La Crónica de Hoy
28 de junio de 2007
Agencias
Luego del nombramiento de un mexicano al frente de la Red de Academia de Ciencias, nuestro país deberá redoblar las acciones para alcanzar un desarrollo tecnológico similar al de las naciones desarrolladas, sentencia una evaluación hecha por el Foro Consultivo y Científico de México.
De acuerdo con un documento y las mismas apreciaciones de Juan Pedro Laclette, actual dirigente de la Red de Academia de Ciencias, se admite que sólo 5 de cada 10 mil mexicanos se dedican a la investigación mientras que en países como Turquía se registran 9 de cada mil y en países como Francia el número llega a 59.
Las evaluaciones consideran que para ejercer un buen liderazgo, se requiere una ampliación y optimización de recursos, pues nuestro país ha descendido en los últimos siete años 21 sitios en los índices de competitividad.
En el documento califica como «necesario» el replanteamiento de las políticas económicas encauzadas para la ciencia.
«En la medida en que el entorno cultural no valore cabalmente la importancia de la ciencia y la tecnología para contribuir a la competitividad y a mejorar los niveles de vida, el impacto de la ciencia y la tecnología en el desarrollo del país seguirá siendo subexplotado», expresa.
Como parte de las deficiencias registradas en el sistema científico se encuentra, a decir de la evaluación hecha por los científicos, la poca capacidad innovadora de la sociedad.
«Los esfuerzos de los actores involucrados se encuentran aislados y no han articulado una verdadera red de apoyo al desarrollo tecnológico; existen débiles eslabonamientos y flujos de conocimiento. La estructura está fragmentada; persisten el aislamiento, la falta de información y la duplicidad de esfuerzos», sentencia el Foro.
Otro de los defectos que posee la planta científica del país es el envejecimiento de la planta de investigadores y la ausencia de mecanismos para la renovación del personal. En este diagnóstico coincide el Colegio de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), quien asegura que a finales del año pasado, el 78 por ciento de los casi once mil investigadores pertenecientes al Sistema Nacional de Investigadores, tenían más de 40 años.
«Debe considerarse que a esta problemática se suma la falta de tabuladores uniformes; el régimen laboral y de seguridad social actual impide a los investigadores su movilidad entre instituciones y centros de investigación de una misma entidad», expresa el documento.