El Financiero en línea
4 de agosto de 2010
(Con información de Notimex/AYV)
No existen, salvo excepciones, compañías que lo hagan, ni las cadenas de profesionales para desarrollarla, afirma el físico Rafael Fernández Flores
Presenta su libro «Dime abuelita por qué… Explicación científica a hechos cotidianos»
México, 4 de agosto.- Lo que falla en los países que eran llamados del Tercer Mundo, ahora periféricos o en vías de desarrollo, no es la ciencia básica, sino su aplicación, pues no existen, salvo excepciones, compañías que lo hagan, ni las cadenas de profesionales para desarrollarla, afirmó el físico Rafael Fernández Flores.
El científico presentará este jueves 5 de agosto su más reciente libro “Dime abuelita por qué… Explicación científica a hechos cotidianos”, primero de una serie de volúmenes que publicará el también doctor en ingeniería por el Instituto Nacional Politécnico de Toulouse, Francia.
En entrevista explicó que la intención de esta colección es que las personas sepan que la ciencia es parte de la cultura y de la vida cotidiana, por sus aplicaciones a la tecnología.
“Creo que nos falta empujar la ciencia, a nadie le sobra la parte científica en ningún país de la Tierra por más avanzado que éste estuviera, y en México nos ha faltado tenerle un poco de respeto a la actividad científica, hay un sentimiento como de que no es necesaria y por ello no hay inversión en la investigación”, dijo.
Todos los ganadores del Premio Nobel de Física, explica en su primer libro, pertenecen a un pequeño grupo de países, entre los que no se encuentran los de América Latina.
Esto no se debe a que los nativos de estas latitudes sean menos dotados para las ciencias físicas que sus colegas del primer mundo, sino simplemente porque en Latinoamérica están muy ocupados en construir las cosas para ayer.
Es inconcebible, continuó, que un país como México, que ya rebasa los 100 millones de habitantes, escasamente tenga 15 mil científicos, pero lo peor no es este número reducido, sino que la demanda de las carreras de este tipo va a la baja.
Urgen más científicos en México, subrayó, la saturación de carreras tiene mucho que ver con la creencia de que en determinadas profesiones hay más dinero.
“Todos tenemos el derecho humano de querer ganar mejor, pero en la medida de que no expliquemos que la ciencia es una profesión rentable, que se puede vivir de ser científico en este país y que además hay un respeto al científico, estamos amolados”, señaló.
Si bien no se busca ganar el Nobel de Física, continuó, la preocupación es la tecnología, estar a la par con los tiempos del Tratado de Libre Comercio, vincular los planes de posgrado -que es la iniciación a la investigación- a los problemas de la industria. En síntesis, hacer de la ciencia algo útil, subrayó.
Problemas como el cambio climático, hambre, salud, abasto de energía y una serie de situación que giran alrededor de lo que es la compresión de las leyes naturales y su aplicación al desarrollo de la economía, son parte de la ciencia y su aplicación, expresó el físico.
Y sobre esto las personas comprenden la importancia de la ciencia, enfatizó; muchas veces se percibe a través de sus aplicaciones tecnológicas que terminan por comprar, en lugar de desarrollarla, pues con ello se cree ya se es un país moderno, y “hay una serie de ejemplos que muestran que no es correcto hacerlo de esta manera”.
“Dime abuelita por qué… Explicación científica a hechos cotidianos”, que será presentado este jueves en la Casa del Lago, por el presidente de la Academia Mexicana de las Ciencias, Arturo Menchaca, y el director de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, Ramón Peralta, es una recopilación de artículos publicados por Fernández en diversos medios de comunicación.
Hay artículos, explicó el también profesor universitario, que surgieron de preguntas que le hacen sus alumnos, y eso da respuesta a una anécdota y de ahí al artículo. Los temas en realidad los escoge la misma situación, acotó.
Este libro, continuó, es el primero de la serie “Para conversar de ciencia”, publicado por Servicio de Consultoría de Valor Agregado, y ya prepara el segundo volumen, que se llamará “Derrotando a la ignorancia”.
El tercero será “El mundo que se enreda” y otro más aún sin título, que estará dedicado a la ciencia en México y sus científicos.
Como sociedad científica, advirtió, hace mucha falta el que las personas tengan acceso a esta información, “uno cree que a la gente no le interesa, pero cuando se comienza a platicar de estos temas surge el interés más allá de lo que pudiera parecer, un ejemplo es este libro, que aun cuando no se ha presentado, ya lo están pidiendo en las librerías”.
Comentó que el libro también está dedicado a menores de 10 a 15 años de edad, para quienes encuentren en este volumen que hay en la actividad científica una posible carrera profesional.
Pero aun con todo, si deciden tener otra actividad, por lo menos que sean personas cultas, que puedan tomar sus decisiones con base en información que le permitirá ser capaz de analizar y procesar, concluyó.