El Centro
10 de septiembre de 2008
Diana Amador
El físico chihuahuense forma parte del equipo que a partir de hoy intentará simular el Big Bang
«UN UNIVERSO asimétrico desilusionaría a Aristóteles», escribió hace siete años, pero él está dispuesto a encontrarlos defectos en las estrellas, pues «una pequeña asimetría acrecienta la armonía y enaltece la perfección celestial».
Gerardo Herrera hizo de la antimateria una obsesión, un enigma que debe resolver para sentirse “satisfecho”, la presencia invisible que guía sus estudios y lo maravilla cotidianamente.
Es por esto que organizó el equipo de científicos mexicanos que participan en ALICE, el programa internacional que a partir de hoy pretende recrear el Big
Bang.
El inicio del proyecto estuvo marcado por la incertidumbre. Herrera se había encargado de entrenar a sus mejores estudiantes y establecer las relaciones necesarias con universidades extranjeras pero la falta de recursos era un riesgo constante.
Ajeno a la grilla y la politiquería en general, sólo hay una razón para levantar su dedo flamígero y señalar a las autoridades, del partido y rango que sean, y es el bajo presupuesto asignado a las investigaciones científicas.
“La generación de conocimiento es un proyecto nacional aquí dependemos de quién va a quedar cuando termine el sexenio. El dinero se va a acabar y probablemente novamos a tener fondos ni para viajar”, dijo con indignación ante los medios.
Gerardo no distingue entre simpatías partidistas ni nacionalidades. Ha viajado por Sudamérica y Europa no sólo para especializarse, sino también para engendrar y
desarrollar grupos de jóvenes científicos con las mismas inquietudes, pues “mejor aún que muchos cerebros trabajando juntos, que sean mentes sin vicios, abiertas y con muchos años por vivir”.
Sufrió una de sus mayores decepciones profesionales cuando fue el primer mexicano en dirigir el Centro Latinoamericano de Física, pues se encontró entre otras cosas con que México ocupa el séptimo lugar en producción científica en la región.
El trago amargo quedó atrás un mes después, con el sabor de uno de los momentos más emocionantes de su vida. Un grupo de científicos de todo el mundo, Herrera entre ellos, descubrió una partícula subatómica formada por cinco quarks, lo que, según dijo, “abría toda una ventana para nuevas interpretaciones y análisis del mundo la vida y la humanidad”.
El científico chihuahuense comprende el movimiento del universo entero, pero no concibe el concepto del fracaso; cree en la materia invisible pero no en las derrotas absolutas. “Sea cual sea el resultado de ALICE, será un avance y una clave para el futuro no hay forma de perder la partida”, aseguró.
LO BASICO
En 2001recibió el Premio de Investigación de la Academia Mexicana de Ciencias