Magro aumento a CyT, continuará deterioro

Investigación y Desarrollo
24 de noviembre de 2009
Héctor de la Peña

El doctor Juan Pedro Laclette, coordinador general del Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT), lamentó que el presupuesto aprobado por la Cámara de Diputados para ciencia y tecnología (alrededor de 500 millones de pesos de incremento, respecto de la propuesta del Ejecutivo) llegara apenas al 25 por ciento de los casi 1,700 millones de pesos que en días pasados el propio Foro Consultivo y otras 10 organizaciones empresariales, académicas y civiles demandaron ante los miembros de la Comisión de Ciencia y Tecnología como la inversión mínima aceptable para detonar el desarrollo económico del país y que éste salga fortalecido de la crisis global que hoy enfrenta.

“La LXI Legislatura desaprovechó la oportunidad de dar un cambio cualitativo para incrementar sustancialmente la inversión en ciencia y tecnología, por ello, el país continuará con un desempeño mediocre en comparación con otros países de América Latina y, especialmente, frente a las economías emergentes de Asia y Europa del Este”, enfatizó.

¿Cuáles eran eso mínimos indispensables, irreductibles e impostergables que el denominado Grupo de los ONCE Vincula defendió ante la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados? El pasado martes 3 de noviembre, el doctor Juan Pedro Laclette dijo ante diputados de la citada comisión que la economía mexicana no se reactivará con base en obra pública, sino con competitividad y productividad basada en conocimiento y los exhortó a considerar a la ciencia, la tecnología y la innovación como una palanca del desarrollo para el país, y en consecuencia evitar su estancamiento presupuestal en 2010.

El coordinador general del Foro fue el responsable de presentar a los legisladores un documento de consenso en el que 11 instancias del sector académico y empresarial plantearon “solicitudes compartidas mínimas” en torno a la inversión federal en el rubro de ciencia y tecnología.

Entre los organismos que conforman el llamado Grupo de los ONCE Vincula figuran la Red Nacional de Consejos y Organismos Estatales de Ciencia y Tecnología (Rednacecyt), la Asociación Mexicana de Secretarios de Desarrollo Económico (AMSDE), las academias Mexicana de Ciencia (AMC), de Ingeniería (AI) y la Nacional de Medicina (ANM), el Consejo Consultivo de Ciencias de la Presidencia de la República y organismos empresariales como Coparmex, Concamin, Adiat y Canacintra, además del propio FCCyT.

El documento es una propuesta de la comunidad científica que complementa el proyecto presupuestal dado a conocer por el Ejecutivo hace un par de meses, donde se tenía previsto una reducción al gasto federal en la materia, sobre todo en recursos destinados a programas estatales, como es el caso de Fondos Mixtos.

Lo mínimo solicitado

Entre las propuestas planteadas por el grupo de organizaciones científicas y empresariales destacó la solicitud de cantidades complementarias a la iniciativa del Ejecutivo en diversos fondos que integran el Ramo 38 (Conacyt) y del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).

Uno de ellos fue el Fondo Sectorial SEP-Conacyt, para el que se buscó alcanzar una cifra de 900 millones de pesos en total por parte de las dos instancias que lo componen; es decir, 200 millones más, a fin de contar con apoyo a la ciencia básica que en años recientes no ha presentado un incremento sustancial.

En cuanto a los programas destinados a la federalización del conocimiento, el Grupo de los ONCE pidió un incremento de 400 millones de pesos al llamado Fondos Mixtos, al que estaban presupuestados sólo 300 millones de pesos en 2010, para contar con un total de 700 millones. Ese programa está dedicado a promover investigación de impacto en los estados, y su financiamiento está a cargo del Conacyt y de cada entidad local.

En tanto, a los fondos regionales, destinados al fortalecimiento de los sistemas científicos locales, la solicitud a los legisladores fue aumentar su presupuesto de 300 a 1 mil millones de pesos.
Asimismo, se solicitaron recursos para proyectos específicos, como aportar 450 millones de pesos en garantizar el acceso universal a publicaciones científicas especializadas a estudiantes de 240 universidades, institutos y centros de investigación, sobre todo del interior de la República, con lo que se buscaba facilitar la producción científica y tecnológica nacional.

La conclusión y puesta en marcha del Gran Telescopio Milimétrico, ubicado en Puebla, fue un asunto más que en su conjunto abogaron las organizaciones firmantes del documento, al referir que con 120 millones sería posible terminar el proyecto, que a la fecha se encuentra con 80 por ciento de avance.

En una situación similar está el Instituto Nacional de Medicina Genómica, para el que pidieron 600 millones de pesos con el objetivo de concluir la construcción del inmueble que albergará esa instancia, que ya ha arrojado sus primeros resultados con la obtención del genoma del mexicano.

Los actores del quehacer científico también pensaron en programas de enseñanza científica en educación básica, para lo cual solicitaron a los legisladores de la Comisión un monto de 200 millones de pesos a fin de ampliar la cobertura de esas actividades, que ya realiza la AMC, entre otras instancias, con lo que se buscaría tener un impacto en la calidad educativa en escuelas primarias y generar interés entre los alumnos por la ciencia y tecnología como estilo de vida.

