El Universal
13 de mayo de 2012
Mariana León
mariana.leon@eluniversal.com.mx
Urgen a crear conciencia sobre procesos naturales
La tala de árboles, la pérdida de humedales y los efectos del cambio climático están degradando los hábitats de más de 200 especies de aves migratorias que atraviesan el territorio de México en su trayecto por el continente, afirmó el doctor Alfonso Navarro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
Considera que el fenómeno de la migración es de suma importancia, porque las aves migratorias actúan como indicadores de la salud de los ecosistemas, la diversidad biológica y el cambio climático.
También proporcionan beneficios fundamentales y servicios ecológicos a los ecosistemas de los que se depende para sobrevivir.
“Norteamérica es un embudo y las aves que vienen del norte se quedan en el país, que es más pequeño, donde forman grandes concentraciones. Es algo terrible para algunas especies, como
los patos, que llegan a las lagunas donde les esperan los cazadores, por lo que estando en grandes cantidades son muy frágiles, este es un problema en el mundo y en México”, explicó el investigador del Departamento de Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Al celebrarse el día mundial de las aves migratorias, el segundo fin de semana de mayo, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), señala que en el país existen cuatro rutas migratorias para estas especies que atraviesan principalmente el Estado de México, Michoacán, Tlaxcala, Veracruz y Oaxaca, en estas dos últimas está el corredor biológico del Istmo de Tehuantepec.
Navarro Sigüenza señaló que el mensaje de celebración debe ser crear conciencia sobre los procesos naturales en los que subsisten estas especies para su conservación y la del planeta.
“El trasfondo es eduquémonos y eduquemos para valorar y proteger a las aves porque así se protegerán a más especies y a la naturaleza en general”, explicó el académico.
Dijo que las aves llegan a zonas donde hay especies residentes con las que tienen que compartir los recursos alimenticios. Otro problema que se observa es que los animales se topan con turbinas eólicas que también aprovechan las corrientes para generar energía limpia.
“Estamos en un conflicto de nuestros intereses también ecológicos con los procesos naturales de tránsito de las aves migratorias”.
Estados protectores
El Programa de Naciones para Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), indica que debido a que estas migraciones traspasan los límites de las jurisdicciones nacionales, los Estados deben ser protectores tanto de las especies silvestres residentes como de las que franquean sus fronteras.
Semarnat señala que nuestro país se coloca como sitio crucial para estas especies ya que por el territorio cruzan cada año patos, gansos, garzas, pelícanos, aves playeras, gaviotas, palomas, aves rapaces, colibríes, pájaros carpinteros y gorriones.
La época de la migración la determina el “reloj” interno de las aves que les indica la fecha en que deben volar a otros sitios con el fin de evitar climas adversos y escasez de alimento, ya que estas especies vuelan enormes distancias. La golondrina del Mar Ártico y algunos chichicuilotes viajan hasta 13 mil kilómetros
Estas son conocidas como “embajadoras de la biodiversidad”, porque aprovechan las condiciones de viento, alimento y ecosistemas del país en su trayecto hacia otras regiones.
Las corrientes que circulan por el Corredor Biológico del Istmo de Tehuantepec favorecen el vuelo de las aves durante días completos, en tanto que el Corredor Biológico Cardel-Puerto de Veracruz-Istmo de Tehuantepec, también llamado “Río de Rapaces”, canaliza de manera natural a millones de aves migratorias.