«Pondremos un plan sobre el futuro de la ciencia enfrente a los tomadores de decisiones»

La Crónica de Hoy
21 de mayo de 2012
Isaac Torres Cruz

Academia

«¿En qué momento decidí dedicarme a la ciencia? No lo sé», pero los caminos que llevaron a José Franco a la física, y después a la astronomía, si no fueron del todo azarosos, sí se construyeron en una serie de eventos afortunados. Lo que sí es una certidumbre es la conducción de ese trayecto acompañándose de un buen rock and roll.

De “chaval”, el primer guiño fue con seguridad las lecturas y viajes interestelares de Los supersabios, comic donde un grupo de estudiantes de ciencia y sus conocimientos era los protagonistas. En la secundaria tuvo su primer acercamiento con la física y la química, las disfrutaba.

Ya en la Prepa 4, en el último año tenía que decidir en qué rama del conocimiento se enfocaría. Y no estaba listo, como ninguno, dice, pero mientras tomaba la decisión el joven no se veía en una profesión usual, eso estaba claro.

¿Qué había por descubrir (o qué era de lo que menos sabía)?: física, matemáticas y filosofía. Terminó por las primeras dos, en donde el área le permitiría matar dos pájaros de un tiro.

Después, ya en la Facultad de Ciencias de la UNAM no estaba seguro de en lo que se había metido, la física no era exactamente lo que creyó. Años antes se reunía con sus amigos y tocaba la guitarra en su grupo de rock, la pasaba bien.

¿Música o física? Decidió la primera, aunque notaría que el ambiente de los clubes nocturnos era poco atractivo, sórdido, dice. Y aunque no estaba muy convencido, el actual presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) regresó a terminar su carrera.

Pero mientras más conocía de física más le interesaba y al final de la licenciatura realizó su tesis en astrofísica, y tuvo la oportunidad de seguir sus estudios de posgrado en la Universidad de Wisconsin, EU. “Hay decisiones que se convierten en aciertos y esta fue una de ellas”, apunta en entrevista.

Pero ese es otro rock and roll… este: Sotavento. Ese fue el nombre del grupo con el que Pepe Franco y sus compañeros de generación les dio fama en Wisconsin.

Una vez en el posgrado, fundaron la Asociación de Estudiantes Latinoamericanos de la universidad, donde hacían “peñas latinas”, en un “ambiente de frescura y libertad”.

Sotavento se componía por colombianos, puertorriqueños, “un gringo que había vivido en Perú y tocaba la quena como dios”, un español, varios estadunidenses más y el mexicano. La mezcla de ritmos y sonidos fue un éxito y aunque los fines de semana eran de fiesta y tocadas, Franco llevaba la escuela con mucha eficiencia: fue el primero en doctorase en su generación.

Al término, le ofrecieron oportunidades de trabajo en EU, pero regresó a México, a enfrentar la realidad. Eran principios de los ochenta y la devaluación del peso en 1982 tenía al joven investigador con un salario menor al que tenía como estudiante, fue una época difícil.

DIVULGACIÓN ESTELAR. No obstante, la astrofísica era su pasión y la desempeñó con estudios y modelos teóricos sobre el medio interestelar, ahí donde el universo se ve medio vacío, pero que en realidad es clave para la formación de estrellas.

Esas regiones, explica, está lleno de gas y polvo interestelar, que puede ser excitado por diversas fuentes, radiación estelar, una supernova o algunas galaxias en colisión.

Esto provoca excitar y calentar el gas, perturbaciones que lo acumula en elguans regiones para formar nubes que, si se ponen densas, pueden convertirse en zonas de formaciones de estrellas.

Y todo esto lo hacía con un lápiz y papel, y mucha imaginación matemática, como si fuera su deporte favorito como si rasgueara la guitarra. Aunque para modelos muy complejos ya hay computadoras.

Pero en el Instituto de Astronomía, del que fue director y permanece como investigador, tiene una tradición menos matemática y más divulgativa. Tarea a la que bien se ha acoplado el astrónomo, quien también es coordinador de Divulgación de la Ciencia en la UNAM y artífice del evento de la Noche de Estrellas.

Comunicación y divulgación de la ciencia, son temas en los que nunca ha estado ajeno, incluso desde su estancia en Wisconsin, y que dice impulsará de manera más agresiva al frente de la AMC, donde recientemente asumió la presidencia.

Porque para el astrofísico, cuando te das cuenta, como profesional de la ciencia, que el tema no está en la agenda nacional y no es importante en el país, hay un gran incentivo para hacer una labor más intensa.

“La motivación de la Noche de Estrellas fue darle a una sociedad ávida de conocimientos, con muy poco contacto con la tecnología y darle una ventana para encontrarse con el conocimiento, y la respuesta fue abrumadora. Fue en este evento que nos dimos cuenta de que la divulgación era una labor importantísima para el futuro de este país”.

Pero difundir el conocimiento y convencer a los mexicanos de que es importante es también una herramienta para hacerse de adeptos, de una sociedad que proteja y se preocupe por lo que sucede con su ciencia y tecnología, por sus recursos, por su avance.

“La sociedad civil es un elemento importante de cambio, son ellos quienes hacen las revoluciones y modifican los quehaceres mundiales. Si queremos que la ciencia tenga un plano importante en las prioridades nacionales, necesitamos el apoyo de la sociedad, por lo que hay que ciudadanizar la ciencia y trabajar para saber cuáles son los problemas del país que deben ser resueltos por los científicos y tecnólogos del país”.

POLÍTICA CIENTÍFICA. José Franco recibe la presidencia de la AMC en tiempos electorales aún, pero poca injerencia puede tener ya en las plataformas de los candidatos a la presidencia de la república. Él está un poco más reservado a lo que le tocará con el nuevo titular del Ejecutivo, comenta.

Aunque reconoce que hay un gran avance en el discurso, el candidato de la izquierda ha planteado una proyección de la ciencia donde se utilice como motor del desarrollo nacional, en tanto que el candidato puntero también ha mostrado interés por avanzar en el sector. “A diferencia de años pasados, donde el desdén era total, ahora los candidatos tienen a la ciencia y tecnología como un agente de cambio y desarrollo para el país. Pero tenemos que ir más allá del discurso, recordemos que tenemos una Ley que obliga a invertir el 1 por ciento del PIB (Producto Interno Bruto) a ciencia y tecnología y que no se ha cumplido”.

Por ello, señala que la Academia Mexicana de Ciencias planteará al próximo presidente de la república un esquema sobre el futuro para la ciencia. “Habrá un cambio en el poder Ejecutivo, pero también en el Legislativo, ellos son los que toman las decisiones por lo que debemos formular un plan para ponérselos enfrente”.

Aunque nos quedaríamos cortos sólo con estos sino involucramos también a la industria, añade, a los tomadores de decisiones privados, quienes son los más alejados del proceso científico y tecnológico en el país. “Convencerlos es una batalla a ganar”.

Franco estará en la presidencia de la AMC los próximos dos años, y dice que buscarán proyectos nuevos con el poder Judicial, incidir en el tema de la inseguridad y crimen organizado, así como organizar esa agenda ciudadana sobre los problemas que resolverán los científicos.

Hay muchos procesos, puntualiza, en donde sólo buscará acelerar procesos que la institución ha realizado durante décadas, lo que es seguro es que no cerrará ninguno de los capítulos pendientes de la ciencia nacional, acepta, aunque sí aspira a dar puros pasos hacia delante.

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