Severa explotación laboral femenina en desconchado del ostión

CIMAC Noticias
20 de octubre de 2008
Redacción/CIMAC

Dalila Aldana, investigadora del Cinvestav

México DF,.- En México, el único valor agregado que tiene el recurso pesquero del ostión es su desconchado, que lleva implícito el trabajo mal organizado y subpagado de la mujer, afirma la investigadora del Departamento de Recursos del Mar del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN) Unidad Mérida, Dalila Aldana Aranda.

En su artículo “El Papel de la Mujer en la Pesquería de Ostión en Tabasco”, publicado en el más reciente número de la Revista Ciencia, órgano de difusión de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), la especialista en oceanografía biológica, acuacultura y pesca subraya la necesidad de establecer una organización social, jurídica y económica, que permita que las mujeres desconchadoras realicen su trabajo en condiciones justas, con higiene y seguridad.

Aldana Aranda da a conocer que en México la pesca del ostión se remonta a épocas prehispánicas, se empezó a extraer sistemáticamente desde 1940 y, en los últimos 10 años, la producción de esta pesquería en las lagunas costeras del Golfo de México ha oscilado entre 10 mil y 50 mil toneladas, generando ingresos por más de 100 millones de pesos.

Agrega que la producción ostrícola nacional en 2002 fue de 48 mil toneladas, con una derrama económica de 150 millones de pesos. Esta captura, explica, es soportada en 90 por ciento por la extracción de ostión americano Crassostrea virginica, de bancos naturales del litoral del Golfo de México y, en particular, de las lagunas costeras de Tabasco.

TRABAJO Y CONDICIÓN FEMENINA

De acuerdo con su investigación, en el caso de Tabasco, el estado que más contribuye al volumen de esta pesquería, el actual proceso de desconchado se está llevando a cabo en los hogares de las mujeres por cuatro razones: la mujer se integra al trabajo, con status de “subcontratada” por el esposo o compañero; las plantas procesadoras tienen dañado el equipo o deterioradas sus instalaciones; las mujeres no pertenecen a una asociación que les permita ser parte de la cooperativa y recibir un pago por su trabajo y seguridad social; y por no disponer de estancias infantiles ligadas a estos centros de desconchado, en donde puedan dejar con seguridad a sus hijos durante la jornada de trabajo.

El estudio de Dalila Aldana destaca que, en particular, en la pesquería del ostión de Sánchez Magallanes, municipio de Cárdenas, Tabasco, un promedio de 5 mil mujeres de entre 10 y 70 años de edad se dedican al desconchado del molusco, todas ellas son subcontratadas por los pescadores y deben cumplir con una “cuota”, cuya cantidad es controlada por la demanda del comprador, oscilando entre 2 mil y 20 mil ostiones desconchados.

DOBLE JORANADA Y MERCADO

Estas mujeres, señala la experta, realizan una doble jornada laboral: hogar-crianza de las y los niños y desconchado del ostión, y sólo descansan de 4 a 5 horas por día. Igualmente, sólo el 75 por ciento recibió la vacuna antitetánica, la cual es indispensable dado que existe un alto riesgo de adquirir el tétano con las cortaduras de cuchillos oxidados, que son sus utensilios de trabajo.

Los resultados de la investigación, apunta la especialista del Cinvestav, muestran que las mujeres están representando una fuerza social importante en esta pesquería. Sin embargo; la limitación para que las mujeres tengan acceso a los recursos pesqueros de mayor prestigio no depende exclusivamente de las condiciones jurídicas desventajosas en las que laboran, sino también del mercado.

Las mujeres, al tener acceso sólo a pesquerías de bajo precio, o debido a que sólo participan en una parte del proceso, se enfrentan a otro problema: el de no poder contar con los recursos para adquirir sus propias embarcaciones, motores y artes de pesca, añade.

Por otra parte, la autora considera que el acceso de las mujeres a los recursos naturales es crucial y por ello se requiere darle valor agregado a este recurso, a través del desarrollo de una industria de alimentos en conservas dentro de estas comunidades, con la adecuación de los sabores y guisos de la región.

De igual forma, propone el establecimiento de una certificación sanitaria para el mercado nacional y de exportación, así como de líneas de publicidad sobre el valor nutritivo del ostión (100 gramos de ostiones proporcionan 49 por ciento de la cantidad diaria recomendada de zinc y 42 por ciento de la de hierro, por lo que es un alimento antiestrés y antianemia).

Finalmente, Aldana Aranda insiste en la necesidad de mejorar las condiciones laborales de las desconchadoras de ostión, pues ellas contribuyen al bienestar de sus familias y de sus comunidades, mejorando su nivel de vida, potenciando los rasgos de empoderamiento y generando cambios en las relaciones de género al interior de sus grupos domésticos.

08/GG

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