La Crónica de Hoy
28 de octubre de 2009
Redacción
La reforma energética aprobada hace un año por los poderes Ejecutivo y Legislativo no sólo no alentó la sana competencia, sino generó problemas adicionales, señaló Adrián Lajous, ex director de Pemex.
Durante la sesión inaugural del II Foro de Energía “Reforma Energética para un Futuro Sustentable”, organizado por las academias Mexicana de Ciencias y de Ingeniería, la UNAM y el Gobierno del Estado de Tabasco, apuntó que la reforma petrolera mexicana manifiesta toda la gama de debilidades institucionales propias de la regulación en los países subdesarrollados: la debilidad de los mecanismos de rendición de cuentas, la falta de un verdadero compromiso regulatorio, así como la baja eficiencia y la debilidad de las instituciones fiscales.
Afirmó que el problema no es la privatización de los recursos petroleros, sino la competencia en el mercado de productos finales. “Además, continuar subsidiando la gasolina es la forma más regresiva de seguir gastando los pocos recursos que tenemos”.
“Dado el elevado y creciente nivel de importaciones de gasolina y gas LP y el déficit proyectado de diesel, además de la introducción de la competencia en el mercado interno, Pemex hubiera podido defender su participación de mercado con su propia producción; sin embargo, los altos subsidios que se les otorga a estos productos es el obstáculo real”, indicó.
Importador. México será un importador neto de crudo, en virtud de que lo producido no será suficiente para cubrir las necesidades de las refinerías existentes, manifestó Eduardo Beltrán Hernández, presidente de la Comisión de Ciencias Políticas y Sociales de la Academia Mexicana de Ciencias, Artes, Tecnología y Humanidades, A.C.
Refirió que de acuerdo con Petróleos Mexicanos (Pemex), se prevé que para 2017 se presentará una declinación en la producción de hidrocarburo, y únicamente se producirán 1.8 millones de barriles diarios.
“Este panorama es de verdadera catástrofe energética y representa un grave peligro, tanto para la seguridad nacional como para la viabilidad del país, porque se traduciría en fuertes presiones de carácter económico y social”, señaló.
Durante su participación en el foro, comentó que, para evitar esta situación se contaba con el proyecto Chicontepec y la perforación en aguas profundas, pero el primero ya fue cancelado y el segundo no ha arrojado buenos resultados.
El proyecto Chicontepec, indicó, representa una inversión fallida de cerca de 20 mil millones de dólares, donde se han perforado más de seis mil pozos, de los cuales sólo se han obtenido 30 mil barriles diarios de petróleo.
“Esto significa que en promedio cada pozo ha producido sólo 50 barriles por día, una cantidad ridícula en relación a la cantidad invertida”, lamentó. Este proyecto, agregó, no representa un fracaso total para la nación, pero sí un gran negocio para las empresas contratadas y para quienes las contrataron.
Destacó la necesidad de plantear una nueva estrategia de reorganización para que Pemex funcione de nuevo como organismo descentralizado del Estado, y no como un corporativo privado en manos de empresas extranjeras.