El último punto solicitado a los integrantes de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados no se trató de montos, sino de un apartado legal. Se solicitó mantener el Artículo 219 de la Ley de Impuesto sobre la Renta, con el objetivo de dejar abierta la posibilidad de retomar los incentivos fiscales a las empresas que invierten en investigación y desarrollo científico en el país.

Dicho artículo establece que: “Se otorga un estímulo fiscal a los contribuyentes del impuesto sobre la renta por los proyectos en investigación y desarrollo tecnológico (…), consistente en aplicar un crédito fiscal equivalente al 30 por ciento de los gastos e inversiones realizados en el ejercicio en investigación o desarrollo de tecnología, contra el impuesto sobre la renta causado en el ejercicio en que se determine dicho crédito (…)”.

Las instancias constituyentes del Grupo de los ONCE Vincula también reconocieron en la propuesta presupuestal del Ejecutivo algunos aciertos, por lo que pidieron a los legisladores no alterar las cifras en los programas de Becas (4 mil 188 millones), el Sistema Nacional de Investigadores (2 mil 403 millones), de apoyos institucionales (607 millones) y los programas de fomento a la innovación (2 mil 700 millones); al considerar que si bien no son las más adecuadas, son suficientes para continuar con su correcta operación.

La postura del Foro

“Estamos concientes de la dificultad de toma de decisiones en la que los legisladores se encuentran actualmente. En primer lugar, porque nos encontramos en la crisis financiera más profunda de la que tengamos memoria. Pero también sabemos que la inversión federal en ciencia, tecnología e innovación muestra un rezago grave que nos pone en riesgo de continuar perdiendo oportunidades de desarrollo. Y de no tomarse las decisiones adecuadas ese proceso de deterioro no podrá revertirse”, manifestó el coordinador del FCCyT, Juan Pedro Laclette.

Al respecto, el también ex presidente de la AMC y ex director del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, añadió que en comparación con países desarrollados México muestra niveles de inversión en ciencia y tecnología entre cinco y 10 veces menores; pero incluso esa perspectiva impera en comparación con naciones de América Latina, con los que se encuentra 50 por ciento por debajo del promedio de inversión.

Al reconocer que esta es la primera crisis económica de escala global, el titular del FCCyT aclaró que el desarrollo económico del presente siglo va depender de la capacidad de innovación de los países, y que en el caso de México se cuenta con una infraestructura y recursos humanos suficientes para iniciar ese proceso, pero “tales decisiones (las presupuestales) deben tomarse ahora, no el próximo año o legislatura”, puntualizó.

Las academias alzan la voz

Por su parte, la presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, doctora Rosaura Ruiz Gutiérrez, solicitó a los representantes de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la cámara baja evitar que “continúe la debacle de la ciencia mexicana”, e incorporar las solicitudes expresadas por el Grupo de los ONCE Vincula en el presupuesto para 2010.

La funcionaria de la AMC ejemplificó esa “debacle” con el problema de salud generado por la influenza AH1N1, pues los retrasos científicos y tecnológicos nacionales hicieron que el país dependiera del extranjero para identificar al nuevo virus y generar las vacunas necesarias que requiere la población.

Por otra parte, el doctor Manuel Ruiz de Chávez, de la Academia Nacional de Medicina, dijo que la capacidad instalada en el sector salud puede ser mejor aprovechada con el incremento presupuestal y el buen manejo de éste. Sin embargo, expuso que en caso del Fondo Sectorial para proyectos de salud, las instancias que participan en él (IMSS e ISSSTE) han venido declinando sus aportaciones, lo que afecta la producción científica en el área.

“A diferencia de otros campos del conocimiento, la inversión privada en el sector salud es muy alta, existen recursos humanos interesados en el área. De modo que el gobierno federal debería aprovechar esa tendencia para incrementar los apoyos a proyectos que benefician a la población”, apuntó Ruiz de Chávez.

El planteamiento de la Academia de Ingeniería fue en el sentido de que el presupuesto solicitado por el Grupo de los ONCE Vincula para ciencia y tecnología tenía una “visión realista” al corto plazo, por lo que ninguno de los puntos requeridos a los legisladores estaba fuera de contexto. “No estamos pidiendo subir escalones, pero al menos tratemos de evitar bajar alguno”, dijo a los diputados de la Comisión de Ciencia y Tecnología el ingeniero Gerardo Ferrando, ex presidente de esa organización.

Presupuesto federalizado

En tanto, el doctor Manuel Martínez Fernández, presidente de la Rednacecyt, consideró que los aumentos solicitados en los Fondos Mixtos y regionales buscaban reducir la brecha científico-tecnológica entre los diversos estados de la República, para lo cual cada región o estado debe priorizar sus áreas de desarrollo a fin de mejorar el manejo del presupuesto.

