Letralia
Año XI • Nº 157
5 de febrer0 de 2007
Fuentes: La Crónica de Hoy • Milenio • Notimex
Cagua, Venezuela.- El pasado 31 de enero fue declarado desierto el IV Premio Internacional de Narrativa de Siglo XXI Editores y la Universidad Nacional Autónoma de México (Unam), por considerar el jurado que ninguna de las obras participantes reunía los méritos para alzarse con un galardón de esta naturaleza.
En la categoría Ensayo, en cambio, el jurado compuesto por Paulina Rivero, Héctor Perea y Federico ílvarez no sólo destacaron el trabajo Pensar el ensayo, de la investigadora argentina, naturalizada mexicana, Liliana Weinberg Marchevsky, como digno de ser galardonado, sino encontraron otros textos sobresalientes.
Beatriz Espejo, en su carácter de integrante del jurado de la categoría Narrativa, fue contundente al justificar las razones para declararlo desierto: ¡Es un poco triste, pero… una vez leídas las 55 novelas participantes se llegó a la conclusión de que ninguna reúne los méritos para recibir un galardón de esta importancia!.
Agregó que ¡era aburridísimo leerlas! y que, en su opinión, ¡no había una sola novela que te atrapara y te permitiera gozar la literatura. No había creación estilística, ni investigaciones serias cuando se trataba de temas históricos ni había nada que realmente se pudiera considerar digno de encomio!.
Sealtiel Alatriste, director de Literatura de la Coordinación de Difusión Cultural de la Unam, comentó que fue una decisión difícil de tomar, aunque advirtió que la misma prestigia de alguna manera al galardón y, al mismo tiempo, llama a reflexionar sobre la necesidad de diseñar otras formas de llegar a los lectores.
El director de Siglo XXI Editores, Jaime Labastida, informó que los 20 mil dólares del premio podrían acumularse para la siguiente edición, previa consulta con el jurado, en el que además de Espejo estuvieron Felipe Garrido y Alberto Vital. Sin embargo, anunció que lo más probable es que se regrese este monto a las instituciones convocantes para que se utilice en sus propios planes.
Weinberg, ganadora de la mención Ensayo y quien estuvo presente en el acto, explicó los motivos que la llevaron a escribir la obra ganadora, Pensar el ensayo, y dijo sentirse atraída desde hace muchos años por un género que traduce mucho más que el mero esfuerzo de comunicar contenidos o consignar las ideas de los otros.
¡El ensayo es a la vez lectura y escritura intensa de una experiencia de vida. Mi texto es un recorrido por el ensayo latinoamericano, pero sobre todo una lectura de los grandes ensayistas europeos y termina dedicado a Octavio Paz y Jorge Luis Borges!. Desde su perspectiva, hace falta mayor reconocimiento a un género verdaderamente ¡proteico!.
¡También pienso en el ensayo como éste Prometeo encadenado, castigado por tratar de difundir, ampliar y ser incluyentes los temas, en un espacio público más amplio!, comentó la también investigadora de El Colegio de México.
Con 25 años de radicar en México, Weinberg es doctora en letras hispánicas por El Colegio de México; investigadora del Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos (CCYDEL) de la Unam, miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel III; e integrante de la Academia Mexicana de Ciencias.
Entre otras, ha obtenido la Distinción Universidad para Jóvenes Académicos en el írea de Investigación en Humanidades (1995) y el Premio de Ensayo Literario Hispanoamericano Lya Kostakowsky, que otorga la Fundación Cardoza y Aragón (1997), así como el reconocimiento Catedrático Unam (1997).
Además de participar en diversos proyectos auspiciados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), es autora de tres libros en su especialidad, editora de la obra Ensayo, simbolismo y campo cultural, en prensa, 46 capítulos de libros, 23 artículos y 9 reseñas en el campo de la literatura hispanoamericana. Dirige trabajos de investigación y tesis en los niveles de licenciatura, maestría y doctorado, en su mayoría dedicados al ensayo y la literatura latinoamericana.
Ambos galardones, que tienen un monto económico de 20 mil dólares, nacieron bajo el impulso de Siglo XXI Editores, con el apoyo de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS) y El Colegio de Sinaloa en el caso del galardón de ensayo, y con el de la Unam y El Colegio de Sinaloa en el de narrativa.