Excélsior
11 de junio de 2008
Héctor Figueroa
Héctor Figueroa
Excélsior
11 de junio de 2008
Las academias de ciencias de los países industrializados del G-8 conjuntamente con las de cinco países emergentes (entre ellos México), estiman que en los próximos 20 años la temperatura del planeta Tierra subirá entre 0.2 y 0.4 grados centígrados con consecuencias catastróficas para la humanidad.
“Entre 1906 y 2005 la temperatura global promedio aumentó 0.74 grados centígrados y en los próximos 20 años se espera otro incremento adicional de entre 0.2 y 0.4 grados centígrados”, dijo José Franco, de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
En una declaración conjunta entregada a sus respectivos mandatarios, las agrupaciones de científicos de Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Inglaterra, Rusia, México, Brasil, China, India y Sudáfrica solicitaron reducir al año 2050 la mitad de las emisiones contaminantes a la atmósfera.
Franco comentó que “también es de vital importancia preguntarse dónde las economías emergentes en desarrollo deben y pueden hacer una contribución significativa para la transición a una sociedad que reduzca las emisiones de carbono, reduzca la deforestación y la degradación de los ecosistemas”.
Según el pronunciamiento de las 13 academias de ciencias, las regiones más sensibles a inundaciones por el incremento del nivel del mar ante el deshielo de los casquetes polares son el Ártico, África, las pequeñas islas y los “mega deltas asiáticos densamente poblados”, aunque también en México habrá zonas afectadas, como la Península de Yucatán.
Los escenarios de las agrupaciones científicas, si no se detiene el calentamiento del planeta son devastadores: un cambio de temperatura media global de tan sólo dos grados centígrados sobre los niveles de 1990 reducirá el abasto de agua potable y la producción de alimentos.
Un incremento de entre dos y cuatro grados centígrados tendrá como resultado una pérdida generalizada de la biodiversidad, con la disminución de la productividad agrícola y el aumento en varios metros del nivel del mar debido a la pérdida de las capas de hielo polares.
Un aumento de arriba de cuatro grados centígrados conducirá a mayor vulnerabilidad, excediendo la capacidad de los sistemas físicos y humanos para poder adaptarse a la nueva fisonomía de la Tierra.
Para las agrupaciones científicas del G-8+5, sí es posible hacer frente al cambio climático, mediante el uso de energías renovables.
Los científicos hicieron un llamado a los gobiernos de sus países para acordar en el año 2009 un calendario y el apoyo a un plan coordinado para la construcción de un número de plantas para la captura y almacenamiento del carbono, uno de los agentes del efecto invernadero.
En otro apartado de su propuesta, se propone llegar a “las medidas económicas y políticas apropiadas para acelerar la transición a una sociedad con consumos bajos en carbono y para alentar y llevar a cabo cambios en la conducta individual y nacional”.
Las academias de ciencias expondrán tales propuestas en la Cumbre del G-8 que se realizará en Hokkaido, Japón, en agosto próximo, donde se espera la presencia de los principales líderes mundiales.
La presidenta de la AMC, Rosaura Ruiz, pidió al presidente Felipe Calderón que en ese encuentro presente las propuestas y compromisos que México pude realizar para contribuir al frenar el cambio climático en el mundo.
Informó que los científicos mexicanos ya presentaron por escrito a la Presidencia de la República y a la Cancillería los riesgos reales que enfrenta el planeta y el país ante el aumento de las emisiones de carbono.
Señaló que el documento advierte que en materia de cambio climático “el mundo no tiene tiempo para la complacencia y que es necesario un cambio progresivo con acciones a niveles globales, nacionales y locales”.
La también secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM comentó que los esfuerzos para hacer frente al sobrecalentamiento del planeta no sólo deben ser de las autoridades, sino también de todos los ciudadanos.
“Aunque debemos de tener claro que no sólo son acciones de gobierno, se tiene que participar a escala social, a escala gubernamental, pero también a nivel individual: tenemos que hacer política de divulgación para que cada persona sea consciente de que puede contribuir a la disminución de los daños por el cambio climático”, dijo Ruiz.
Por último, las academias científicas de los trece países del G-8+5 buscarán acciones concretas en la cumbre de Hokkaido para buscar también estrategias conjuntas a fin de frenar el aumento de las enfermedades infecciosas en el mundo.