La Jornada / Veracruz
10 de agosto de 2011
Juan José Barrientos
Durante el Segundo Foro Universitario celebrado en Xalapa el pasado lunes 11 de abril, Sofía Larios se mostró preocupada por el envejecimiento del personal académico del Instituto de Antropología, donde labora.
Según datos aportados por la investigadora, de los 24 investigadores que trabajan en esa dependencia, dos ya tenían entre 40 y 49 años de servicio, y 13 más de 30, es decir, que 15 ya se pueden jubilar y, si lo hicieran, sólo quedarían nueve investigadores.
De esos nueve, cinco ya tienen más de 20 años de trabajar para la UV y los otros cuatro ya cuentan con más de 10 años de antigüedad, lo que implica que no se han incorporado investigadores desde hace más de una década.
Para terminar, señaló que urge “la renovación del personal especializado (…) que imprima una nueva dinámica de trabajo y que den inicio a nuevos proyectos acordes al avance de las ciencias”.
También yo en mi ponencia señalé que de los mil 328 académicos de tiempo completo que trabajan en la UV, 297 ya tienen más de 30 años de antigüedad, y 336, más de 26, y si se agregan los que ya tienen entre 25 y 26 años, creo que 50 por ciento aproximadamente ya tiene más de 25 años de antigüedad y sólo 7 u 8 por ciento tiene menos de cinco años de trabajar para la institución.
El problema no se limita a la Universidad Veracruzana, pues de los 17 mil 639 integrantes del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), 5 mil 588 tienen entre 40 y 49 años de edad y 4 mil 770, entre 50 y 59 años de vida (véase la nota publicada en el sitio http://www.eluniversal.com.mx/cultura/65117.html).
El doctor Arturo Menchaca Rocha, presidente de la Academia Mexicana de Ciencias, ya señaló que hay dos factores principales e interrelacionados que condicionan esta tendencia: la ausencia de un plan de jubilación “decorosa” para los investigadores, así como la permanente falta de generación de nuevas plazas para esos puestos.
Y eso es lo que pasa en la Universidad Veracruzana, pues por un lado muchos investigadores que ya se podrían retirar no lo hacen para no perder el Servicio médico y, por otro, hay jóvenes preparados que se quieren incorporar al personal académico, pero se encuentran con las puertas cerradas o una serie de trabas, pues para participar en cualquier concurso les exigen que ya tengan un número de personal, es decir que ya hayan trabajado para la institución.
Hace unos años el rector prometió hacer un esfuerzo para que los académicos jubilados no pierdan el servicio médico y urge además tomar medidas para renovar el personal académico.