Crónica
24 de febrero de 2006
Raúl Cruz de Jesús
La Academia Mexicana de Ciencia (AMC) presentó las conclusiones del taller Para una Agenda Política en Ciencia, Humanidades y Tecnología para el Desarrollo Integral y la Competitividad, en la que intervinieron científicos de ocho países, y donde una de las principales propuestas es que ¡nuestro país debe crear una política de estado en ciencia y tecnología que trascienda sexenios, si no quiere rezagarse aún más en la materia!.
Octavio Paredes López, presidente de la AMC, señaló que algo fundamental para lograr que mayores recursos económicos sean invertidos en ciencia y tecnología en el país es crear una cultura científica en la sociedad mexicana, para que después sea la misma sociedad la que presione al gobierno para destinar mayores recursos en ese sector.
Paredes López explicó también existe la necesidad de que México fortalezca y expanda su sistema científico e incluya la ética como parte inherente de esa actividad y combata la fuga de cerebros.
Para los investigadores y representantes científicos de la India, Estados Unidos, Holanda, España y China lo que necesita la ciencia mexicana para avanzar son mayores recursos económicos, un incremento en la participación de las mujeres y mejor vinculación con el sector industrial del país, quienes deben apuntalar aún más el despegue de esta área.
Ejemplo. El secretario general de la Academia de Ciencias de China, Guo Huadong, consideró que lo más importante es desarrollar planes y estrategias de largo plazo en la investigación científica y tecnológica, así como enfocar los esfuerzos en áreas estratégicas que permitan a México competir a nivel internacional.
Expuso que a su país le costó 20 años lograr el desarrollo tecnológico que actualmente tiene a partir de una política de impulso y financiamiento al sector, aunque aclaró que cada gobierno debe desarrollar ventajas propias en áreas claves.
Otras de las conclusiones del taller fueron: fortalecer y expandir el sistema científico mexicano; reorganizar la gestión de los recursos; establecer sistemas de rendición de cuentas, y analizar los criterios vigentes de asignación de recursos.
Asimismo, se requiere definir áreas prioritarias de investigación, orientadas a solucionar problemas sociales; incluir la ética como parte inherente a la actividad científica; descentralizar la ciencia, creando nuevas instituciones de educación superior y centros de investigación en varios estados del país, especialmente en campos prioritarios.