«La predisposición genética a una enfermedad no es una condena»

La Crónica de Hoy
6 de junio de 2009
Adrián Figueroa

Hay que tener cautela con los avances en la secuenciación del genoma humano, porque el conocer que existe una predisposición a sufrir alguna enfermedad no es una condena, como tampoco es la solución aun a los padecimientos, aseguró el director del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM, David Romero.

Al participar en la primera mesa redonda “La Genómica: su aplicación en la salud”, organizada por la Academia Mexicana de Ciencias, el especialista señaló que estamos ante un futuro venturoso en la llamada medicina genómica, “pero ésta no está a la vuelta de la esquina, sino se debe investigar más e invertir en este campo”.

Explicó que hoy se tiene una gran variabilidad del genoma entre los individuos y poblaciones, “pero con los desarrollos tecnológicos en este momento ya se puede resolver el 50 por ciento”

Por ello, indicó, es muy temprano para decir que una predisposición es una condena, “porque las enfermedades son multifactoriales, no propias de un gen, que depende de los estilos de vida y condiciones del entorno”.

En la mesa participaron la presidenta de la Academia de Ciencias, Rosaura Ruiz; el director del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, Rubén Lisker Yourkowitzky, entre otros especialistas.

En la presentación del evento, Rosaura Ruiz recordó que en 2001 se presentó la primera secuenciación del genoma humano, y ahí se comenzó a hablar de la nueva medicina preventiva.

No obstante, aseveró que la secuenciación aún no está completa y no se pueden contestar preguntas como, ¿cuántos genes tiene la especia humana?, ¿cuáles de ellos están implicados en las diferentes patologías?, ¿cómo podrá aplicarse este conocimiento en la medicina?

En 2004 se publicó la secuencia que contenía 99 por ciento del genoma con precisión, y es la primera secuencia casi completa del humano. “Se concluyó que cuenta entre 20 mil a 25 mil genes que codifican proteínas, pero el hombre posee alrededor de 300 mil proteínas distintas, lo que muestra su gran variabilidad”.

Los avances han sido muchos, refirió, pero la verdadera pregunta son cuáles son las estrategias que deberán utilizarse para que el conocimiento generado tenga impacto en la salud.

Un punto fundamental en este proceso de conocimiento, agregó Rosaura Ruiz, es la bioética, que propone límites y métodos que verdaderamente benefician al hombre, evitando situaciones denigrantes, de abuso o engaño, “porque no podemos generar expectativas de salud que no puedan ser cumplidas”.

Por ello, dijo, se deben establecer normas y conductas sin cortapisas que permitan que la nueva medicina esté al alcance de la humanidad y tenga reglas que eviten la trasgresión y la violación del bien más íntimo que un ser humano tiene.

Para realizar este tipo de estudios, los institutos deben contar con un departamento de Investigaciones Bioéticas que regule su trabajo, puntualizó.

Por su parte, Rubén Lisker Yourkowitzky afirmó que las diferencias de genes deben tomarse en cuenta para el diseño y análisis, y así poder establecer la asociación gen-enfermedad.

En ese punto, explicó que en nuestro país existe una gran variabilidad del genoma, y depende si el individuo pertenece a grupos indígenas, mestizos o aislados, por lo que para poder lograr una asociación entre la genética y el padecimiento se tienen que resolver las diferencias existentes.


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