Presenta Rosaura Ruiz radiografía de la ciencia mexicana

La Jornada en la ciencia
6 de noviembre de 2009

AMC. La mitad de los estudiantes mexicanos de 15 años evaluados por la prueba PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que mide las habilidades y competencias para desarrollarse en una sociedad moderna basada en el conocimiento, se ubicaron por debajo del nivel 2, advirtió en conferencia de prensa Rosaura Ruiz Gutiérrez, presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).

Esto en un contexto en el que la OCDE considera que, para que un país sea competitivo en la sociedad actual, debe contar con un determinado porcentaje de estudiantes que alcancen los niveles 5 y 6 en dicha prueba.

La presidenta de la AMC señaló que la situación es alarmante, porque en unos años esos jóvenes que no se encuentran formados para desempeñarse en la sociedad moderna serán los líderes, empresarios, políticos e ingenieros del país.

Consideró que el pobre desempeño de los estudiantes mexicanos se explica, entre otras causas, por la escasa inversión en ciencia y tecnología que realiza el país, la cual se refleja en la falta de maestros calificados.

Añadió que, de acuerdo con estudios realizados por la OCDE en 2008, existe una clara relación entre la proporción de alumnos de 15 años que alcanzaron niveles 5 y 6 en la escala de ciencias de la prueba PISA y el número de investigadores de tiempo completo por cada mil personas en un país, el número de patentes en relación con el total de la población y el gasto nacional bruto dedicado a la investigación y al desarrollo de la capacidad de innovación.

Rosaura Ruiz dio a conocer datos duros que muestran que el desarrollo en ciencia y tecnología tienen que ver con todo el desarrollo del país, particularmente en este siglo donde lo que se comercializa es el conocimiento y no las materias primas, ni los recursos naturales.

Ante representantes de los medios de comunicación, habló sobre el índice de desarrollo humano, mismo que también está relacionado directamente con la inversión en ciencia y tecnología y que mide las condiciones de una población en cuanto a salud, educación y empleo.

Sostuvo que el Informe 2007-2008 de las Naciones Unidas para el Desarrollo clasifica a México en desarrollo humano en el lugar 52 de 177 países, debajo de Argentina, Chile, Uruguay y Cuba.

La presidenta de la Academia informó que el coeficiente de inventiva que corresponde a México en 2004 alcanzó un valor de 0.05, mientras que el de Brasil fue de 0.51 (10 veces mayor que el de México), en tanto que Argentina alcanzó 0.41. En este rubro, Japón obtuvo 32.41, Corea 20.18, Alemania 12 y Estados Unidos 6.95.

Advirtió que los datos anteriores son relevantes, en virtud de que la capacidad de inventiva es inversamente proporcional al grado de dependencia tecnológica. Recordó que en 2005 la tasa de dependencia tecnológica de Japón fue de sólo 0.15, en tanto que la de México fue de 29.30 y la de Brasil de 14.57.

La consecuencia lógica de la alta tase de dependencia tecnológica de México, continuó, es que la balanza de pagos es tremendamente deficitaria; México paga miles de millones de dólares por la tecnología que usa, al tiempo que recibe muy poco por aquella que permite usar.

Para ofrecer un panorama de lo limitado de la inversión nacional en el rubro, Rosaura Ruiz señaló que la inversión en investigación y desarrollo (I+D) por habitante de México, pasó de 30 dólares en 1996 a 48 en 2005. En este mismo periodo, Brasil registró un avance de 37.26 a 46.51 dólares; Estados Unidos avanzó de casi 744 dólares a mil 091 por habitante, y en Finlandia el gasto en investigación y desarrollo experimental per cápita alcanzó los mil 100 dólares anuales.

Si bien informes del CONACYT señalan que el sector privado es responsable del 30 por ciento de la inversión en investigación y desarrollo, el indicador considera como inversión la compra de tecnología, derechos, servicios y el pago de regalías por el uso de patente. La realidad, dijo, es que en México el sector privado prácticamente no aporta recursos para investigación y desarrollo.

Por otro lado, apuntó que México tiene en su Sistema Nacional de Investigadores (SNI) 15 mil miembros y que, a pesar de su gran capacidad, son francamente insuficientes para un país de 108 millones de habitantes, problema al que se suma el envejecimiento de la planta de investigadores, que en promedio tienen 55 años de edad.

Por otra parte, Rosaura Ruiz se refirió al problema de la centralización de la investigación en México. Al respecto, dijo que el Distrito Federal concentra a 31.4 por ciento de los programas de posgrado de mayor calidad, al tiempo que estados como Colima, Nayarit, Guerrero, Tabasco, Chiapas y Tlaxcala, destacan por su menor oferta de posgrados consolidados.

Apuntó que otra muestra de la centralización del mayor número de investigadores en las principales ciudades del país, es el hecho de que los poco más de 15 mil investigadores del SNI se concentran en las entidades federativas que cuentan con mejor infraestructura: Distrito Federal, Estado de México, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Puebla y Jalisco.

Al proporcionar más datos duros que muestran la gravedad del problema, Rosaura Ruiz expuso que la participación de México en la producción científica mundial en el año 2006 fue de sólo 0.75% del total de artículos publicados, y el factor de impacto en el periodo 2002-2006, en promedio fue de 2.88, lejos de los estándares internacionales.

Indicó que para contrarrestar esta situación, en días pasados propuso a los integrantes de la Comisión de Ciencia y Tecnología de la Cámara de Diputados formar un fondo especial de 500 millones de pesos, enfocado a lograr que en el año 2012 cada uno de los estados del país cuente con, al menos, un centro de investigación.

Tras exigir a los legisladores que detengan el recorte propuesto por el Ejecutivo a la ciencia y tecnología en el presupuesto del año 2010, el cual asciende a 2 mil 329 millones de pesos, y advertir que de no hacerlo serían corresponsales del deterioro de la calidad de la educación y la salud de los mexicanos, Rosaura Ruiz urgió en la necesidad de invertir 500 millones más para la compra de equipo e infraestructura y 873 millones para el fortalecimiento del Programa de Becas de Posgrado.

Para dar firmes pasos hacia adelante en el mandato de ley de invertir, al menos, el uno por ciento del PIB en ciencia y tecnología, la también secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM señaló que un incremento anual en el presupuesto de 12 mil millones de pesos permitiría alcanzarlo en el año 2018.

De seguir con las tendencias actuales, comentó que sería hasta el año 2042 cuando podría alcanzarse el uno por ciento del PIB que han recomendado organismos internacionales como la UNESCO y que países como Brasil ya están invirtiendo.

Si bien se trata de una cantidad considerable, recordemos que el país destina, cada año, .59 por ciento del PIB para el rescate bancario y sólo .34 por ciento para ciencia y tecnología, finalizó.


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