La Crónica de Hoy
21 de abril de 2010
Isaac Torres Cruz
Si permaneciera con vida Marcos Moshinsky hubiera cumplido 89 años el día de ayer, gran parte de los cuales dedicó al fortalecimiento de la ciencia nacional, creación y consolidación de instituciones, programas, publicaciones… además de hacer aportaciones esenciales a la física moderna.
Motivos suficientes y sobrados por los que la UNAM, junto con la Academia Mexicana de Ciencias, El Colegio de México y la Sociedad Mexicana de Física honró la memoria y legado del destacado científico, refirió José Narro Robles, rector de la máxima casa de estudios, durante su participación en el acto.
“Nuestra universidad tiene una enorme deuda, impagable, con este gran universitario que fue ejemplar; científico que ocupa un lugar sobresaliente en la historia de la UNAM y el país”, añadió.
A poco más de un año de su fallecimiento, representantes de la comunidad académica, familiares y estudiantes se reunieron para recordar el trabajo del “hombre que colocó el nombre de la ciencia mexicana en los círculos científicos del todo el planeta”, dijo por su parte, Guillermo Monsiváis, director del Instituto de Física de la Universidad.
Homenaje que no sólo busca volver los ojos a un pasado reciente, sino, refirió el rector, fijar los ojos hacia el futuro, un horizonte en el que resulta referente para estimular a las siguientes generaciones.
ACADEMIA. Marcos Moshinsky fue reconocido por su trabajo en difracción en el tiempo, que describió teóricamente por primera vez, así como en oscilaciones armónicas y estudios de la simetría nuclear, ambos fundamentales para las bases de la física.
Sin embargo, también fue formador de varias generaciones de algunos de los físicos más destacados del país; abonó el terreno de la física teórica del país, yermo hasta entonces. Atacó problemas de frontera con sus propias técnicas. “Su legado permanecerá en la conciencia de México y el mundo”, apuntó Francesco Iachello, profesor de la cátedra Gibbs de la Universidad de Yale, durante su participación.
Sin embargo, recordaron los ponentes, fue un hombre que representaba “grandes valores en perfecta simetría”, un “líder moral”.
“Por eso debemos decirle: ‘gracias, muchas gracias, maestro Moshinsky, un millón de gracias al caballero puma’”, finalizó Narro Robles.