En ese sentido, explicó que con la finalidad de obtener un presupuesto en ciencia y tecnología federalizado, lo ideal es que, además de contar con lo estipulado en el Ramo 38 (Conacyt), también es necesario que ciertos puntos específicos figuren dentro del Ramo 33 del PEF (dedicado a aportaciones federales para entidades federativas y municipios), con lo que sería posible obtener recursos hacia proyectos etiquetados.

“Nosotros (la Rednacecyt) tenemos una visión federalista y consideramos que si los estados carecen de un sistema de ciencia y tecnología sólido, no será posible generar innovación, y en consecuencia el país se privará de establecerse como una economía basada en conocimiento”, puntualizó el también titular del Consejo de Ciencia y Tecnología del Estado de Morelos.

Al respecto, el doctor Elías Micha Zaga, director general del Consejo Mexiquense de Ciencia y Tecnología (Comecyt), dijo que el hecho de que no existan recursos federales asignados a los estados en materia de ciencia y tecnología se ha traducido en el deterioro de los indicadores de competitividad del país. Mencionó que si bien los Fondos Mixtos pueden señalarse como la aportación federal a los estados, dichos programas no son por asignación directa y además son “lentos y burocráticos”.

Por ello, pidió a los legisladores establecer mecanismos alternos que contribuyan a la federalización de la ciencia y tecnología. “Lo que proponemos es una reforma a la Ley de Coordinación Fiscal, en donde se adicione un fondo de 3 mil 500 millones de pesos para el fortalecimiento de los sistemas estatales de la materia. Hablamos con integrantes (diputados) de la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública y ven favorable esa reforma. De hecho, esa iniciativa es la misma que presentó el senador Francisco Castellón Fonseca en la cámara alta”, manifestó Micha Zaga.

Solicitud de las empresas

Por parte de los empresarios, el licenciado Jesús Eugenio de la Rosa Ibarra, secretario de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), manifestó que es necesario impulsar la educación científica en los niños y jóvenes, por ello era importante aportar un monto destinado exclusivamente a ese rubro.

“El sector de servicios, que representa más del 50 por ciento del Producto Interno Bruto del país, se alimenta del conocimiento. De modo que es necesario considerar a ese elemento como parte de una cadena productiva, que arranca en la educación básica y termina en los grandes centros de investigación o empresas”, enfatizó.

De la Rosa Ibarra añadió que en la actualidad los países con mayor desarrollo ya no compiten en el sector de agricultura ni industrial, sino en el de servicios y conocimiento, de modo que es prudente promover que las empresas inviertan en esos rubros, y una forma de hacerlo es a través de estímulos fiscales.

En relación a ese tema se pronunció el ingeniero Francisco Antón Gabelich, vicepresidente de Sistemas de Innovación Regionales de la Asociación Mexicana de Directivos de la Investigación Aplicada y el Desarrollo Tecnológico (Adiat), al recordar la importancia que tiene los estímulos indirectos (fiscales) en el desarrollo científico y tecnológico de una nación.

De acuerdo con Antón Gabelich, además de los estímulos directos, como fondo Mixtos o Sectoriales que maneja Conacyt, la promoción del desarrollo científico y tecnológico debe complementarse con estímulos indirectos que den sustentabilidad a ese esquema.

“Una empresa que inicia algún proyecto tecnológico puede apoyarse de estímulos directos. Pero aquellas que ya tienen su proceso tecnológico establecido y desean crear sus propios centros de investigación pueden valerse de estímulos fiscales para planear a largo plazo sus proyectos, pues es necesario que se considere que la inversión en ciencia y tecnología no arroja resultados en los primeros años, sino a partir del tercero o quinto. De modo que lo ideal sería que gravara impuestos a partir de que esa inversión empieza a ser redituable”, precisó el también gerente de investigación, desarrollo e innovación del Centro de Tecnología y Proyectos de Mabe.

Observaciones de los legisladores

Para el doctor Reyes Tamez Guerra, presidente de la Comisión de Ciencia y Tecnología en la Cámara de Diputados, las propuestas recibidas por los representantes de la comunidad científica eran necesarias y se dijo convencido de apoyar cada una de ellas.

De hecho, confirmó que para la propuesta de robustecer el Fondo Sectorial SEP-Conacyt, destinado a consolidar la ciencia básica, la Secretaría de Educación Pública tenía previsto etiquetar 350 millones de pesos destinados a dicho fondo, lo que representó un avance en la materia.

En tanto, el diputado José Francisco Landeros Gutiérrez, miembro de la Comisión de Ciencia y Tecnología, expresó que el monto total de lo solicitado por el Grupo de los ONCE (poco más de 2 mil millones de pesos) no era una suma difícil de alcanzar, y en cambio tendría efectos de gran impacto en la sociedad. Por lo que, dijo, es necesario sensibilizar no sólo a los legisladores, sino a la sociedad en general sobre la importancia de la ciencia y tecnología en el desarrollo del país a fin de “no perder el bono demográfico de juventud con el que se cuenta y lograr los objetivos señalados por la comunidad científica en el corto plazo”.


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