La Jornada en la Ciencia
11 de abril de 2008
AMC. Con el objetivo de aprovechar los avances tecnológicos que permite internet y reducir la brecha tecnológica que persiste en algunos estados del país, la Academia Mexicana de Ciencias amplió las capacidades electrónicas del Módulo de Aplicaciones Científicas, que busca reforzar la enseñanza de la computación en la niñez.
Con estos avances en las nuevas tarjetas electrónicas del Módulo, que forma parte del programa Cómputo para Niños y Jóvenes de la AMC, los estudiantes aprenden a detectar diversos sonidos, medir la humedad en el ambiente, programar sensores y hasta diseñar un minirobot.
El Módulo de Aplicaciones Científicas está compuesto por tarjetas electrónicas equipadas con sensores y dispositivos electrónicos que permiten que, de manera interactiva, los niños aprendan los sistemas electrónicos que controlan desde una alarma contra incendios hasta un medidor de temperatura y presión, o el funcionamiento de las celdas de encendido automático del alumbrado público.
Estas tarjetas se conectan a las computadoras de los talleres de Cómputo –equipadas con un software especial llamado Micromundos–, y con las innovaciones podrán ampliar sus posibilidades de graficar e interactuar en tiempo real, señala Juan Manuel Sánchez, coordinador del programa.
Con sensores magnéticos, de temperatura, de luz, optointerruptor, giro y toque, los participantes pueden detectar la presencia de campos magnéticos, medir la temperatura del entorno, la intensidad de luz natural, el paso de objetos, alguno movimiento como rotaciones y manejar el encendido y apagado de manera manual o automática de diversos dispositivos.
«La electrónica y los avances en computación evolucionan continuamente, por eso fue necesario actualizar nuestra tarjeta”, afirmó Sánchez. “Al Módulo le añadimos tres salidas para lámparas o motores y cinco para sensores».
Los nueve talleres en donde ya se encuentra esta tecnología se ubican en Mocorito, Sinaloa; La Piedad, Michoacán; San Joaquín, Querétaro; Monterrey, Nuevo León; Calvillo, Jesús María, Rincón de Romos y San Francisco de los Romo, en Aguascalientes, y en el Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad en el Distrito Federal.
Cómputo para Niños y Jóvenes cuenta con 127 talleres establecidos en 15 entidades del país, y el reto es dotar todos los talleres con éstos Módulos.
Las tarjetas electrónicas –diseñadas y construidas por Fernando Armenta y José Luis Gallegos, adscritos al programa de Cómputo de la AMC– utilizan componentes que en su mayoría se pueden encontrar en tiendas de las mismas comunidades donde se encuentran los talleres, y los propios instructores están capacitados para la detección de errores y reparación.
Sánchez mencionó que una tarjeta comercial de este tipo tiene un precio superior a tres mil pesos en el mercado, mientras que la desarrollada por la AMC tiene un costo aproximado de mil 200 pesos.
Precisó que, si bien algunas tarjetas comerciales de este tipo ya se venden en México, todas ellas son de importación y necesitan enviarse a centros especializados para su reparación.
El módulo se conecta a la computadora gracias a un puerto serial con un cable USB de 1.80 centímetros; sin embargo, la siguiente generación de tarjetas podría conectarse mediante puerto infrarrojo o vía bluetooth, lo que permitiría la transportación de la tarjeta a lugares más remotos.
Debido a las grandes ventajas que poseen estos equipos y su utilidad para la enseñanza, el coordinador de este programa de la AMC espera que estudiantes de distintos estados, con costumbres diferentes, puedan participar en proyectos colaborativos y comparen su información en tiempo real a través de internet.
“El objetivo principal es ayudarles a desarrollar su creatividad y habilidades que les servirán en la solución de algunos problemas a través de un pensamiento critico”, dijo.