MARES DE ENERGÍA RENOVABLE

Academia Mexicana de Ciencias
Boletín AMC/124/12
México, D.F., 14 de junio de 2012

  • El golfo de California zona de gran potencial para obtener energía eléctrica proveniente del mar
  • Se puede aprovechar para el saneamiento de bahías, en la desalación de agua o la protección de las costas
  • En una década la energía oceánica será competitiva frente a la que proviene de los fósiles
Rodolfo Silva Casarín, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Rodolfo Silva Casarín, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias.
Foto: Tomada de www.iingen.unam.mx

Nuestro país cuenta con más de 11 mil kilómetros de litoral y un gran potencial para utilizar las energías marinas. “En México tenemos una zona muy atractiva para el aprovechamiento de las mareas: La zona del Golfo de California o Mar de Cortés, en la parte más septentrional, donde se llegan a tener cerca de seis o siete metros de diferencia entre la pleamar, la máxima marea, y la bajamar, la mínima”, comentó en entrevista el doctor Rodolfo Silva Casarín, investigador del Instituto de Ingeniería de la UNAM y miembro de la Academia Mexicana de Ciencias. “Es como tener una presa enorme”.

Desarrollar tecnología
Sin embargo, el desarrollo tecnológico necesario para aprovechar este potencial requiere de mucha investigación y enfoques multidisciplinarios. Debido a que el mar no se comporta de la misma manera en todas las regiones del planeta, su energía no se puede aprovechar a través de los mismos sistemas.

Para cada caso es importante entender los fenómenos físicos y las formas de energía presentes en el mar: cuál es la altura de ola y cuál es el periodo del oleaje; cuál es la diferencia entre la marea alta y la marea baja; cuáles son las características de las corrientes; o cuál es la diferencia de temperatura o de salinidad a distintas profundidades y distancias mar adentro.

Antes de ser instalado en el mar, se evalúa si el equipo puede funcionar en condiciones reales y ante factores cambiantes como los embates del viento, las tormentas o la corrosión. Además se estudia la eficiencia o capacidad del sistema para generar energía, si esta se puede aprovechar directamente, almacenarse, y si es posible darle un segundo uso o incluso conectarla a la red nacional.

En el Laboratorio de Costas y Puertos del Instituto de Ingeniería se cuenta con un canal de oleaje de 37 metros de largo, donde se evalúan diferentes prototipos diseñados por empresas y equipos de investigación para transformar las energías del mar. En condiciones controladas, se llevan a cabo cientos de pruebas cambiando variables como la posición del equipo o la altura de las olas; y así se proponen mejoras a los sistemas para obtener mayores beneficios.

Superar obstáculos
Quizá una de las principales virtudes de aprovechar la energía oceánica es que se hace con un proceso limpio, pues no se producen emisiones ni se contamina el agua; pero no necesariamente en todos los casos el procedimiento es ecológicamente sustentable. A muchos les preocupa el posible impacto ambiental, sobre las cadenas alimenticias, el desplazamiento de las especies o que se afecte el transporte de nutrientes y sedimentos.

Además, muchos recursos humanos y económicos son necesarios para el desarrollo de estas tecnologías, con el fin de aumentar su uso en el futuro. El doctor Silva Casarín señaló que actualmente “la energía que se obtiene del mar es más cara que la energía que viene de los fósiles. Sin embargo, de poco en poco, ya empieza a ser más competitiva. “Yo creo que todavía nos quedará cuando menos una década para empezar a hacer competitivas estas energías”, afirmó.

Otro de los mayores obstáculos es la falta de sinergia entre los equipos de investigación y de desarrollo tecnológico. “En México, hemos estado trabajando de manera muy aislada los especialistas en materiales, con los especialistas en estructuras, los de mecánica, y los de eléctrica, la parte de desarrollo tecnológico, y los que hacen ciencia básica”, dijo el investigador. Eso sin contar que igualmente hacen falta expertos que analicen las implementaciones desde puntos de vista sociales, económicos, políticos y culturales.

Responder a otras necesidades
Las energías del océano también se pueden aprovechar para el saneamiento de bahías, en la desalación de agua de mar o la protección de las costas. Ante el aumento del nivel del mar y la erosión de las playas, una de las propuestas del Laboratorio de Costas y Puertos consiste en adaptar las obras de protección, que se usan para disipar la energía de las olas, y aprovecharlas para generar electricidad y traer mayores beneficios a las zonas costeras nacionales.

Por otra parte, actualmente se desarrollan sistemas que acumulan la energía, separando la molécula del agua dentro de celdas de hidrógeno, las cuales están consideradas entre las principales fuentes de energía del futuro. La tendencia apunta además hacia el desarrollo de tecnologías híbridas, en las que se aproveche la energía en todas sus manifestaciones, cuando haya oleaje, si varía el nivel del mar, si se forman corrientes o si hay diferencias térmicas; e incluso se busca cómo aprovechar la energía eólica y la solar en una misma estructura instalada en el océano.


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