Invitan a mexicanos de cacería al espacio

Excélsior
16 de marzo de 2011
Jaime Conteras Vega
jaime.contreras@nuevoexcelsior.com.mx

Sección: Primera-Estados
Pág:31

Científicos de la UNAN participan en un proyecto internacional para explicar el origen del universo

Hace 14 mil millones de años ocurrió un milagro cósmico: toda la materia del universo (incluida la Tierra) estaba junta, en un instante se desató una gran explosión y, desde entonces, todo lo que existe en el espacio esta en constante expansión, lo que ha dado paso al origen de la vida en nuestro mundo y posiblemente en otros.

A esa detonación espacial se le llama Big Bang, es decir, algo pasó que en un instante la energía se convirtió en materia, pero falta algo más. Los científicos saben que cuando se crea la materia también, en las mismas cantidades, la antimateria, de la cual hay pocos rastros en la Tierra y su hallazgo podrá aclarar el nacimiento del universo.

La antimateria —producida en hospitales para hacer estudios del cerebro— tiene la particularidad de que se aniquila y crea energía cuando se junta con la materia. Y precisamente esa otra gemela misteriosa, la antimateria, es la clave que buscarán en el espació 173 científicos del mundo, entre ellos, cinco mexicanos, en una misión que se prevé, iniciará el próximo 19 de abril, en la última misión del transbordador Endeavour.

La trampa

El doctor Arturo Menchaca Rocha, investigador titular del Instituto de Física de la UNAM, y también presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), es quien lidera el grupo mexicano que aporta su trabajo para buscar la aguja en el pajar, bajo el proyecto internacional denominado Espectrómetro Magnético ALFA (AMS-02, por sus siglas en inglés).

Para él, esta aventura espacial busca hacer lo que podría lograrse con la ayuda de Dios: «Tratamos de entender cómo habría ocurrido el hecho de que todas las cosas del universo estuvieran juntas, queremos »recoger» todos los pedazos de materia en el universo y pegarlos como estaba en un comienzo», con el riesgo de que al concentrar la materia llegará un punto de que ésta va a explotar, como ocurrió en el Big Bang.

Como si se tratara de una trampa enviada al espacio por cazadores, Menchaca Rocha explicó en entrevista con Excélslor que el AMS estará instalado en la Estación Espacial Internacional, durante diez años.

Éste se trata de un gran imán que tiene una serie de detectores que miden las propiedades de la radiación que cruza el campo magnético del artefacto, para saber la magnitud de la energía de las partículas y de dónde vienen.

El científico expuso que uno de los detectores del AMS-02 se llama RICH, en él han trabajado los mexicanos del Instituto de Física de la UNAM, que mide la velocidad de las partículas e identifica de qué clase son.

Para Arturo Menchaca Rocha, «por proyectos como estos es importante que México tenga una Agencia Espacial, porque nos falta el apoyo y la representación. Hasta ahora los contactos han sido sólo personales, con proyectos de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología».

El investigador titular del Instituto de Física de la UNAM, ha trabajado en la búsqueda de antimateria desde 1999, cuando inició un estudio con un grupo de franceses en un sabático.

Ahora, el AMS-02 involucra a instituciones tan importantes en el mundo como son la Agencia Espacial estadunidense (NASA, por sus siglas en inglés) y al Centro Europeo de Investigaciones Nucleares.


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