Excelsior
7 de mayo de 2011
Jorge Ramos y Fernando Franco
Según estudios de especialistas en la industria de recursos humanos, la falta de puestos protegidos socialmente y el divorcio entre la academia y el mercado, son las principales causas de esta problemática
CIUDAD DE MÉXICO.- La mitad de los mexicanos en edad productiva ha trabajado en la economía informal.
Mediante una encuesta, la empresa Randstad, especializada en la industria de recursos humanos, encontró que “52% de los mexicanos ha trabajado de manera informal alguna vez en su vida, centrándose esta tendencia principalmente en personas cuyo nivel máximo de estudios no supera la preparatoria, de los cuales 66% son hombres”.
El estudio se realizó en una muestra de dos mil 500 personas.
Actualmente, de hecho, alrededor de 12.5 millones de personas, 27% de la Población Económicamente Activa, trabajan en la economía subterránea, sobre todo instalando pequeños negocios para ofrecer servicios, de acuerdo con datos del INEGI.
Randstad señaló en el análisis que, “ante situaciones de crisis laboral en las que no se logra absorber la creciente demanda de empleos bien remunerados y socialmente protegidos, los mexicanos han tenido la necesidad de crear su propia fuente de empleo y sustento”.
Otro factor que, según la consulta, alienta y multiplica el crecimiento del sector informal es el divorcio entre la academia y el mercado.
5 de cada 10 están en la informalidad
Cinco de cada diez mexicanos están en la economía informal en México, reveló un estudio realizado por Randstad, empresa especializada en la industria de recursos humanos.
La firma consultora informó que este resultado es en base en una encuesta aplicada a una muestra de dos mil 500 personas en México, quienes solicitaron un empleo o pidieron una asesoría a Randstad.
El estudio metodológico arrojó que “52 por ciento de los mexicanos se emplea en actividades económicas ilegales en algún momento de su carrera profesional”.
“Poco más de 50 por ciento de los mexicanos ha trabajado de manera informal alguna vez en su vida, centrándose esta tendencia principalmente en personas cuyo nivel máximo de estudios no supera la preparatoria, de los cuales 66 por ciento son hombres”.
Sin embargo, analistas aseguran que la economía subterránea, como también se le conoce, llega a superar 60 por ciento de la población ocupada.
Mientras que el INEGI considera que 27 por ciento de la población se encuentra trabajando en el sector informal.
Radiografía laboral
De acuerdo con el director general del Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN), del Tecnológico de Monterrey, José Luis de la Cruz, la definición amplia de informalidad no sólo contempla a aquellas personas que no cumplen con el fisco, además agrega a todos aquel individuo que no cuenta con seguridad social, que trabaja sin un contrato de por medio, y que, en general, no goza de prestaciones laborales óptimas.
Según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) durante el año pasado, aproximadamente 28.84 millones de personas no tuvo acceso a las instituciones de salud, 887 mil más que el año previo.
Sin embargo, para el INEGI, de Eduardo Sojo, la ilegalidad no rebasa los 13 millones de personas.
En 2010, según el instituto, alrededor de 12 millones 517 mil personas en promedio trabajaron dentro de la economía informal en la nación, esto es, el nivel más alto desde que el INEGI reporta el indicador.
Lo anterior implica que en los últimos 12 meses se incorporaron a la ilegalidad cerca de 274 mil 520 habitantes, equivalente a un crecimiento de 2.23 por ciento.
Sin embargo, cabe destacar que la definición de informalidad por parte del ente gubernamental encargado de elaborar las estadísticas económicas no contempla la gente que no cumple con el fisco, sino aquellas que tienen un negocio en base a los ingresos familiares.
“Esta (del INEGI) es una definición muy pobre de empleo informal, pues asume que son sólo aquellos trabajadores que laboran en unidades económicas que operan a partir de los recursos del hogar y sin constituirse como empresa”, comentó recientemente el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), en el documento: La informalidad en México: causas, consecuencias y soluciones.
De acuerdo con De la Cruz, la evasión fiscal que genera la informalidad es de hasta tres por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, cerca de 41 mil 400 millones de pesos.
Tan sólo la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) estimó que para el período 2004 a septiembre 2010, el monto de la evasión de Impuesto Sobre la Renta por la tercerización de la nómina ascendió a 15 mil 820 millones de pesos.
Los detalles.
Randstad señaló en el estudio que “ante situaciones de crisis laboral en las que no se logra absorber la creciente demanda de empleos bien remunerados y socialmente protegidos, los mexicanos han tenido la necesidad de crear su propia fuente de empleo y sustento”.
Según cifras del INEGI, cerca de 9.8 millones de personas en promedio estuvieron en el autoempleo en 2010, esto es, aproximadamente 20 por ciento de la población ocupada en el país.
Entre las fuentes de trabajo más socorridas para los mexicanos destaca una vasta red de pequeños negocios informales, comentó la consultoría.
Asimismo, explicó que además de la falta de empleo formal suficiente para absorber mano de obra y satisfacer la demanda, otro factor que alienta y multiplica el crecimiento del sector informal es el divorcio entre la academia y el mercado. Y es que, según dijo, las universidades imparten carreras no aplicables a la economía mexicana, cuyos egresados, al igual que los de profesiones saturadas, se enfrentan al desempleo y se ven en la necesidad de ocuparse en la informalidad.
“Aunque la reducción del trabajo informal depende directamente de la creación de plazas de trabajo, existen otros factores que Randstad considera impactan negativamente y fomentan el crecimiento del trabajo informal: La saturación de carreras, así como la existencia de licenciaturas no aplicables para la economía mexicana”.
Cada año alrededor de tres mil jóvenes mexicanos obtienen un doctorado, pero menos de la mitad logra colocarse en el mercado laboral con un trabajo fijo.
Estimaciones de la Academia Mexicana de Ciencias, un promedio de tres mil jóvenes en México se gradúan con doctorados en alguna especialidad; pero, sólo tres de cada 100 consigue un trabajo en el sector público.
Se emplea para cubrir gastos
Jorge Édgar García Pérez, ingeniero industrial egresado de la Unidad Profesional Interdisciplinaria de Ingeniería, Ciencias Sociales y Administrativas (UPIICSA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), es uno de esos profesionistas que trabaja en la informalidad a falta de una fuente laboral formal.
Actualmente trabaja para una importante empresa de telecomunicaciones, pero es contratado y liquidado cada mes a través de empresas de tercerización, práctica conocida como outsourcing, percibe un ingreso mensual de 15 mil pesos y tiene derecho a las prestaciones de ley, como seguridad social, pero sábados y domingos trabaja como ayudante para un familiar comerciante en tianguis.
Su trabajo en el tianguis consiste en descargar la mercancía, armar el puesto, acomodar los productos, ayudar en la venta, volver a recoger todo, cargar la camioneta, llevarla y dejarla bajo resguardo en la casa del patrón, en este caso un tío que le paga 300 pesos por los dos días, ingreso que para él oxígeno puro.
“Estos 300 pesos sirven para cubrir gastos del transporte que utilizo del Distrito Federal al Estado de México para ir a mi centro de trabajo formal, así como la alimentación.”
“Así tengo la oportunidad de destinar la mayor parte de mi salario al pago de otros compromisos y necesidades, como la amortización del crédito del Infonavit por adquirir una casa de interés social en el Estado de México”.
Soy soltero y esta no es la primera vez que trabajo en la informalidad, ya que hace varios años, ya titulado como ingeniero industrial, me ocupé como ayudante en un taller mecánico, en el que me pagaban 200 pesos a la semana.