La Crónica de Hoy
15 de abril de 2010
Antimio Cruz
La ciencia mexicana es exitosa en numerosos campos, pero tiene deformaciones graves que saltan a la vista, señaló el coordinador del Consejo Consultivo de Ciencias (CCC) de la Presidencia de la República, Jorge Flores Valdés, durante la presentación del libro Aportaciones científicas y humanísticas mexicanas del siglo XX, publicado por el Fondo de Cultura Económica (FCE).
Un análisis rápido de los 106 artículos más destacados del siglo pasado, incluidos en el libro, permite ver que prevalece una excesiva concentración de los investigadores en la ciudad de México y que dos instituciones formaron al 91 por ciento de los autores que obtuvieron su doctorado en México: la UNAM y el Cinvestav.
“Aunque esto habla bien del trabajo de la UNAM y del Cinvestav, también refleja una malformación terrible de la educación superior de nuestro país. Es una concentración que no creo que sea sana ni meritoria para México”, indicó el físico Flores Valdés, quien fue presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC) en 1996 y uno de los fundadores de los programas Domingos en la Ciencia y Computación para Niños.
En el mismo encuentro, la actual presidenta de la AMC, Rosaura Ruiz, subrayó que otra de las deformaciones que se observa en la estructura de la ciencia mexicana es la todavía baja participación de las mujeres, pues de las 106 investigaciones seleccionadas como los más relevantes del país sólo 19 tienen a mujeres como autoras.
La bióloga dijo que hace falta un esfuerzo mayor de comunicación de la ciencia para alcanzar dos logros: que la sociedad reconozca que invertir en investigación aporta un valor adicional para el país y que el gobierno convierta en rutina el apoyarse en la ciencia para tomar decisiones.
“Todo problema que tiene que ver con lo humano puede comprenderse y resolverse mejor con el apoyo de la ciencia. Esto es algo que los gobiernos tienen que entender. No se trata sólo de apoyar a la ciencia, sino de apoyarse en la ciencia”, dijo la primera mujer que ha encabezado la Academia desde su fundación, en 1959.
LECTURA NO ESPECIALIZADA. La presentación del libro Aportaciones científicas y humanísticas mexicanas del siglo XX reunió en la librería Rosario Castellanos del FCE a decenas de ganadores del Premio Nacional de Ciencias y Artes y del Premio de Investigación de la AMC.
Entre otros integrantes del auditorio, acudieron los médicos Ruy Pérez Tamayo y Rubén Lísker, los bioquímicos Sergio Estrada Orihuela y Ricardo Tapia, los físicos Fernando del Río Haza y Arturo Menchaca, la bióloga Esther Orozco, el químico José Luis Mateos, el matemático Onésimo Hernández Lerma y el economista Jaime Serra Puche.
Durante la presentación del libro, el director del FCE, Joaquín Diez Canedo, calificó a este volumen de mil páginas como un proyecto complejo que alcanzó un feliz término y que ofrece a los lectores no especializados en ciencia un conjunto de más de 100 biografías intelectuales de las mentes más brillantes del país.
La premisa del libro, anotó Ruiz Gutiérrez, es que cada científico comparta con sus lectores una introspección sobre el proceso vivido por él mismo, hasta culminar con la aportación o el descubrimiento más importante de su carrera.
Entre otros autores del libro se encuentran Miguel de León Portilla, René Drucker, Marcos Moshinsky, Linda Manzanilla, Francisco Bolívar Zapata y Juan Ramón de la Fuente.