Mujeres científicas

Vanguardia
10 de marzo de 2010

El acceso a la universidad es una de las realizaciones más tardías de las mujeres en el área educativa. Aunque tempranamente habían participado de manera casi masiva en otros niveles educacionales, los estudios universitarios fueron un ámbito del que, hasta el siglo 20, estuvimos alejadas salvo algunas excepciones. Sin embargo, en pocas décadas, esta situación cambió sustancialmente.

Ahora la presencia de mujeres en el ámbito universitario se ha multiplicado y existe un importante espacio de acción, de manera que puede preverse que en lo inmediato el ascenso continuará si logran vencerse los desafíos que básicamente tienen que ver con la cultura androcentrista.

De ser su participación en los estudios universitarios prácticamente inexistente a principios del siglo, es en la actualidad levemente superior a la de los varones. Este proceso de feminización de la matrícula universitaria se vio acompañado a su vez de una mayor diversificación en las elecciones de carreras universitarias.

No obstante, este fenómeno de feminización de la matrícula y la profesionalización universitaria no se ha visto acompañado de una incorporación de mujeres a la producción científica; la causa de este rezago han sido las políticas públicas en investigación y desarrollo, que hasta ahora no se han ocupado de las necesidades específicas de las mujeres que pudieran sumarse al área del desarrollo tecnológico y la investigación.

La Academia Mexicana de la Ciencia (AMC) se ha ocupado del problema. Su presidenta, Rosaura Ruiz Gutiérrez se ha preocupado de analizar cuáles son los obstáculos que inducen la subrepresentación de las mujeres e impiden el avance de la equidad de género en este ámbito.

La científica indica que la inequidad que se vive en México se refleja en su propia institución, ya que la AMC cuenta con poco más de 2 mil integrantes, pero sólo un 22.4 por ciento son mujeres y, de ellas, únicamente el 13.86 por ciento se dedican a la investigación en Ciencias Exactas; un 25.82 a las Ciencias Naturales, y el 40.24 se ubican en las Ciencias Sociales y las Humanidades.

La doctora Ruiz cita un informe de la UNESCO en el que se muestra que, del total de graduados de doctorado, las mujeres tienen un porcentaje mayor en obtención del grado, pero el número de las que se incorporan al trabajo de investigación es más bajo y México está entre los de porcentajes menores.

Según las declaraciones de investigadoras que laboran en destacadas instituciones universitarias de este país, existen restricciones sexistas que les impiden
acceder a puestos directivos y la única defensa que tienen ante esto es su trabajo, eso habla de la fragilidad e inseguridad de la posición de las mujeres y luchar contra los prejuicios es desgastante.

Las científicas hablan de la necesidad de crear condiciones para que las mujeres que laboran en investigación se puedan desarrollar igual que los hombres, dotándolas de guarderías que se adapten a las necesidades, sobre todo de las estudiantes de doctorado que se encuentren en la etapa de crianza de hijos, la cual no pueden descuidar.

Otras tendrán que definir si se casan y si podrán sostener su matrimonio con las exigencias de sus estudios. Hasta ahora las instituciones de investigación no han emprendido acciones para apoyar a las mujeres científicas, por lo que es muy probable que el bajo porcentaje de doctoras incorporadas a la investigación científica en México esté asociado con estas problemáticas específicas de las mujeres.

La Academia Mexicana de la Ciencia está impulsando estrategias que favorezcan la equidad de género; una de ellas es otorgar becas a mujeres estudiantes de doctorado para facilitar que puedan concluir sus estudios y obtener el grado. Otras instituciones internacionales están promoviendo que los programas de investigación dirigidos a temas críticos de salud global e investigaciones biomédicas incluyan el enfoque de género, porque aunque ha habido avances en las oportunidades para las mujeres para desarrollar su carrera profesional en el campo de las Ciencias Biomédicas, todavía queda mucho por hacer.

Los hombres desempeñan un papel crucial para poder avanzar en la participación de las mujeres en la Ciencia y en incorporar un enfoque de género en las temas de salud global Lograr la equidad de género en el campo científico requiere un esfuerzo colectivo. Hombres y mujeres deben trabajar juntos para apoyar y estimular el desafío del sistema y cambiar la cultura androcentrista a través de un enfoque radical equilibrado. Las prioridades deben estar basadas en las necesidades únicas de cada comunidad, así que hay que investigar y establecer cuáles son éstas.

El empoderamiento de las mujeres científicas implica aplicar los derechos, recursos, capacidad y oportunidades para tomar decisiones que resulten en la incorporación de las mujeres a posiciones de liderazgo para su total participación en las instituciones científicas y políticas, nada más.


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