La Jornada
18 de septiembre de 2005
José Galán
Sólo cuenta con 20 expertos en ese campo; en China hay 15 mil y en Japón 4 mil
Faltan nuevos investigadores y estaciones de monitoreo de alta tecnología, advierten
A pesar de las características morfológicas de los suelos en el país, de alta sismicidad, particularmente en las costas del Pacífico y en el centro, México sólo cuenta con 20 expertos en sismología, faltan estaciones de monitoreo sísmico de alta tecnología, y no hay inversión gubernamental en la materia; por el contrario, existe rezago en investigación y equipo preventivo, señalaron miembros de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
A 20 años de los sismos de 1985, coincidieron en que el atraso es tal que incluso el sur de California, en Estados Unidos, cuenta con más estaciones de detección sísmica que todo el territorio mexicano. En China existen aproximadamente 15 mil expertos en sismología, y en Japón alrededor de cuatro mil. México enfrenta rezago en la generación de conocimiento en ese campo. Con la escasa infraestructura existente, además se pierde información que pudiera resultar fundamental para comprender el desplazamiento de los sismos y el tipo de movimientos que generan, que debería traducirse en un mayor nivel de protección civil.
Javier Pacheco Alvarado, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que el número de estaciones de monitoreo sísmico instaladas en el territorio nacional es inferior a las necesidades del país.
Pacheco Alvarado, ex jefe del Servicio Sismológico Nacional, observó que si bien las estaciones en México están a la vanguardia en el plano internacional por sus características tecnológicas, su número resulta muy reducido ante los cotidianos movimientos telúricos que se registran en ciertas zonas del territorio mexicano.
Expuso que en la UNAM trabajan prácticamente la mitad de los sismólogos en México, y no ha contratado a ningún investigador en ese campo en la última década. La edad promedio de los actuales expertos ronda los 60 años.
Shri Krishna Singh, investigador de ese mismo instituto, advirtió que si México no invierte recursos humanos y económicos para estudiar los temblores que ocurren en el país, ninguna otra nación lo va a hacer. Es decir, hay terrenos de la ciencia, como la astronomía o la química, donde los conocimientos de los investigadores de un país pueden ser aprovechados por el resto de las naciones. Pero en el área de la sismología, si es cierto que una parte del conocimiento universal se puede aprovechar, cada nación debe estudiar la manera particular en que los sismos se comportan en su territorio y los daños que pueden provocar. «No se trata de que estudiemos Marte o las estrellas; si no lo hacemos nosotros, científicos estadunidenses, por ejemplo, lo pueden hacer; nosotros debemos estudiar el comportamiento de nuestros temblores, y si no lo hacemos aquí, pues nadie lo va a hacer. Lo lamentable es que no lo estamos haciendo tan bien como deberíamos», señaló.
Recordó que en 1985 la red de detección de movimientos sísmicos era una de las más avanzadas del mundo, pero actualmente el país se ha rezagado respecto de otras naciones incluso con riesgos de movimientos tectónicos inferiores a los de México, como Francia.
«Japón tiene cerca de tres mil sensores de movimientos fuertes; nosotros nada más tenemos cien. Y China está gastando 400 millones de dólares en instrumentación sísmica, cuando nosotros tuvimos cuatro millones de dólares aprobados hace seis años, y aún no hemos podido instalar el equipo adquirido con esos recursos por problemas burocráticos», advirtió. Aun con esos recursos, México contará apenas con alrededor de 30 estaciones de monitoreo sísmico de alta tecnología, con comunicación vía satélite. Actualmente sólo hay 22.
Los investigadores aseveraron que México tiene «una visión muy borrosa» de lo que sucede con los sismos en el territorio nacional. «No está muy claro», y lo peor es que existe desinterés de los estudiantes por esta área, ante la falta de futuro económico, añadió Krishna Singh. Por ejemplo, el Servicio Sismológico Nacional sólo cuenta con 15 personas para mantener y operar la red de registro sísmico.
«Podemos decir que los sismólogos y la gente involucrada y estudiosa de los fenómenos en realidad es muy poca», puntualizó el director del Servicio Sismológico Nacional, Carlos Valdés.