La Jornada
21 de febrero de 2007
Jesús Aranda
La Sedena viola derechos, afirma Cossío Díaz
Azuela Gí¼itrón justifica validez de la ley del ISSFAM
El criterio de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) acerca de que los soldados contagiados con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) o enfermos de sida deben ser dados de baja por inutilidad, es «injustificable» y viola derechos fundamentales a la salud, a no ser diferenciado y a no ser parte del Ejército, sostuvo el ministro José Ramón Cossío Díaz. En contraparte, Mariano Azuela Gí¼itrón justificó la validez de la Ley del Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (LISSFAM) y puso como ejemplo la guardería de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), donde un niño enfermo es regresado a casa hasta que sane, lo que no viola su derecho a la salud.
Al continuar ayer la discusión sobre los juicios de amparo en que 11 militares infectados de sida impugnan su cese; tres ministros (el propio Cossío, Juan N. Silva Meza y José de Jesús Gudiño Pelayo) se pronunciaron por la inconstitucionalidad de la ley del ISSFAM, aunque se sabe que Olga Sánchez Cordero votaría en este sentido; y cuatro (Genaro Góngora Pimentel, Sergio Salvador Aguirre Anguiano, Azuela y Sergio Valls) se manifestaron por darle la razón a la Sedena, aunque el último ministro inicialmente había planteado conceder el amparo, pero en función de que se violaba el derecho del militar a la libertad de trabajo.
Cuatro ministros no han fijado postura.
Góngora Pimentel hizo una apasionada defensa de la postura de la Sedena en contra de los militares demandantes; dijo que en caso de conceder el amparo se pondría en riesgo a los compañeros de los soldados infectados pero, sobre todo, a la sociedad que en su momento tuviera contacto con ellos por cuestiones de servicio -como sería al brindar auxilio a la población en caso de desastre.
Inclusive señaló que en este escenario se estaría privilegiando el interés particular por encima del interés público, lo que afectaría la «responsabilidad inexcusable del Estado» de garantizar el derecho a la salud de la población.
Un soldado contagiado está sano o no, cuestiona Aguirre Anguiano
Aguirre Anguiano matizó que más que el interés público habría que preguntarse si un soldado contagiado de VIH está sano o no, y, por tanto, si es útil o no a las labores del Ejército. La respuesta del ministro fue que no está sano y que, por tanto, no está apto para el servicio de las armas.
Sin embargo, Mariano Azuela, para terminar su postura en favor de dar de baja a los soldados, concluyó: «Aquí tenemos la experiencia de la guardería. ¿Qué sucede cuando un niño llega enfermo de cualquier cosa? Cuando (los menores) llegan hay un médico que los tiene que checar y si un niño llega enfermo, se le habla a la mamá y se le dice: se lleva al niño, y mientras esté enfermo no entra».
Agregó que con esa medida se está protegiendo el derecho a la salud de los demás niños que van a la guardería, porque el enfermo puede provocar una pandemia, y lo mismo ocurre en colegios y en otros lugares, y eso no significa que se atente contra el derecho de quien está enfermo.
En contraste con este criterio, Gudiño Pelayo sintetizó la postura de los ministros que consideran inconstitucional la baja por contagio de sida: «No comparto el punto de vista del ministro Góngora, no solamente en el cuartel, no solamente respecto de los militares, no solamente respecto de los marinos; sino que también habría que sacar a todos los seropositivos de las escuelas, de los lugares públicos, prohibirles el acceso a los deportes y, en fin, habría que hacer casi, casi una situación que abiertamente afectaría sus derechos humanos».
Subrayó que el solo hecho de que una persona sea detectada como seropositiva no la incapacita para el trabajo, para la reunión social, para seguir haciendo su vida normal, puesto que las únicas vías de transmisión son por medio del contacto sexual, por transfusión (sanguínea) o del contacto con heridas.
Además de justificar su criterio con el informe de la Academia Mexicana de Ciencias que solicitó sobre este tema, el ministro Cossío ilustró a sus compañeros en el sentido de que los ejércitos de Canadá y Bélgica establecieron que es discriminatorio expulsar a soldados contagiados de VIH, y los han reasignado a labores donde estén mejor y para que reciban un tratamiento médico adecuado.
En cuanto a la actividad propiamente militar, comentó que esos ejércitos únicamente restringen a las personas infectadas a pilotear aviones y «realizar trabajos muy particulares», pero no las dan de baja.
La discusión continúa mañana jueves.