nivel».

Bajo esa premisa, ílvarez Bruneliere asegura que el costo del Programa no es un aspecto que se considere al momento de otorgar los apoyos. No obstante y en un esfuerzo para eficientar los recursos, comenta que el Conacyt tiene firmados más de 20 convenios con institutos y universidades en diferentes regiones del mundo, como las de California, Yale y Harvard en Estados Unidos, que se comprometen a absorber el 50 por ciento del costo total de las colegiaturas. Con este instrumento, «hemos obtenido ahorros por 300 millones de pesos que han sido reinvertidos al Sistema de Becas».

En busca de talentos

Respecto a la condición presupuestal, informa que este año el Sistema de Becas dispone de poco más de dos mil millones de pesos, de los cuales cerca de mil 700 millones ya están comprometidos para cubrir los apoyos vigentes. En tanto, el resto se destinará a las nuevas convocatorias.

Si bien estos recursos permitirán atender la demanda de becarios nacionales en un 100 por ciento y la orientada al extranjero de un 60 a 70 por ciento, ílvarez Bruneliere indica que serí­a deseable tener más presupuesto y seguridad en la materia, pues como ocurre en otras instancias del gobierno, cada año dependen de lo que se destine al rubro del presupuesto federal. «Esta incertidumbre en el monto que se asignará impide saber con antelación la capacidad de atención que tendrá el Programa».

Como parte de la tarea que la funcionaria tiene en la generación de recursos humanos, subraya que es importante realizar una pros-pectiva para determinar qué oportunidades cientí­ficas y tecnologí­as son las que México requiere impulsar en el corto, mediano y largo plazo, labor que actualmente realiza el Foro Consultivo Cientí­fico y Tecnológico.

En el apartado de estudios de maestrí­a, la directora adjunta de Formación de Cientí­ficos y Tecnólogos expone que en este nivel el paí­s cuenta actualmente con una amplia oferta de investigadores de calidad internacional, que cubre una extensa área del conocimiento. Por ello, «invitamos a los postulantes a cursar este grado en México y posteriormente el doctorado en el exterior».

A su juicio, esta polí­tica de ponderar la maestrí­a en el paí­s y el doctorado en el extranjero no es una estrategia que limite a los solicitantes, pues el Conacyt está conciente del valor de la experiencia que se obtiene al acudir a otras naciones. «Seria restrictiva si se hubiera cancelado en su totalidad; por el contrario, hoy representa una acción clara y transparente que, desde su arranque con la convocatoria de agosto del año pasado, ha tenido una muy buena respuesta».

En ese contexto, precisa que contrario a lo expresado por algunos sectores de la comunidad cientí­fica, el denominado Programa de Jóvenes Talentos es prioritario para el Conacyt, de ahí­ que busquen recrearlo y fortalecerlo. Adelanta que en el corto plazo se lanzará una nueva versión del mismo con objetivos de mayor alcance, que incluirá un diagnóstico de cuáles son las necesidades de formación de cientí­ficos y tecnólogos requeridas por entidad federativa y regiones, así­ como las capacidades de que disponen para aliviar la demanda tanto en el número de centros de investigación, universidades e institutos, como en los postgrados que ofrecen.

A esa estrategia se incorporará un mecanismo para detectar jóvenes talentos a nivel licenciatura, a fin de conformar una base de datos y apoyarlos no sólo con una beca de postgrado, sino bajo esquemas que los asesoren y los conduzcan en forma adecuada hasta convertirlos en cientí­ficos y tecnólogos exitosos. Para este propósito, «convocaremos a los organizadores de las Olimpiadas del Conocimiento y a la Academia Mexicana de Ciencias, porque dicha labor debe de ser un esfuerzo conjunto. Nuestro compromiso es dar la beca, pero buscamos ir más allá», concluye.

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