Computadoras inteligentes para satélites

Cambio de Michoacán
24 de enero de 2006
Redacción

El desarrollo de un sistema computacional inteligente para satélites que cuenta con sus propias refacciones para darse mantenimiento y autorrepararse en el espacio, en caso de ser necesario, son las aportaciones al proyecto Satex del grupo encabezado por Esaú Vicente Vivas.

Aunque este proyecto satelital mexicano multiinstitucional no está totalmente finalizado, el investigador del Instituto de Ingenierí­a de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) asegura que esta tecnologí­a ya puede ser empleada con toda confiabilidad en la Tierra en equipos que no pueden «darse el lujo» de fallar, como computadoras de uso quirúrgico o de sistemas financieros.

El especialista, cuyo proyecto denominado Microsatélite con sistema inteligente se encuentra en la lista de Casos de í‰xito de la Ciencia Mexicana, elaborada por la Academia Mexicana de Ciencias, indica que desde 2004 estos sistemas computacionales inteligentes fueron concluidos e incluso se crearon los instrumentos necesarios para que esta tecnologí­a fuera validada en la Tierra, sin tener la necesidad de enviar un satélite al espacio.

«Para validar nuestros equipos tuvimos que desarrollar un simulador de satélite, es decir, un software que simulara a las demás computadoras que intervendrí­an en este proyecto, así­ como el tráfico en la red. Eso nos permitió terminar lo que correspondí­a a la UNAM en el proyecto Satex».

De acuerdo con el investigador, el proyecto Satex -cuyo objetivo era diseñar y construir un satélite en diversas instituciones mexicanas para luego ponerlo en órbita- ha presentado diversos problemas que van desde retraso en la entrega de los recursos económicos hasta la mala planeación de algunos grupos cientí­ficos para entregar las partes del satélite que cada institución se comprometió desarrollar.

A pesar de que este tipo de sistemas computacionales inteligentes ya se utilizan en la Tierra, por ejemplo, en la red de cajeros automáticos, Vicente Vivas explicó que la diferencia radica en el tamaño de la computadora, porque estos últimos son muy grandes y consumen mucha energí­a, mientras el desarrollado para el Satex tiene menor peso y tamaño.

En los últimos diez años se ha dado un boom en el desarrollo de satélites pequeños, lo cual viene acompañado por un avance en las tecnologí­as de la información, la electrónica principalmente, con lo cual se reduce mucho más el tamaño, y potencialmente son mucho mejores los equipos, indicó.

El problema de los satélites, dijo, es que están sujetos a fallas, y si se descomponen ya no se les puede dar mantenimiento o éste resultarí­a muy caro, como sucedió con el telescopio Hubble, el cual sólo por su alto costo de fabricación fue necesario repararlo en el espacio para que continuara operando.

«Un satélite en la actualidad puede pesar seis kilos, pero realiza lo que hace una década hacia uno de 60 ó 70 kilogramos. Entonces eso implica que los adelantos tecnológicos permitan hacer cosas más pequeñas, lo cual ha repercutido en una mayor investigación en esta área en diversas universidades del mundo».

El especialista de la UNAM precisó que en particular a su grupo de investigación le interesó el desarrollo de una computadora central para control de satélites pequeños, que pudiera diagnosticarse y darse mantenimiento. «Algo novedoso en ese momento, dado que algunas universidades trabajaban en el desarrollo de sistemas inteligentes pero en otras áreas de los satélites, como los sistemas de propulsores».

Explicó que el desarrollo de esos sistemas inteligentes para la computadora central son muy importantes, porque de nada sirve que el resto de los componentes de un satélite funcionen a la perfección, si la computadora central falla se pierde la comunicación con la Tierra.

Vicente Vivas señaló que, a pesar de utilizarse ese tipo de tecnologí­a en la Tierra, en plantas nucleares o bancos, el reto en este proyecto consistió en desarrollar un sistema inteligente de pequeñas dimensiones, que pudiera ser insertado en un satélite de menos de 100 kilogramos de peso y que consumiera muy poca energí­a.

Aún cuando el proyecto Satex comenzó a desarrollarse en 1994, mencionó, la fabricación de los sistemas inteligentes inició su desarrollo en 1991, tras un receso de cinco años de esta investigación por falta de fondo, tiempo que sirvió para elaborar la parte teórica de dicho desarrollo.

Ricardo Cerón Plata/www.amc.unam.mx

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