Reforma
19 de junio de 2008
Ariadna García
La politización del debate sobre la reforma petrolera obedece a los intereses de las distintas fuerzas políticas, señalaron ayer varios académicos.
Al participar en un foro sobre energía, organizado por la Academia Mexicana de las Ciencias, Alberto Aziz, Gerardo Gil, Ignacio Marván, Emilio Zorrilla y Leo Zuckerman expresaron también su crítica a la «pobre iniciativa del sector petrolero».
«Es una reforma que ha polarizado el escenario político del País. Es un proyecto polarizado en sus términos jurídicos, técnicos, constitucionales y políticos.
«Después del diagnóstico y la iniciativa, el País se polarizó: los duros de todas partes ganaron terreno y el espacio para los moderados se redujo», dijo Alberto Aziz, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores de Antropología Social.
Detalló que el proyecto de Andrés Manuel López Obrador y «cierta parte» de la izquierda cierra la puerta de Pemex al capital privado; el Gobierno de Felipe Calderón y el PAN quieren debatir temas como refinación, almacenamiento y exploración; mientras el PRI maneja sus cartas para negociar con el panismo.
«Es una discusión ideológica por lo que Pemex pueda representar en el futuro. Ven el futuro electoral de 2009 y 2012, que son elementos de lucha partidaria. Los grupos forman posiciones sin lógica de análisis», cuestionó Gerardo Gil, del Club de Roma.
Marván, investigador del CIDE, consideró que el problema en México es que el petróleo es política.
Advirtió la ausencia de responsables en materia petrolera, además de que la iniciativa arrancó con varias mentiras sobre la privatización.
Hoy, indicó, cada fuerza política camina por sí sola: el FAP posiciona su rechazo a la privatización; el PRI dejó solo al PAN, y el blanquiazul defiende una iniciativa incierta.
También investigador del CIDE, Zuckerman dijo que un error del Gobierno federal fue cambiar su estilo de gobernar frente a la negociación de iniciativas.
Destacó los aciertos de las reformas del ISSSTE, fiscal y electoral, y la de seguridad y justicia.
Los costos de la reforma petrolera, agregó, se elevaron al colocar a Juan Camilo Mouriño en la Secretaría de Gobernación, y quien fue atacado por la izquierda.
«Hay mucho ruido político, no hay resultados, pues no queda claro qué tipo de reforma se quiere», indicó.