El Economista
22 de noviembre de 2011
Manuel Lino
mlino@eleconomista.com.mx
Para Susana López Charretón, ganadora del Premio L’Oréal UNESCO para Mujeres en la Ciencia 2012 de la región Latinoamérica, el principal problema de la ciencia en México es su falta de visibilidad o, más bien, de volumen.
“Tenemos que alzar la voz. No sólo las mujeres científicas ni los hombres sino todos, cada premio, cada oportunidad que tengamos de decirle a las autoridades que la ciencia es importante, que hace falta educación de calidad en el país”.
Falta de comunicación
A lo largo de una entrevista, la doctora López Charretón, quien es la quinta mexicana en obtener este prestigioso galardón cuyo jurado fue presidido por premio Nobel de Medicina 1999, Günter Blobel, deja ver que la falta de recursos no es el principal problema sino la mala comunicación entre científicos, funcionarios, empresarios y público. Como ejemplo se puede citar lo que sucedió a la viróloga durante la epidemia del AH1N1.
El premio para López Charretón fue por sus investigaciones, desarrolladas en el Instituto de Biotecnología de la UNAM, sobre el modo de acción del rotavirus, que ataca las células intestinales de bebés y niños causándoles severos síntomas de vómito y diarrea y que es responsable cada año del fallecimiento de 600,000 niños. Pero, como viróloga y conocedora del campo, durante la crisis de la influenza ofreció sus conocimientos, trabajo y equipo para identificar al virus, “igual que muchos… Bueno, no hay tantos, pero igual que bastantes otros virólogos de varias partes de la República.
“Y no nos hicieron caso o no confiaron en nosotros. Quisieron centralizarlo todo. En México había suficientes expertos para hacer el trabajo”.
¿Y crees que aprendimos algo con la experiencia? ¿Si sucediera algo similar estaríamos mejor preparados?
La verdad es triste pero no. Tenemos la memoria muy corta y la comunicación no ha mejorado… Ése es otro punto importante: creo que debemos aprender a comunicar mejor nuestro trabajo porque luego nos preguntan y sacamos unas palabras y unos términos que nadie entiende y entonces tampoco comunicamos.
Pero, ¿les corresponde a ustedes los científicos ese trabajo de comunicar?
Bueno, tal vez no, quizá le corresponde a gente de los medios, como tú, pero muchas veces tampoco nos hacen caso o no nos entendemos.
Lo anterior no quiere decir que el problema del dinero no sea relevante: “Hace años que no se abren nuevas plazas en los centros de investigación, no estamos contratando nuevos científicos”, dice López Charretón con gesto de preocupación.
Y para ella, esos recursos no deben provenir del Estado, sino hay que “convencer a la industria, a las empresas para que inviertan en investigación”.
Este Premio L’Oréal-UNESCO antes lo obtuvieron las mexicanas Silvia Torres Castilleja (2011), astrónoma, las biólogas Alejandra Bravo de la Parra (2010), Esther Orozco Orozco (2006) y Ana María López Colome (2002).
Y cinco becas para otras investigadoras
Junto con el premio Internacional, L’Oréal concedió este año cinco becas a investigadoras mexicanas: Montserrat Bizarro, del Departamento de Materia Condensada y Criogenia del Instituto de Investigaciones en Materiales de la UNAM; Fabiola López de la Red de Ecología Funcional del Instituto de Ecología AC, Campus Xalapa; Isabel Gómez del Departamento de Microbiología Molecular del Instituto de Biotecnología de la UNAM; María Funes del Departamento de Genética Molecular del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM; y Adriana del Carmen del Departamento de Electrónica del Instituto Tecnológico de Morelia.